El cumpleaños de la infanta Elena ha marcado un antes y un después en la relación de los miembros de la Familia Real y la de Don Juan Carlos. El aniversario de los sesenta años de la duquesa de Lugo ha servido para marcar ese punto de inflexión en la relaciones afectivas entre todos ellos. La última vez que estuvieron reunidos fue en el funeral de Constantino de Grecia. En esa ocasión se trataba de un acto en la agenda oficial del rey Felipe y la reina Letizia, aunque tuviese un carácter íntimo y privado.

La reunión familiar comenzó con la llegada en solitario de la protagonista y anfitriona a las dos y media de la tarde. Venía de la fundación Mapfre, donde dirige el el área de proyectos sociales. El lugar elegido para la celebración fue Pabú, un restaurante que no se encuentra en el circuito de los locales de moda de Madrid. Es propiedad del chef Ignacio Montes, al que llaman «Coco», y abrió sus puertas a principios de noviembre. Se caracteriza por servir productos vegetarianos y veganos, aunque no faltan las carnes y pescados, precisamente las dos preferencias de Don Juan Carlos.

Bien podría haber sido una recomendación de la reina Letizia, experta en nutrición. En este caso fue la infanta Elena la que ya había frecuentado este local que solo tiene capacidad para 35 comensales. No hay carta propiamente dicha, pero sí dos menús de degustación que el chef ha denominado Pate y Bubu. El primero de 200 euros, compuesto de ocho platos, y el segundo, de seis, a razón de 150 euros el comensal.

Colocación estratégica

En el comedor las mesas se dispusieron con un protocolo establecido, a pesar de que se trataba de un almuerzo íntimo y familiar. En la principal se acomodaron los reyes Felipe y Letizia acompañados de los reyes eméritos, la infanta Elena, los duques de Soria, Irene de Grecia y otros familiares de más edad. Para el resto no hubo protocolo. Los sobrinos Urdangarin y los Marichalar se sentaron juntos. La infanta Cristina y las primas María, Mencia y Simoneta compartieron risas y confidencias.

Después de la llegada de la cumpleañera fue apareciendo el resto de los invitados por grupos. Doña Sofía con la infanta Cristina. Ambas muy favorecidas, fueron las que más llamaron la atención de la prensa por la elección de su vestuario. Por unanimidad de los presentes, resultaron las más elegantes. La reina Sofía lució sus collares de la suerte y una libélula que ya se le ha visto en varias ocasiones, esta vez prendida en el caftán. La hija, muy sonriente, lució un conjunto azul marino. Estaba recién llegada de Ginebra, donde la había recogido Don Juan Carlos, que viajó desde Abu Dabi con Froilán. Los sobrinos Urdangarin, Irene, Pablo y Juan, llegaron en una furgoneta con la princesa Alexia. Faltaba Miguel, que por cuestiones laborales le resultó imposible completar el cuadro familiar.

Los duques de Soria acudieron con sus hijos, Alfonso y María, y el nieto Carlitos, un niño muy apegado a sus abuelos y a Don Juan Carlos, que es su padrino. Con él mantiene una relación muy cercana, como se vio el mes pasado, cuando los Zurita Borbón viajaron a Sanxenxo para acompañar al rey emérito en su última regata.

Los hermanos Marichalar llegaron juntos. Froilán pasará unos días en Madrid y regresará a Abu Dabi para celebrar las Navidades con el abuelo. Ambos habían felicitado públicamente a su madre a través de unos mensajes cariñosos que remitieron el día anterior.

Tardeo en Zarzuela

El almuerzo no tuvo tardeo y a las cinco de la tarde se dio por finalizado, aunque continuó en el palacio de Zarzuela. Acudieron todos menos Don Juan Carlos, que por ahora prefiere no pisar el que ha sido su hogar. Confirman que esta reunión familiar resultó muy entrañable, especialmente importante para el monarca y el mejor regalo para la infanta Elena.

La duquesa de Lugo es ese nexo de unión prenavideño de todos los miembros directos. Solo han faltado la princesa de Asturias, la infanta Sofía y Miguel Urdangarin, al no poder ajustar sus agendas profesionales.

Merece la pena reproducir algunas de las las palabras que Victoria y Froilán han dedicado a su madre en su felicitación. «Mamá, muchísimas felicidades en este día tan especial, tu 60 cumpleaños. Cuántas alegrías, risas y extraordinarios recuerdos. Han sido momentos difíciles, en especial este último año, y siempre he notado tu apoyo incondicional, tu cariño y tus buenos consejos a pesar de las diferencias», le ha escrito su hija.

También Froilán ha querido expresarle su gratitud: «Gracias por ser tan importante en mi vida y por lo mucho que me has apoyado y ayudado en este año tan importante para mí. Sabes que te quiero mucho. Millones de felicidades, con todo mi cariño y afecto».