Enfrentamiento
Irene Chamorro, contra Rafael Amargo: «Es un embustero»
Acusa al bailarín de no pagar a parte de la compañía de «Yerma»: «Es un liante»
Hasta el 31 de diciembre pasado, Irene y Chelo Chamorro fueron cabecera de cartel en la adaptación musical de «Yerma» montada por Rafael Amargo. Pero la relación profesional de las hermanas con el bailarín está totalmente rota. Irene explica que «he descubierto que Rafael maquina, crea un personaje de victimismo, se hace el débil, pero en realidad maneja las situaciones y es un embaucador, un liante, que no paga a los miembros de su compañía –asegura–. Debe un dineral, dice que no tiene dinero pero le recuerdo que hicimos buenísimas taquillas con la obra. A nosotras nos iba dando largas y no nos entregaba ni un euro, nos engañaba semana tras semana… Yo le hablaba de buena manera siempre –continúa–. No servía de nada, tuvimos que pedir dinero a un prestamista porque él ni se hizo cargo de los sueldos ni de las dietas ni del alquiler de nuestro apartamento. Incumplió totalmente lo pactado, daba promesas falsas, con el grave perjuicio económico que supuso para nosotras… y para el resto de compañeros. Un fraude, un enredo de mentiras. Yo me he entrampado, debo dinero al prestamista, a amigos... No nos daban ni agua. Nos teníamos que pagar todo de nuestro bolsillo. Creímos en la buena fe de Rafael, actuamos en el espectáculo todo el mes de diciembre, pero llegó un momento en que no pudimos aguantar más. Nos fuimos, y aún seguimos esperando que nos pague… Igual que el resto de la compañía. Si cuento esto es porque tengo todo documentado para demostrar lo que digo. Es que Amargo da a entender que está pagando, y es otra de sus mentiras. Como me meta en asuntos legales, le puedo hundir. Y él lo sabe. Pero no reacciona. Si denuncio, se le cae el pelo. No quiero llegar a ese extremo, ni que le metan de nuevo en la cárcel, se lo digo desde aquí con buena fe, pero… Avisado está».
Se conocen desde hace muchos años, la amistad no ha muerto, pero Irene deja muy claro que «la gente sinvergüenza y que traiciona no me da pena, y Rafael nos debe muchos miles de euros. Poco antes de dejarle nos pedía que aguantáramos, que iba a arreglar lo económico. Le contesté que ya estaba bien de escándalos, que no nos hiciera sufrir y llorar más, que nos sentíamos destrozadas. Dimos la cara por su obra, a pesar de que pasó lo que pasó cuando le detuvieron. Y mira que nos avisaron de que no trabajáramos con él, porque es un tío que no paga. No hicimos caso, confiamos en él, pero este Rafael no es nuestro amigo, el que conocíamos de tantos años. Le hablaba llorando, y él escuchaba con una frialdad terrible. Le hemos enviado varios burofax… y no hay respuesta. Cuando nos fuimos, comenzó a decir que le hemos dejado tirado… Que explique por qué se han ido también otros muchos. Se cree que es Antonio Gades, tiene un endiosamiento… Es un embustero, un hipócrita. Hemos pecado de confiadas. No tiene compasión, trabaja con el sudor y el esclavismo de la gente. Este mentiroso compulsivo lo único bueno que tiene son sus padres. Por su culpa, toda la compañía tiene los teléfonos pinchados...».
Irene insiste en que «lo que no puede hacer Rafael es calumniarme e insultarme, como hizo en una revista. No se lo consiento. Él es quien nos ha llevado a sus mentiras. Que demuestre con dos cojones, si es que puede, lo que está diciendo», sentencia.
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