Justicia
Las razones del no divorcio de Arantxa Sánchez Vicario
La pareja lleva ya cuatro años de disputas judiciales por un patrimonio común desaparecido
A todos los efectos, el estado civil actual de Arantxa Sánchez Vicario es el de casada. El empresario Josep Santacana y la deportista llevan cuatro años de disputas legales que por ahora tienen difícil solución. El pasado 17 de marzo se celebró en la Audiencia Provincial de Barcelona el por ahora último desencuentro legal entre ellos. Esta vez no tenían que verse las caras ni viajar a España para enfrentarse en una sala de vistas. Los que sí se reunieron fueron los tres magistrados que debían dilucidar si el proceso de divorcio se tramitaba en España o en la Corte de Miami.
El ponente magistrado Ortuño presentó a sus colegas el informe que había elaborado, y una vez discutido, dictarán sentencia. Esta resolución puede estar lista entre ocho y quince días dependiendo del atasco judicial. Según Ramón Tamborero, abogado de la tenista, «todo depende de la agilidad burocrática. Este caso estaba previsto que se hubiera solucionado mucho antes, pero la pandemia paralizó el proceso». Hubo también nueva documentación aportada desde EE UU que había que traducir y compulsar.
La nueva pareja del empresario
El caso es que por un motivo u otro ninguno de los dos pueden rehacer su vida sentimental. Se casaron el 12 de septiembre de 2008 en el castillo de Perelada (Gerona) y diez años después llegó la ruptura. A Vicario no se le conoce pareja, pero sí al empresario. Él mismo aseguraba cuando presentó la primera demanda en Miami cómo era su relación antes de presentar legalmente su separación: «No hacíamos vida de matrimonio». Marcaba la fecha cinco años antes de la ruptura oficial. El proceso legal que parece que no tiene fin comenzó hace dos. Y en medio de la cuestión afectiva se encuentra el tema crematístico. Como sucedes en todos los contenciosos de este tipo con grandes fortunas como telón de fondo, el divorcio no es diferente a otros. Lo único que varía es el referido a los hijos que tuvieron en común y que se solucionó hace tiempo, como confirman los abogados de ambos. En esta confrontación no entran los hijos menores. «El tema ya se resolvió en su día por la Corte de Miami, donde se especificaba la custodia compartida y cómo debían atender económicamente cada uno de los padres todo lo referente a la manutención de los hijos. No hay en la actualidad ninguna cuestión pendiente y los menores viven ajenos a los problemas de los progenitores», explican a LA RAZÓN.
En el apartado económico se demostró que el nivel patrimonial de la deportista era superior, con lo cual no hay correspondencia en el sentido igualitario. Sánchez Vicario por sentencia debe pasar una cantidad a su por ahora marido para la manutención de los menores cuando estén conviviendo con él. La pregunta del millón es cuál es la razón por la que el divorcio se alarga en el tiempo. En España basta con que uno de los cónyuges lo solicite aunque no sea de mutuo acuerdo para que se conceda. Otra cosa son los flecos relacionados con los hijos menores o la liquidación de gananciales, que son procesos diferentes. Por tanto, resultaba inexplicable que Sánchez Vicario recurriera la demanda de divorcio que Santacana interpuso en España. Concretamente, en el juzgado de Primera Instancia de Esplugues de Llobregat. Ella lo había presentado en Miami y a partir de ese momento comenzó la travesía del desierto para los dos. Arancha quería que fuera un tribunal norteamericano quien tuviera competencia para disolver el matrimonio. En este caso, la petición tenía que ver con las capitulaciones matrimoniales que la pareja firmó dos veces. Una antes de casarse y otra, después, e incluso existía una por defecto. En Cataluña el régimen de separación de bienes es el que impera a la hora del compromiso nupcial.
Las variaciones patrimoniales serían importantes respecto al régimen económico matrimonial dependiendo de lo que se dictamine en la conclusión de la Audiencia Provincial de Barcelona. En el caso que salga favorecido el empresario se tendrían en cuenta las capitulaciones que se firmaron antes de casarse. «Santacana lo que quiere es que se respete lo que pactaron, que fue separación de bienes. Tiene su patrimonio y por mucho que Arancha diga que no es así, han funcionado siempre de esta manera. Es decir, lo tuyo es tuyo; y lo mío, mío. Los pactos hay que cumplirlos». Frente a esta postura se encuentra la de la tenista, que quiere que ese acuerdo rubricado se anule porque todo es común. En EE UU no serían válidas las capitulaciones y Santacana debería explicar qué ha pasado con el patrimonio común.
Un millón de euros
El abogado Ramón Tamborero, que defiende los intereses de la deportista, ratifica lo contrario, que España no es competente y por tanto el divorcio se debe tramitar en Miami, que es donde viven y donde se presentaron las demandas, aunque después él la retiró y la registró en el juzgado de Esplugues. «El hecho de que Arancha quiera que se tramite en Miami no tiene que ver con las capitulaciones, que son totalmente válidas. Pactaron un documento en previsión de ruptura según el cual no se reclamarían ninguna cantidad en concepto de pensiones. No discutimos su validez. Lo que Sánchez Vicario entiende es que había un capital que ha desaparecido y pide que en el proceso de divorcio que se sigue en EE UU se aclare ese punto». Todo este embrollo judicial supone un gran desembolso económico, que en el caso de Arancha podría llegar al millón de euros.