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El ninguneo de los ministros al Senado: no justifican el 30% de sus ausencias
Los miembros del Gobierno han acentuado sus plantones a la Cámara Alta en el arranque del nuevo curso
El PP logró mayoría absoluta en el Senado en las elecciones del pasado 23 de julio y eso no ha gustado nada a Pedro Sánchez desde el primer momento. El líder socialista ha ignorado como nunca a la Cámara Alta para esquivar la oposición del partido de Alberto Núñez Feijóo y tan solo ha acudido una vez a someterse a la sesión de control en todo un año. Sus ministros parece que siguen su estela: en 17 plenos, han registrado 109 ausencias, lo que sale a una media de más de seis por sesión. De esas 108 ausencias, 33 están sin justificar, lo que equivale a un 30,2%, ya que durante esos días no figuraba nada en la agenda oficial de los ministros.
Lo cierto es que esas ausencias sin justificar han ido a más y han encontrado su punto álgido con el arranque del nuevo curso político: durante el mes de septiembre, se han registrado 18 ausencias, de las cuales había ocho (casi la mitad) sin justificar. En cierta manera, esta dinámica se da en un contexto de mayor debilidad para el Gobierno, con un nuevo golpe por el rechazo del Congreso a los objetivos de déficit (paso previo a los Presupuestos) y María Jesús Montero forzada a comparecer para dar explicaciones por el acuerdo de financiación singular para Cataluña.
El ninguneo al Senado es la vía que ha encontrado el Gobierno para despreciar la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta, una fuerza parlamentaria que ha permitido a los populares reprobar ya cuatro veces a los ministros (Félix Bolaños, Óscar Puente y dos veces a Fernando Grande-Marlaska); tumbar los objetivos de déficit para este 2024, lo que impidió que el Ejecutivo pudiera presentar los Presupuestos; e, impulsar hasta 14 leyes, de las cuales, once han recibido la «colaboración» de Junts, por lo que podrían salir adelante en el Congreso si el PSOE dejara de bloquearlas.
En concreto, de las 108 ausencias, el ministro con mayor número es José Manuel Albares, con once: en este sentido, su propia cartera le hace viajar mucho y eso le impide estar presente en muchas sesiones de control. Si bien, ha habido tres ausencias en las que no figuraba ningún tipo de acto en su agenda oficial. En cambio, como contraposición a Albares está la ministra de Defensa, Margarita Robles, que también ostenta una cartera que le hace estar algunas semanas fuera de España y se ha ausentado siete veces de las sesiones de control, pero todas ellas han sido justificadas (siempre ha tenido agenda oficial).
También, con siete ausencias, están Teresa Ribera y Óscar Puente. Y, también, ambos han plantado al Senado sin justificación: en concreto, la exvicepresidenta lo ha hecho en cuatro ocasiones mientras que el ministro de Transportes, en dos. A partir de ahí, quienes más han eludido las sesiones de control sin justificación son: María Jesús Montero (3), Carlos Cuerpo (3), Isabel Rodríguez (3), Sira Rego (2), Félix Bolaños (2), Diana Morant (2), Luis Planas (2), Pilar Alegría (2), Ángel Víctor Torres (1), Pablo Bustinduy (1), Ernest Urtasun (1) y Ana Redondo (1).
Para el Pleno de la semana que viene, ya se han notificado nueve ausencias a la sesión de control y está por ver quién acaba justificando y quién no. Con esas nueve ausencias, el balance total ascenderá a 117 en 18 sesiones de control. En este sentido, el PP ya anunció su intención de introducir una reforma para obligar a todos los ministros a justificar sus ausencias para evitar lo que ha sucedido hasta ahora porque en el partido de Feijóo tienen la sensación de que el Gobierno quiere ir «descafeinando» las sesiones de control del Senado para debilitar la fuerza parlamentaria que consiguió su formación el 23J.
De hecho, hay ministros con cuestiones candentes que han acentuado sus ausencias a medida que sus departamentos estaban más en el foco: el ejemplo más evidente ha sido Montero, que se ha ausentado en tres de los últimos cuatro plenos cuando durante los primeros meses de la legislatura casi nunca fallaba. Esto ha coincidido con un momento muy delicado, con el pacto de la financiación singular para Cataluña en medio de la negociación de los Presupuestos de 2025, por lo que la vicepresidenta esquiva cuanto puede pronunciarse sobre un tema en el que tiene mucho que decir mientras tiene a Junts al acecho. Montero, con la financiación autonómica, tiene que guardar muchos equilibrios.
Además de los plantones sin justificación, el Gobierno ha introducido ya una reforma legislativa para reducir las competencias del Senado y, en concreto, para retirarle la potestad que tiene para tumbar los objetivos de déficit. Esa reforma legislativa se hizo a través la Ley de paridad, un movimiento que los letrados consideraron que es inconstitucional.
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