Participación

Voto europeo: menos que en 2019 y más que en 2014

El 49,2% ha acudido a las urnas, 11,5 puntos menos que en 2019, cuando hubo un «superdomingo». Respecto a 2014, con solo comicios europeos, crece 5,4 puntos

Elecciones al parlamento europeo @Gonzalo Pérez Mata
Una mujer elige una papeleta en un colegio electoral de MadridGonzalo Pérez Mata Fotógrafos

Estas elecciones europeas del 9 de junio se caracterizarán por una reducción en la participación con respecto a las últimas, pues la asistencia a las urnas se situó finalmente en el 49,2%, cuando en 2019 fue del 60,73%. Eso, sin contar el voto de los residentes en el extranjero, que no es una cantidad desdeñable, pues superan los 2,4 millones de electores. Esta diferencia en la participación con la de 2019 se debe a la coincidencia hace cinco años de las elecciones municipales y europeas en la misma fecha, a las que se unió en la mayoría de regiones la celebración también de loscomicios autonómicos. La pauta de las elecciones europeas siempre ha sido la baja participación en comparación con otras convocatorias, como autonómicas, municipales y generales. Los españoles priorizan o clasifican el tipo de citas con las urnas, siendo percibidas, de más importantes a menos, de este modo: generales, municipales, autonómicas y europeas. Por lo que la normalidad ha hecho que no se bata ningún récord de participación el 9J, con prácticamente la mitad de los españoles participando.

En las otras tres elecciones del siglo XXI, las anteriores a las últimas de 2019, las de los años 2004, 2009 y 2014, la participación fue muy uniforme: 45,1%, 44,8% y 43,8%, respectivamente, por lo que las comparaciones serían más justas realizarlas con estas tres y no con la de 2019, puesto que en aquella ocasión hubo efecto «arrastre», lo que llevó a depositar en la urna europea papeletas que, de no haber sido ese día jornada electoral municipal en toda España y autonómica en 12 de las 17 comunidades, no se hubiera producido.

En la jornada de hoy, el dato de participación a las 14:00 horas fue del 28%, cuando en 2019 alcanzó el 34,8% en ese mismo momento. Pero en 2014 fue del 23,9%, en 2009 del 24,1% y en 2004 del 24,6%. Esto representaba un descenso de 6,8 puntos con relación a 2019, pero un incremento de 4,1 puntos con 2014, de 3,9 puntos respecto a 2009 y de 3,4 puntos en comparación con la cita electoral de 2004.

El segundo avance de participación llegó a las 18:00 horas, confirmando el voto del 38,3%, superando de esta forma en 4,3 puntos la media registrada en el periodo 2004-2014, que fue del 42,5% a las 18:00 horas. No obstante, representaba una caída a esa hora de 15,1 puntos respecto a la de 2019. Al cierre de los colegios, la media de esta década fue del 46,4%. Finalmente, la participación definitiva se ha quedado en ese 49,2%, incluyendo los 1,6 puntos correspondientes a los 580.000 votos emitidos por correo que no estaban contabilizados con anterioridad. Y es que, desde el segundo avance de participación acudieron a votar en las últimas dos horas unos 3,3 millones de electores, cerca del 9,3% del censo. Así se elevó la participación hasta prácticamente la mitad de los llamados a votar, es decir, 17,54 millones de ciudadanos.

Mientras, el voto por correo se ha reducido en esta ocasión en 441.00 votantes con relación a 2019, pero ha crecido en más de 276.000 papeletas con respecto a 2014 y en 263.000 si se compara con los comicios de 2009. Una cifra, la de hoy, que finalmente da muestra de que estas europeas eran mucho más atractivas para los electores que las anteriores, quizás porque se analizaban más en clave nacional que comunitaria y como una batalla entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez.

Los datos de los avances ya nos confirmaban la previsión de la encuesta de NC Report para LA RAZÓN el pasado 3 de junio, en la que se preveía una participación del 54,7%. Muy distante de la publicada el mismo día por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que en su estudio 3.460 pronosticaba la descabellada cifra de participación mínima del 71,1%. Es decir, José Félix Tezanos preveía una participación mínima de 25,2 millones de electores, 5,9 millones más que el cálculo demoscópico de este periódico.

La baja participación afecta a todos los partidos, aunque en mayor medida a los dos más grandes, PP y PSOE. La ventaja de las circunscripciones pequeñas y medianas en las elecciones generales, dominadas por el bipartidismo, prima la consecución de escaños para estas dos formaciones, dificultando a los minoritarios a acceder a diputados en la mayoría de las provincias. Pero en este tipo de cita comunitaria con las urnas no hay 52 circunscripciones, sino solo una, el conjunto de España, por lo que las minorías están todavía más motivadas que las mayorías, y más si cabe en este tipo de convocatorias, en las que con conseguir poco menos de 300.000 papeletas se tiene al alcance la consecución de un acta de eurodiputado.