De viernes

Dulce desvela las peores vejaciones de Isabel Pantoja a su hija: “¿Se puede ser más cruel?”

Isa calló muchos sucesos que ahora masculla como traumas. Su niñera, quien ha estado siempre a su lado, narra más humillaciones

Dulce Delapiedra
Dulce DelapiedraDe viernes

Isa Pantoja ha contado ya muchas veces lo que ha sufrido en Cantora, pero nunca se había abierto como lo hizo la semana pasada, denunciando unos terribles episodios. Sucesos que le han marcado irremediablemente de por vida y de los que no quería hablar. Muchas veces ha pasado de puntillas por ellos, pero la semana pasada ahondó más y dibujó escenas en las que era regada con una manguera como castigo por tener novio, o cuando Kiko Riverale llevó al ginecólogo siendo menor de edad para que le dijesen si su hermana era virgen o no. Ahí estaba Jessica Bueno, quien este viernes ha respondido a la incómoda pregunta. Pero más luz ha arrojado Dulce Delapiedra tomándole el relevo a su “niña” en ‘De viernes’, narrando nuevos y espeluznantes capítulos que ahora la joven masculla como traumas. Y la niñera tan solo encuentra una culpable a todo lo que ha vivido su hija adoptiva: Isabel Pantoja.

Dulce dice estar sentada en plató para dar la cara por la niña que ha cuidado desde siempre. Ha narrado desprecios y críticas que, si bien no venían todas por parte de la cantante, sí que ha sido testigo y consentidora, según ella dice haber presenciado. Y es que al principio todo era idílico. La niñera ha hablado de la ilusión de la artista por la llegada de su hija a su vida, con María del Monte como compañera de experiencia. La familia no apoyaba esta relación y eso hizo que los Pantoja no conociesen a la niña hasta que cumplió cinco años: “Ella era feliz alejada de su familia y con sus dos hijos”, a los que asegura que “quería por igual”. Pero todo cambió cuando llegó la pubertad y la niña dejó de ser vista con tanta inocencia, llegando las prohibiciones, situaciones de aislamiento y una “sobreprotección exagerada”, especialmente en lo que al sexo se refiere: “No se le dejaba ir a la playa en pleno verano” o “solo hizo falta hacerle la prueba del pañuelo” han sido algunas de sus acusaciones. Tiene muchas más guardadas, pero ya solo basándose en eso pregunta: “¿Se puede ser más cruel? Esto muy duro todo”.

Fue cuando Isabel Pantoja retomó el contacto con su familia cuando pudieron convivir con la niña, momento en el que comenzaron los primeros desprecios. Por ejemplo, cómo la ignoraban por completo cuando la cantante se ausentaba y tan solo le hacían cuentas cuando la niña les reclamaba explícitamente atención: “Luego llegaba la madre y le decían ‘ay Maribel, qué graciosa la niña’, pero la otra no era tonta”. Primero, porque la propia Isa suplicaba a su madre que no se marchase, porque “cuando no estás me critican” y segundo porque “ella lo ha permitido”. Ahí la inquina que siente hacia su exjefa, por no haber sabido proteger a su niña de tan duros episodios. Pero especialmente por haber participado en otros, como cuando le hicieron la prueba ginecológica siendo menor de edad para ver si era virgen o no. Cuando conoció que ya había mantenido relaciones sexuales decidió mandarle a un internado, no sin antes castigarla físicamente por ello: “Le cortaron el pelo para que no saliera de casa, para que no saliera a la calle”. Ella dice ser la única que trató de impedir tal fechoría: “Fue brutal y nadie hizo nada. A mí me quitaron del medio por querer pararlo”.

Después intervino Kiko Rivera, según recuerda Dulce. Es espeluznante capítulo narrado por Isa Pantoja en el que su hermano la quiso “purificar” a manguerazos al saber que había perdido la virginidad. No estaba solo y nadie impidió que se la vejara de tal manera a una menor de edad. La niñera asegura que “si yo estoy delante, eso no se lo hace el hermano”, dice muy firme, a la vez que se pregunta si “¿alguna vez has querido a tu hermana?”. Ha sido muy dura con él, llegando a definir su comportamiento como “machista”, mordiéndose en parte la lengua, pues a la mente le llegan otros calificativos aún peores: “Por no decir otra cosa”. Y es que lo peor que ve en todo esto es cómo se normalizó que se le humillase de tal manera a la pequeña, ante la pasividad de su madre. Nunca les perdonará lo que le ha hecho pasar y durante toda su vida jura estar al lado de Isa, a la que ha criado como si de su propia hija se tratase, estando en los momentos más felices de su vida, después de haberla acompañado en los más terribles.