Ministerio de Defensa
Las nuevas unidades antiacoso sólo han gestionado 33 denuncias de militares
Suponen el 0,02% del total de efectivos. Ocho se han archivado y en una el infractor perdió su destino.
Suponen el 0,02% del total de efectivos. Ocho se han archivado y en una el infractor perdió su destino.
La repercusión del caso de Zaida Cantera llevó en 2015 al Ministerio de Defensa a acelerar la elaboración de un Protocolo de actuación para luchar contra estos casos en las Fuerzas Armadas. En diciembre de ese año se aprobaba este documento, que establecía la creación de las Unidades de Protección frente al Acoso (UPA), una «unidad externa a la cadena orgánica de mando que tiene por finalidad prevenir y proteger ante cualquier conducta susceptible de ser acoso sexual o por razón de sexo». Desde su creación en abril del pasado año (aunque comenzaron a funcionar unos meses antes), no sólo han llevado a cabo una función de asesoramiento y apoyo a las víctimas, sino que también han gestionado las denuncias, que en este casi año y medio ascienden a 33, lo que supone un 0,02% del total de efectivos de las Fuerzas Armadas (120.981).
Lo que más han hecho han sido labores de prevención, esto es, informar a todos los uniformados tanto de la existencia del protocolo como de los medios con los que cuentan para acabar con el acoso, partiendo de una máxima: «Tolerancia cero». Por ello, además de las numerosas conferencias que se han impartido (más de 400), los militares cuentan con un teléfono en el que resolver cualquier duda sobre el acoso o cómo actuar, en el que han recibido 113 consultas.
«Realizamos actividades de prevención, de protección y de seguimiento y control», explica el coronel Moreno, jefe de la UPA del Ejército de Tierra, quien recuerda que una de las claves está en la labor de divulgación para «minimizar el riesgo». Pero no siempre esa labor de prevención es suficiente y todavía existen, aunque pocos, casos de acoso sexual y por razón de sexo, por lo que el siguiente paso ante un presunto delito es la protección. «Ponemos a disposición de la víctima toda la información y el asesoramiento jurídico y psicológico», explica.
Los casos más comunes suelen ser por acoso a través de las redes sociales o Whatsapp, insinuaciones para mantener relaciones, insultos del tipo «mejor estarías fregando» o por la orientación sexual. Y en la gran mayoría, el supuesto acosador es un superior, aunque también hay casos entre compañeros y uno de un subordinado a un superior. De momento, todas han sido presentadas por mujeres.
Con la denuncia formalizada, se informa al Jefe de Estado Mayor, que ejerce de autoridad disciplinaria. También se comunica al jefe de la unidad, por si fuese necesario tomar alguna medida cautelar, como alejar a la víctima de su presunto acosador, la más común. Lo primero que se hace es incoar un expediente disciplinario por falta muy grave y si se considera que excede el ámbito disciplinario, pasa al penal. Al mismo tiempo, el jefe de la UPA contacta con la víctima para ofrecerle apoyo.
Por un lado, está el psicológico, con el que se intenta «ayudar a manejar la situación, desde la presentación de la denuncia hasta el duro momento de ir a declarar, afrontando cada una de las etapas, que puede generar estrés e inquietud», explica el teniente coronel psicólogo de la UPA de Tierra. «En la mayoría de los casos es apoyo emocional, pues la víctima tiene la tranquilidad de que estás ahí».
Además, también ofrecen asesoramiento jurídico. «Es importante comprender la situación de la víctima, que suele estar desorientada y no sabe bien a qué se va a enfrentar», cuenta la teniente auditor de esta UPA. La pregunta más común es: «¿Qué me va a pasar ahora?», y «yo les explico los cauces que puede seguir la denuncia», cuenta. «Estoy con ellas en todo el proceso, las tranquilizo y cuento las posibilidades que tienen.
En cuanto a las medidas preventivas que se pueden tomar, están, como marca el Protocolo, el cambio de puesto, la comisión de servicio, una sanción preventiva de arresto o cese en funciones durante dos días, en el caso de que fuese necesario restaurar la disciplina.
Son ocho las UPA que existen, en las que trabajan un total de 49 militares (hombres y mujeres). Hay una en Tierra, que ha gestionado 23 denuncias. De ellas, seis están en sede judicial; cinco, incoadas como falta muy grave; seis, como grave y otras seis han sido archivadas. En la del Aire han sido cuatro las denuncias, de las que dos están en proceso de instrucción, una en sede judicial y otra ha finalizado sancionándose al infractor con la pérdida de destino. En la de la Armada han gestionado seis denuncias, de las que dos están en sede judicial, dos archivadas y dos desviadas por ser acoso laboral.
Donde no han tramitado denuncias es en las UPA del Estado Mayor de la Defensa, del Ministerio, del Instituto Social de las Fuerzas Armadas, del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial y del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa.
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