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Dos meses para negociar un gobierno PNV-PSE
Las dos formaciones exhiben predisposición para formar un gobierno cuanto antes con más peso socialista
El resultado electoral del 21 de abril en el País Vasco dibuja un mapa similar al ya existente en la comunidad. El tímido triunfo del PNV, que se alzó con la victoria con un 35,2% de los votos frente al 32,5% de EH Bildu, le sitúa en una buena posición para negociar con el PSE y sumar de nuevo una mayoría absoluta. Por su parte, el PSE, formación que ha logrado 27.412 votos más que hace cuatro años, llega con fuerza para negociar y con toda seguridad demandará más peso en el Ejecutivo autonómico. Los dos partidos han confirmado que buscarán repetir pacto y ambos tienen una dilatada experiencia en negociar entre sí, tras ocho años de gobiernos vascos de coalición, más los de ayuntamientos y diputaciones.
De hecho, el PNV, a través de Itxaso Atutxa, aseguró ayer que «lo normal» sería reeditar la actual coalición con su «socio preferente» y admitió que entendería que los socialistas vascos pidiera tener «más peso» en ese ejecutivo, en contenidos o en carteras.
Mientras que el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, dio por hecho que se reeditará la coalición porque ya tienen «experiencia». «Yo ya he estado en estas negociaciones tres legislaturas, los interlocutores somos viejos conocidos y espero que lo sabremos hacer», dijo el hombre fuerte del partido nacionalista.
En cuanto a los socialistas, su secretario general, Eneko Andueza, subrayó que buscarán un acuerdo de gobierno «que tenga como guía nuestros principios y nuestro programa, y por que nuestra representación en las instituciones, especialmente, en el Gobierno vasco se refleje con la claridad y la contundencia de nuestros votos».
Aunque oficialmente no hay plazos fijados, lo habitual es que las conversaciones para formar gobierno en País Vasco se dilatan durante alrededor de dos meses, de manera que la investidura del nuevo lehendakari será a finales de junio. Antes hay que constituir el Parlamento y, ahí vendrá la primera incógnita de la negociación: ¿Aspirará el PSE a tener la presidencia de la Cámara Vasca? Ya la disfrutó con Jesús Eguiguren, mientras que el PNV quiere que repita la actual presidenta, Bakartxo Tejería.
Después habrá que negociar el reparto del gobierno, donde los socialistas ya han avisado que lógicamente demandarán un peso mayor, ya que hasta ahora el PNV tenía 31 escaños y el PSE 10, y ahora los peneuvistas han logrado 27 y los socialistas 12.
El reparto actual es de ocho consejeros para el PNV –nueve si se cuenta la presidencia– y tres para el PSE, con una vicepresidencia para cada uno. Probablemente en el nuevo Ejecutivo habrá otra vez dos vicelehendakaris, primero porque el PSE, que ya lo tiene, lo demandará de nuevo, y segundo porque, para «equilibrar», el PNV mantendrá otro.
Hay varias carteras que el PNV considera «troncales» y sería muy raro que renunciase a ellas, como Hacienda, la de Desarrollo Económico –lo que era Industria– o la de Seguridad, de la que depende la Ertzaintza. Por eso, la gran incógnita es qué cuarta cartera querrá el PSE, que ya tiene tres, y sobre todo, si será Sanidad.
No en vano, la gestión sanitaria ha sido el gran caballo de batalla de la campaña electoral, por el enfado de la ciudadanía con las listas de espera. Así que mejorar la gestión será la prioridad del nuevo gobierno, y a la vez un «sapo» que tendrá que digerir el que la detente. Los socialistas ya han dirigido la sanidad en el pasado, por ejemplo, en los años noventa con José Manuel Freire o más recientemente con Rafael Bengoa.
Es obvio que Pradales, nuevo lehendakari, renovará el gabinete que tenía Urkullu e incorporará caras nuevas. En el caso socialista, la clave es si Eneko Andueza, el secretario general, también irá al gobierno como vicelehendakari –como ya hizo, Idoia Mendia.