La estrategia electoral abre dudas en el PP

Los objetivos del PP en las elecciones vascas no se han cumplido y esto, bajo la presión de unas importantísimas elecciones catalanas a la vuelta de la esquina, abre debates internos que colocan sobre todo en el centro de la diana la estrategia electoral del partido.

Ser una formación decisiva en el País Vasco era una meta demasiado ambiciosa, pero en el PP sí creían que tenían al alcance dar el golpe definitivo a Vox en una comunidad tan simbólica para este partido como la vasca. Es la tierra de Santiago Abascal y en la que él creció en política, dentro, precisamente, de las filas populares. Por eso el líder de Vox se ha echado encima la campaña para sostener ese único diputado que no es cualitativamente importante, pero sí tiene un alto valor simbólico.

Por debajo del discurso oficial del PP rezuma la discusión sobre los errores tácticos que se están cometiendo. Y hay bastante coincidencia en que, al margen de Bildu, hay dos claves que les complican el camino hacia las catalanas: que Vox haya aguantado y que el PSE suba.

Y ahí entra la duda sobre si el choque de trenes con el PSOE, y el tú más, está sirviendo como aliciente que en vez de engordar las expectativas propias anima a Vox, también en Cataluña, mientras que, por contra, no debilita al PSOE. Las catalanas son importantes, y en el PP hay muchos que consideran que no van con un candidato bueno -Alberto Núñez Feijóo aceptó finalmente el nombre de Alejandro Fernández, aunque la intención era promover un relevo que diera impulso al PP regional y abriera nuevas ilusiones.

«Las comisiones de investigación en paralelo nos pueden estar llevando a la lógica del bipartidismo con sus corrupciones, y que esto dé gasolina a Vox pese a sus crisis orgánica y territorial», sentencian en una de las baronías más emblemáticas del PP. En paralelo han surgido otras discusiones sobre si ha sido acertado enfocar la campaña vasca en los temas sociales y de gestión, pasando de puntillas por el pasado, ETA y el terrorismo. Los resultados vascos confirman que hay una normalización social mayoritaria de EH Bildu, pero la manera en la que el PP ha tratado este tema, centrándose más en otros asuntos, ha podido servir de acicate para que el voto más españolista se haya mantenido fiel a Vox.

Movilizar el voto útil cuando no hay expectativa de que sirva para cambiar el gobierno es muy complicado, y las elecciones vascas confirman que el PP ha avanzado en la absorción del voto de Ciudadanos (en las anteriores elecciones, en las que iban juntos, sacaron seis escaños, uno menos que los obtenidos el domingo). Pero con Vox no ha sido tan eficaz. Posiblemente, el factor que más ha influido en el resultado electoral ha sido la polarización y el efecto del miedo a EH Bildu en el electorado de centro derecha, que puede haber ayudado incluso a llevar voto al PNV.

El portavoz de los populares, Borja Sémper, aseguró ayer que «su formación ha obtenido los objetivos prioritarios que nos marcamos en estas elecciones». También acusó a Pedro Sánchez de ser una máquina de votos para el independentismo: «El partido de Otegi ha crecido nueve escaños, más de 11 puntos desde que el PSOE gobierna en España».

El dirigente popular insistió en que el extraordinario avance de Bildu se debe al protagonismo que ha concedido Sánchez en la política nacional a Bildu, convirtiéndolo en un actor normalizado por culpa de sus políticas en el Congreso y sus alianzas en Navarra. Respecto a los resultados del PP vasco, Sémper apuntó que «hemos obtenido los objetivos prioritarios que nos hemos marcado en estas elecciones» debido a que «más de 40.000 nuevos vascos se han sumado a la oferta del PP».

Preguntado por el representante que ha conseguido Vox en la Cámara regional, Sémper ha establecido que «yo he estado en el Parlamento vasco muchos años y sé lo que cuesta obtener un escaño por Álava», si bien «el escaño por Álava es más barato que en cualquier otro territorio del País Vasco, es un escaño más fácil».

La Ejecutiva de Feijóo defendió la campaña moderada que han hecho en el País Vasco y celebraron el repunte tras más de veinte años de caída electoral. Los populares centraron su campaña en las cuestiones del día a día, en la vivienda, en la sanidad y los servicios públicos.

Sémper recalcó que la propuesta del PP en el País Vasco, igual que en Cataluña, no es a corto plazo, y explicó que lo importante es que la formación se recupera y revierte la tendencia negativa de dos decenios. Concluyó resaltando que «lo que es bueno para Sánchez es malo para España, y después de lo vivido nos produce tristeza que el nivel de democracia que todos nos exigimos desaparezca con Bildu y Sánchez brinde con champán».