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Kate reaparece: la imagen más esperada
Con la intención de despejar rumores, ayer se publicó la primera foto de la princesa de Gales desde su operación
Llegó finalmente la imagen más esperada. Tras más de dos meses apartada de la agenda pública, Kate reapareció ayer rompiendo el inquietante silencio. Con motivo del Día de la Madre en Reino Unido, Palacio publicó una fotografía en la que la princesa de Gales aparece rodeada de sus tres hijos: el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis. «Gracias por vuestros amables deseos y por el apoyo continuo durante los últimos dos meses», escribía Kate, firmando el mensaje con una C de Catalina.
La instantánea, tomada por el príncipe Guillermo en la casa familiar de Windsor, muestra a todos sonrientes. Aunque no pasó desapercibido el hecho de que ella posara sentada, un detalle que se ha interpretado como claro signo de que aún no se encuentra del todo recuperada de la operación abdominal a la que fue sometida en enero.
Fue a principios de año cuando Palacio comunicó que la princesa de Gales se había sometido a una intervención programada que la mantendría de baja hasta después de Semana Santa. Se añadió que no era cáncer. Pero el escueto comunicado no aportaba más información. Y durante todo este tiempo, las fuentes oficiales no se han salido de este guion.
La Justicia británica dictaminó en su momento que el derecho a la intimidad se extiende a los miembros de la Familia Real y el Código deontológico de los editores, bajo el que opera gran parte de la prensa británica, protege a todas las personas contra la intromisión injustificada en asuntos de salud física y mental.
Pero la falta de información había creado todo tipo de teorías de la conspiración y la rumorología estaba dañando sobremanera a la institución hasta el punto que los tabloides hablaban ya del «declive de la Casa Windsor». Hay cosas fuera del control para La Firma, como el cáncer de Carlos III (del que tampoco se saben detalles). Pero hay otras cuestiones que sí se pueden gestionar y, según los expertos, no se estaban haciendo de la manera apropiada.
«Es el problema de proporcionar pequeños fragmentos de información, suficiente para generar más preguntas y no suficiente para dar respuestas», recalcaba recientemente la propia BBC. «Hay una pregunta más importante sobre el secreto de una monarquía moderna. Necesita algo de misterio para mantener su mística. Pero la opacidad puede parecer ocultación», añadía.
La preocupación fue en aumento la semana pasada cuando la web americana TMZ sacó unas imágenes en la que -sin saber si pudieron ser manipuladas- aparecía Kate con la cara algo hinchada en un coche con su madre al volante. Palacio no dio explicaciones. Y luego el propio Gobierno británico contribuyó sin quererlo a empeorar la situación cometiendo un fallo difícil de entender. Pocas horas después de que el ministerio de Defensa anunciara que la princesa de Gales asistiría a una ceremonia de Trooping the Color en junio - desfiles para honrar al monarca reinante- la noticia se retiraba creando aún más rumorología.
¿Tomada de antemano?
En este sentido, quizá la decisión de publicar ayer la fotografía por el Día de la Madre ya estaba tomada de antemano. En los últimos años, los príncipes de Gales han autorizado que se compartan fotografías de su familia con el público para conmemorar fechas especiales. O quizá fue algo que, visto los últimos acontecimientos, se vio como necesario. Sea como fuere, la estrategia fue la adecuada porque la transparencia siempre ayuda a aplacar las especulaciones. El Palacio de Kensington siempre ha reiterado que Kate se está «recuperando favorablemente». Pero el hecho de que no se la viera en público desde el día de Navidad había sembrado la preocupación. La pregunta «¿Dónde está Kate?» había viajado por todo el mundo a través de las redes sociales, acompañada de teorías de conspiración cada vez más extravagantes. Seguir manteniendo silencio, por lo tanto, estaba siendo una fórmula controvertida. Isabel II siempre abogó por «nunca quejarse, nunca dar explicaciones». Pero también decía que había que «ser vistos para ser creídos» y que la supervivencia de Monarquía dependía de su adaptación a los nuevos tiempos.
Y Carlos III con la reina Isabel
El Palacio de Buckingham también compartió ayer una foto de Carlos III junto a la reina Isabel II, para conmemorar el Día de la Madre. En la imagen, se ve al monarca besando la mano de su madre después de un partido de polo en 1985. «Les deseo a todas las madres, y a aquellos que hoy extrañan a sus madres, un pacífico Domingo de la Madre», es el mensaje publicado junto a la emotiva estampa. Pese a que el monarca está apartado de la agenda social por el tratamiento del cáncer sigue con sus deberes institucionales reuniéndose, por ejemplo, semanalmente con el primer ministro. Y, en este caso, Palacio sí va compartiendo imágenes del monarca al frente de sus deberes como jefe de Estado.
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