Entre bambalinas
Congreso del PSOE: La «fiesta» acabó en un after con Sánchez haciendo de DJ
Illa se vuelve contento a Cataluña; López sale autoproclamado como el Rey rojo madrileño y Bolaños se deja ver, pero poco
«Esto está ya todo vendido. Ahora a escuchar a Pedro», decía, Xavier Amor, el exalcalde de Pineda de Mar, cuna de Pere Aragonés, en su entrada al cónclave socialista. Apenas eran las nueve de la mañana y unos centenares de delegados tomaban café en las instalaciones del congreso. La jornada del sábado se alargó hasta la madrugada por algunos pulsos en el plenario y la incertidumbre sobre la nueva ejecutiva.
Eneko Andueza, líder de los socialistas vascos, fue el más madrugador. Iba flanqueado por Aroa Jilete y Nora Albete, miembros de la nueva ejecutiva federal socialista junto a Patxi López. Los tres atendieron a los medios de comunicación en castellano y en euskera. Un síntoma de la plurinacionalidad que quiere imprimir Pedro Sánchez en el PSOE. Otra vasca, exministra, euskalduna, Arantxa González Laya, llegaba minutos después casi de la mano de Guillermo Fernández Vara, que con gesto serio no quiso atender a los medios. Para el socialismo extremeño no ha sido un congreso para tirar cohetes. «Íbamos a por todas y no hemos ganado», resumían tres delegados en un corrillo. Para quitarse las penas arremetían contra María Guardiola y su gestión de gobierno en la comunidad.
Óscar López fue de los primeros entrevistados en la televisión del congreso. Su cara enjuta y seria había desaparecido y se había puesto en modo candidato. Lo más seguro es que hoy presente su candidatura y lo hará, según la opinión general, sin oposición para liderar el siempre convulso Partido Socialista de Madrid. Mientras López impartía doctrina hacía su presencia Salvador Illa, con gritos de «president» por parte de los delegados que se agolpaban a la entrada del Palacio de Congresos. Iba de charla con el ministro Luis Planas, y con una sonrisa de oreja a oreja, y no es para menos. Cuatro catalanes formarán parte de la nueva ejecutiva federal y el PSC se va a casa con las manos libres para formalizar su acuerdo con ERC, que sigue en su vía crucis para elegir a su presidente. Illa, se curó en salud, y ayer noche habló con Junqueras y con Xavier Godàs. Puso huevos en diferentes cestas ante la incógnita del resultado final.
La votación de la nueva ejecutiva no depara sorpresas –el apoyo superó el 90%–, pero las colas de delegados superaban los cien metros en un ambiente relajado. Luis Tudanca llegó acompañado de su guardia pretoriana, consciente que el lío en Castilla y León empieza ahora. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, votó sin cola por madrugador, mientras que la delegación catalana se agolpaba con la mallorquina de Francina Armengol. Le ofrecieron colarse porque «tenían un contacto», pero se negó y apechugó con la fila para desesperación de su gente de prensa. Félix Bolaños también apareció en la televisión congresual, después de regatear su visibilidad durante estos días: muy diferente a su omnipresencia total en el congreso de Valencia.
Tras las votaciones, colas, charlas y cafés, llegó el momento de «el aplausómetro reventará», como lo bautizó Juan Fernando López Aguilar, el exministro y eurodiputado. Y no solo aplausos. Los socialistas terminaron la «fiesta» con un número visual que incluía unas pulseras led, que debían ponerse en la muñeca izquierda, of course, para que se iluminaran cuando Sánchez entrase en el recinto. Banderas no faltaron, incluso alguna republicana, pero, sobre todo, las rojas del PSOE y las LGTBI, además de carteles de Pedro Sánchez y «Santxe». Y todo bajo música pegadiza, que los asistentes bailaron como si no hubiera mañana. Efectivamente, el aplausómetro reventó con la entrada del presidente, precedido por María Jesús Montero y Santos Cerdán, convertidos en guardia pretoriana de Begoña Gómez. A Sánchez se le hizo largo llegar a la tribuna entre fotos, besos y abrazos, y este fue el momento de escenificar lo que el sábado ya adelantó a este periódico, que se siente «bien y con fuerzas» porque «los ataques de la derecha cohesionan al partido». Aclamado en su elección, subió a la tribuna con una gran sonrisa, «con entusiasmo» para ganar Andalucía –que en su aspiración volverá a ser socialista– y levantando la bandera de la «España que avanza por la izquierda».
Premio a la delegada de la DANA
La delegada del Gobierno en Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, será la nueva secretaria de Igualdad del PSOE. Su figura ha estado en el centro del escrutinio de la coordinación entre la administración estatal y las entidades autonómicas tras el desastre de la DANA. Sustituye a la ministra de Igualdad, Ana Redondo. También entran en la nueva Ejecutiva socialista quien fuera uno de los principales rivales de Diana Morant en el acceso a la Secretaría General del PSPV, el secretario provincial de Alicante, Alejandro Soler; y la alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños.
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