Cambió su relación
El día que Kate Middleton dijo “basta” a Guillermo cansada de sus escarceos
Le pillaron dos veces en un pub nocturno. Las mujeres se le echaban encima. Además, estaba Rose Hanbury por medio. Kate dio un golpe en la mesa
Existe cierto revuelo sobre la figura de Kate Middleton. Después de anunciar que había finalizado su tratamiento de quimioterapia contra el cáncer, la princesa de Gales no puede despedirse aún de los hospitales. Sigue su batalla, aunque se encuentre en otro estadio de su recuperación. Sigue en constante seguimiento y son muchas las pruebas a las que se somete semanalmente para controlar que todo sigue el curso marcado por los oncólogos. Esto, mientras da sorpresas como aparecer del brazo del príncipe Guillermo cuando quiso dar el pésame a la familia de las víctimas de un apuñalamiento a tres niñas en Reino Unido. También esa salida privada para ver a su hijo pequeño jugar al fútbol, donde se le ha visto en actitud relajada, fuera de cualquier protocolo, charlando con otras madres como si tal cosa.
Pero el escándalo siempre persigue a la familia real británica, especialmente ahora a los príncipes de Gales. Después de sonados rumores de crisis en su matrimonio, su estabilidad conyugal ha sido puesta en duda en los últimos meses, sin que ellos pudiesen hacer demasiado para sofocar los rumores. Aunque ahora se filtra que ella sí que quiso ponerles fin a tantos dimes y diretes, planteándole un ultimátum a su marido, al considerar que su comportamiento estaba dejando mucho que desear. Fue en el pasado, pero ahora ese ultimátum cobra importancia, tras el revuelo de estos meses. Todo comenzó en enero, cuando su retirada pública por prescripción médica estaba en boca de todos. Se especuló con una crisis entre ambos para explicar el motivo real de su baja pública, pero después en marzo se entendió todo al confesar que estaba librando una batalla personal contra el cáncer y deseaba afrontar la recuperación en la intimidad. Se la entendió, se le pidió disculpas, pero no se le ha alejado el foco mediático lo más mínimo.
Se la comprendía, especialmente ahora que se conoce una parcela de su historia que no había trascendido y que pone el foco en los errores de su marido. En ocasiones ella se sentía “totalmente humillada, como fuera el felpudo de Guillermo”, como así destacan desde ‘The Mirror’. Se recuerda cómo sus inicios fueron convulsos porque ella no veía con buenos ojos que el que sería después su marido fuese “sorprendido dos veces seguidas, borracho y dentro de clubes nocturnos coqueteando con otras mujeres”. Y es que no eran solo esas dos ocasiones, sino el escándalo que supusieron y también lo que no trascendía y ella conocía bien: “ella ha tenido que lidiar durante años con chicas que se le tiraban encima a su novio y, por un tiempo, lo encontró gracioso e incluso halagador. Pero después de su comportamiento, le dio un ultimátum y le dijo que cada vez que se comportaba así en público estaba degradando su imagen y la de ella”. Consiguió lo que se proponía y se terminaron los escándalos de este tipo. Después llegaría el de Rose.
Desde marzo los rumores de posible distanciamiento y ruptura se alejaron como si tal cosa. No obstante, hicieron mucho daño a los protagonistas. Especialmente por volver a la palestra lo que se considera un error del pasado, en formato infidelidad y que lleva por nombre Rose Hanbury, quien fuese íntima de Kate Middleton hasta que las malas lenguas la reconocen como la posible tercera en discordia. Se hablan de cuatro años de relación extramatrimonial. Desde entonces no pueden ni verse. De ahí el ultimátum que desde la prensa británica asegura que la princesa le dio a su marido para que se frenase tanta rumorología, que era fruto de sus desmanes del pasado.
Algo que surtió efecto, pues se asegura que este punto de inflexión les ha ayudado a superar sus rencillas del pasado y afrontar el futuro como un equipo, con tres vástagos a su cargo. Los problemas de salud de Kate Middleton han supuesto en sí mismo un momento clave para tomar conciencia del estado de su vínculo y el deseo mutuo de reforzarlo, tras haberlo descuidado a lo largo de los 13 años que llevan siendo marido y mujer. Al menos eso es lo que se mantiene ahora desde la prensa británica, a la espera del regreso de la princesa a la agenda oficial. Se conocieron en el año 2000 en la Universidad de St. Andrews y desde entonces sus caminos no se han separado, aunque hayan atravesado sus habituales crisis como cualquier pareja.
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