La lluvia y el fuerte temporal que azota la capital ha condicionado el desarrollo del desfile militar por el Día de la Hispanidad, convirtiéndose en el otro gran protagonista de la jornada. La Reina Letizia, desde la tribuna, ha sido una de las grandes damnificadas, que ha tenido que moverse de su sitio, quedando en un segundo plano, por el agua que entraba en la plataforma.

Ésta ha sido una de las grandes anécdotas del desfile. A mitad del acto, ha comenzado a llover con más fuerza y la Familia Real y las autoridades se estaban mojando. Tanto es así, que la Reina Letizia se ha visto a obligada a apartarse de la tarima unos metros y refugiarse en una columna. Después, ha decidido sentarse en un segundo plano y, desde su silla, ha presidido el desfile, detrás de la Princesa Leonor y el Rey Felipe VI, que se han mantenido firmes bajo el temporal.

La otra gran protagonista de la jornada ha sido la Princesa Leonor, que ha reaparecido con el uniforme de gala de la Armada, impecable. Durante todo el desfile y debido al fuerte temporal, hemos podido ver a la heredera al trono muy cercana con los Reyes de España y resolver con gran profesional todos los contratiempos que ha ocasionado la lluvia.

Otra de las anécdotas de la jornada ha sido el "toque de atención" que le ha dado su padre, Don Felipe VI, cuando ambos han bajado de la tribuna para colocar la corona de laurel en la bandera de España en conmemoración a los militares caídos. El Rey de España le ha tenido que pedir a la Princesa de Asturias que diese un paso para atrás y se colocase detrás de él para poder volver juntos a la plataforma junto a Doña Letizia y las demás autoridades. A pesar de este pequeño lapsus, la Princesa Leonor ha vuelto a desenvolverse con total profesionalidad y madurez, resolviendo con rapidez las complicaciones que han surgido por el temporal durante el desarrollo del desfile militar.