Fuerza un encuentro

Paran los pies a la madre biológica de Isa Pantoja por sus presiones para conocerla

Roxana aprovecha que está distanciada de la tonadillera para ocupar su lugar. Están pidiéndole que frene su estrategia

Isa Pantoja
Isa PantojaDe viernes

La adopción de Isa Pantoja sigue coleando, a pesar de que lleve ya toda su vida en España siendo parte del clan de Cantora. Quizá ahí esté el problema y es que todo lo que rodea a la tonadillera viene acompañado de polémica, como así fue su decisión de traerse a una niña de Perú para darle la oportunidad de tener una familia, después de haber sido entregada en adopción por su madre biológica. Pero ahora la joven se ve sola, confesando que se ve de nuevo abandonada por su segunda madre, la única para ella. Mientras tanto, Roxana, la mujer que trajo al mundo a la hija de Isabel Pantoja, tensa desesperadamente la cuerda para forzar un encuentro con ella, aprovechando que ahora ha perdido el favor de la cantante. Un hecho que ha terminado por cabrear, y mucho, a Gema López, quien le hiciese la primera entrevista pública allá hace ahora diez años atrás.

Isa Pantoja en televisión
Isa Pantoja en televisiónMediaset

Isa Pantoja ha sufrido mucho por considerarse distinta a su hermano, Kiko Rivera, en cuanto al cariño que le prestó su familia. Ella tomó conciencia de que había sido adoptada a los siete años, cuando una compañera del colegio británico de Marbella al que acudía se lo dijo a modo de burla. Ella misma no sabía ni qué era eso, de ahí que le preguntó directamente a su madre. Ésta optó por la mentira, diciéndole que sus padres biológicos habían fallecido en un accidente de tráfico y por eso terminó en Cantora bajo su protección. “Con 18 años volví a hablar con mi madre de la adopción, que fue justo cuando salió a la palestra mi madre biológica. La hice para tranquilizarla a ella”. Y es que la tonadillera sufrió mucho ante la idea de perder a su niña, pues Roxana llegó incluso a presentarse en España pidiendo ver a la niña que dio en adopción.

Isa Pantoja no quiso conocer personalmente a su madre biológica. No tanto por rencor, sino por proteger a la artista del dolor. También porque no le gustó la forma en la que había planteado el acercamiento, primero en público a golpe de exclusiva y después con presiones con los medios como testigos. Dudaba de sus intenciones y prefirió guardarse sus dudas y seguir con su vida. Pero Roxana no se da por vencida y pide una vez más un cara a cara con ella, asegurando que tiene mucho que contarle, ahora que Isabel Pantoja ha salido de su vida y ve un hueco que cubrir, que hace mucho que llena Dulce. “Roxana está siendo muy injusta”, opina Gema López, quien tuvo la exclusiva de la primera entrevista en territorio peruano: “Yo viajé a Lima a hacerle la primera entrevista, fue una entrevista amable y a corazón abierto, si no contaste más es porque no quisiste”, sentencia la periodista contra la que fuese su entrevistada una década atrás.

Isa Pantoja junto a su madre biológica, Roxanna
Isa Pantoja junto a su madre biológica, RoxannaLecturas
“Roxana viene de una familia sin dinero, sin estudios, muy humilde y, en su día, te entendimos. Isa en aquel momento tuvo la oportunidad de hablar contigo y no quiso”, le recordó cómo diez años atrás se le planteó la opción y la rechazó. Algo en lo que Isa Pantoja está en su pleno derecho, como así le reconoce Gema: “Si los hijos adoptados no quieren ponerse en contacto con la madre biológica, déjala libre”. Y es que lo intentó cuando Isabel Pantoja estaba en prisión, lo que le puso de los nervios, pues exponía la difícil vida que tenía y las circunstancias que le obligaron a entregar en adopción a su hija, pues “conmigo lo hubiera pasado peor”. Le pedía perdón por el daño ocasionado y le solicitaba una oportunidad para explicarle todo personalmente y tener un contacto. Si lo hubiese hecho en privado, Isa dice que habría aceptado este acercamiento, pero no le gustó las formas y está cerrada en banda. No quiere abrir este capítulo doloroso de su vida, menos ahora que hay tantas minas que se ha prohibido pisar para no dinamitar aún más los esquemas de su existencia.