El Gobierno sale de la moción de censura exultante. «Estamos muy satisfechos», aseguran. La iniciativa de Vox llegó en forma de salvavidas para un Ejecutivo que, en las últimas semanas, había estado atravesado por polémicas, como la de la ley del «solo sí es sí», que han puesto en el disparadero a la coalición. Pedro Sánchez aprovechó la oportunidad y utilizó el altavoz institucional del Congreso para hacer un debate en clave de política general, más que de censura, en el que reivindicó gestión y confrontó su modelo con el de la dupla PP-Vox.

«La moción ha estado muy bien planteada, con respeto al candidato y centrando el objetivo en las derechas», señalan fuentes gubernamentales. Además, el presidente y Yolanda Díaz hicieron «ticket electoral», destilaron sintonía y se «sincronizaron» para «reforzar» la coalición más allá del horizonte electoral de diciembre. «Ha ido mejor de lo esperado», aseguraba ayer un ministro, ante el espectáculo «extravagante que teníamos enfrente».

En Moncloa creen que las dos jornadas de debate pueden funcionar como catalizador para la izquierda y espolear a un electorado, todavía renqueante, de cara a los procesos electorales de mayo –el más inmediato– y de diciembre. ¿Hasta entonces podrá durar el efecto de la moción? «Esto son estados de ánimo y duran lo que duran», reconocen, pero se muestran dispuestos a aprovechar cualquier «oportunidad que pueda fortalecer y afianzar la acción del Gobierno». Y la moción lo ha sido.

Un ministro la define como «un chute» que «tiene que movilizar», por contraposición a lo que hay «enfrente». Desde Moncloa exponen para ello los buenos datos de audiencia –por encima del 24% en las retransmisiones simultáneas que hubo durante la primera mañana de debate en TVE y el Canal 24 horas–. Una franja en la que se produjeron los discursos de Sánchez y Díaz, recuerdan. En el Ejecutivo hacen hincapié, además, en la «desaparición» de Feijóo durante estos días, porque creen que demuestra que el PP «tiene un liderazgo insustancial». «Feijóo decepciona una vez más», resuelven con dureza. «No estando presente, legitima el modelo de país de la ultraderecha», apuntillan.

En este punto, resalta una de las expresiones que Sánchez pronunció durante su discurso y que se refiere a que para revertir los recortes del PP –«en su respuesta neoliberal a la crisis de 2008»– hace falta «una década». Un mensaje que será la línea central de la campaña de los socialistas a las siguientes elecciones, para pedir seguidamente la confianza para «afianzar» en una legislatura más los «avances» que se han iniciado durante estos cuatro años. «Tenemos que seguir en esta senda, lo que está haciendo el Gobierno tiene defensa», señalan desde el entorno del presidente, dejando para alcaldes y presidentes autonómicos la «labor» de encuadrar estos avances en la «lógica electoral» de cada comunidad. «Les viene bien. Hablar de acción de Gobierno es bueno e interesa a los ciudadanos», destacan.