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Desvelamos el contenido del maletín que tenía Paquirri en Pozoblanco

Los albaceas entregaron a Isabel Pantoja, ante la insistencia de la viuda, el maletín de mano que llevaba el torero cuando falleció y en el que había dinero, cheques bancarios y objetos personales.

LA CANTANTE ISABEL PANTOJA Y EL TORERO FRANCISCO RIVERA " PAQUIRRI "
LA CANTANTE ISABEL PANTOJA Y EL TORERO FRANCISCO RIVERA " PAQUIRRI "RP©RADIALPRESS

Lo contó Teresa Rivera en el segundo programa dedicado a la “Herencia envenenada” de Paquirri: “A Isabel Pantoja, estando Paco de cuerpo presente, solo le preocupaba que le dieran el maletín de mano de mi hermano. Yo estaba como ida y ella no hacía más que insistir para que le dieran todo lo de Paco.”

Según la hermana del diestro, que viajó junto a Isabel Pantoja hasta Córdoba, la tonadillera no dejó de insistir en que le dieran todos los objetos personales de Paquirri y el maletín de mano del torero. Ramón Alvarado, su mozo de espadas, que ya le había entregado los efectos personales del difunto (el reloj y el cordón con el Cristo de las Tres Caídas), le comentó en la casa dónde se veló su cadáver, que “Maribel no hace más que pedirme el maletín con el dinero”. Teresa, que estaba aún en estado de shok viendo el cuerpo de su hermano, le respondió: “Es su viuda, no sé, dáselo”.

Ramón Alvarado no quiso entregar el maletín a la viuda y se lo dio a los albaceas.

Según consta en la documentación que tenemos en exclusiva, el hombre de confianza del torero, Ramón Alvarado, desoyó las constantes peticiones de Isabel y no le entregó el maletín a la viuda. Sabía que en el maletín había una importante cantidad de dinero y, por prudencia, se lo entregó a los albaceas. Además, allí estaba el dinero con el que había que pagar el sueldo de la cuadrilla, y era su responsabilidad que todos los subalternos cobraran la que iba a ser su última corrida con Paquirri.

Fiel y precavido, Ramón Alvarado, seguía las instrucciones del maestro de no descuidar el maletín que contenía el dinero con el que había que pagar a la cuadrilla. Cuándo y cómo lo entregó a los albaceas es un misterio pero, de lo que no cabe duda, es que Isabel acabó saliéndose con la suya y el maletín de cuero, y todo su contenido, llegó a sus manos.Sería Agustín Marañón y Salvador Salvatierra quiénes entregarían a la viuda el maletín, en el que además de dinero, había objetos personales del torero.

Tras la cogida mortal, el mozo de espadas regresó al Hotel Los Godos, a recoger las pertenencias del torero.

Tras la fatídica cogida del torero, que falleció desangrado en una ambulancia de camino a Córdoba, Ramón Alvarado tuvo que hacer un triste camino de vuelta al hotel de Pozoblanco, donde se había vestido de luces por última vez el torero.

EL TORERO FRANCISCO RIVERA ORDOÑEZ DURANTE UNA CORRIDA DE TOROS DE LA FERIA DE ATARFE 2011EN LA FOTO CON UN CAPOTE CON LA LEYENDA "PAQUIRRI"24/07/2011ATARFE
EL TORERO FRANCISCO RIVERA ORDOÑEZ DURANTE UNA CORRIDA DE TOROS DE LA FERIA DE ATARFE 2011EN LA FOTO CON UN CAPOTE CON LA LEYENDA "PAQUIRRI"24/07/2011ATARFELa RazónGTRES

Allí le esperaba llorando Antonio, el dueño del Hotel Los Godos, que era un buen amigo de Paco y la persona a la que el diestro encargó que siguiera llamando a Isabel Pantoja para darle el que iba a ser el último mensaje de Paquirri a su esposa. Lo haría personalmente y sin desvelar a los medios qué era lo que el torero quería decirle a su esposa, a la que llamó hasta en ocho ocasiones desde Pozoblanco sin obtener respuesta.

Antonio abrió la puerta de la habitación a Ramón Alvarado. El mozo de espadas recogió entre lágrimas las cosas del torero. Había varios trajes pero ninguno en la silla, en el que, unas horas antes estaba el vestido azul marino y oro que había elegido el maestro para su última tarde en el ruedo. Aquel traje de luces, ensangrentado y roto, que habían tenido que rajar en la enfermería de Pozoblanco, ya lo había recogido en la plaza, envuelto en una sabana blanca.

Se acercó a la capilla portátil del maestro. La vela que iluminaba las imágenes a las que se encomendaba el torero antes de ir a la plaza, ya estaba extinguida. Guardó las estampitas, la cruz de Caravaca, el crucifijo y todo lo que se encontraba sobre el tocador. Sobre la mesilla se encontraba el maletín, la cartera de cuero con sus iniciales, y unas fotografías personales. En el armario estaba la ropa de calle del torero que iba a ponerse para poner rumbo a Sevilla al término de la corrida. El resto de trajes de luces y otros trastos de matar estaban en su propia habitación. Guardó todo con mimo, doblando las muletas y los capotes, metiendo en fundas los vestidos de luces, la montera en su caja, los corbatines y camisas blancas, las manoletinas...

La carpeta amarilla de Juan Moya

Una carpeta amarilla guarda el secreto de lo que contenía el maletín de mano de Paquirri. Juan Moya, contador repartidor de la herencia apuntó, a pié de página, en los todos los folios en los que se detallaba su contenido una frase mecanografiada: “El maletín de mano con su contenido fue entregado a Dª Isabel Pantoja Martín por los Sres. Salvatierra y Marañón”.

En el maletín se guardaban tres talones bancarios y el dinero efectivo que había recibido el diestro en última corrida que ascendía a casi tres millones de las antiguas pesetas. La cantidad exacta eran 2.957.000 pesetas. Una cifra que coincide con la que dio en su día el padre del diestro, Antonio Rivera, quién había advertido a su hijo que no toreara la corrida de Pozoblanco, ya que ésta había sido devuelta, por lo que no confiaba en la nobleza de los astados. El torero que había apalabrado con el empresario de Pozoblanco su presencia, le dijo a su padre que ya no podía echarse atrás y que le pagaban tres millones de pesetas.

La tonadillera y el torero, poco antes de su mortal cornada en Pozoblanco
La tonadillera y el torero, poco antes de su mortal cornada en Pozoblancolarazon

Pero, además, en el maletín guardaba algunos efectos personales: un sobre con fotos personales, un álbum de fotos de su hijo pequeño, Francisco José, una navaja, sobres en blanco, un sacapuntas y una goma de borrar. También tenía 700 francos francesas y la hucha de Francisco José, donde había 1.805 pesetas y una moneda de 500 liras italianas.

Allí estaba también su cartera de piel con sus iniciales, F.R.P., un llavero con tres llaves, tarjetas de visita, bolígrafos, una calculadora, un recordatorio del bautizo de Francisco José y una poesía. Entre la documentación que contenía había una agenda y una cartera de piel con documentación particular, así . como un sobre con justificantes de gastos y billetes de avión. Todo ello y otros papeles, de los que seguiremos hablando, se encontraban perfectamente detallados en la carpeta amarilla que ha perdurado hasta años después de la muerte de su único depositario: Juan Moya, el abogado sevillano de prestigio, al que el diestro de Barbate nombró contador partidor de su herencia. Continuara....