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Personalidad

¿Sufre Brad Pitt un problema de "identidad fálica"?

Eso es lo que ha desvelado el director de "Leyendas de pasión", Edward Zwick, en sus memorias

El actor y escultor Brad Pitt CAROLINE BREHMANEFE

Tenga 40, 50 o 60 recién cumplidos, su edad actual, Brad Pitt nunca dejará de sorprendernos. Puede ser por un nuevo look, una imagen rejuvenecida o cualquiera de esos tratamientos que consiguen que todos los ojos acaben posándose en él. Hace cosa de un año nos desveló también que sufre una extraña enfermedad que le hace parecer antipático con la gente. Se conoce como prosopagnosia y consiste en un trastorno cognitivo que impide que el cerebro procese la información necesaria para reconocer, identificar y percibir rostros que deberían resultar familiares y que, sin embargo, solo consigue ver de forma difuminada. La ceguera facial, como popularmente se llama, impide en los casos más graves reconocerse a uno mismo frente al espejo y dificulta de una forma significativa las relaciones sociales.

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No es este el caso de Brad Pitt, quien no parece tener impedimento alguno en identificar a cada uno de los seis hijos en común con su exmujer Angelina Jolie, tres biológicos y tres adoptivos. No obstante, el actor arrastra otra secuela, esta vez de su crianza, que sí podría explicar esa complicada personalidad que dejan traslucir en ocasiones algunos de sus hijos o la propia Jolie. Según un extracto de las memorias del director Edward Zwick, publicado por Vanity Fair US, durante el rodaje de la película "Leyendas de pasión", Brad Pitt se resistía a romper esa armadura en la que blindaba sus emociones. Se sentía incómodo y nervioso en cualquier escena que le exigiese mostrar una emoción profunda.

Zwick explica que tal reacción tenía su origen en el entorno en el que creció el actor, rodeado de hombres que no mostraban sus emociones. "Aunque para mí, la idea central es precisamente que la vida de un hombre es la suma de sus penas", subraya el director. Ahora su recuerdo es empático, pero la actitud del actor habría causado dificultades para llevar adelante el trabajo de los cineastas, especialmente al editor de la película, Steven Rosenblum. "Se quejaba a diario de que tenía problemas para editar escenas en las que el estoicismo de Brad parecía más vacío que introspectivo", dice el director.

Edward Zwick hizo entonces todo lo posible para llevar a Brad Pitt al límite, lo que provocó múltiples tensiones entre los dos. Un amigo psicólogo al que consultó el director le explicó que el actor padecía seguramente un problema de "identidad fálica", una especie de lucha interna de bestias provocada por una construcción errónea de su masculinidad. El autor concluye que del rodaje salió finalmente una gran película, a pesar de los gritos, insultos y lanzamientos de sillas.