Crisis en el PSM
El PSOE-M pacta a cara de perro una lista única
Acuerda en su «congresillo» respetar el resultado de las primarias y entrega a los «sanchistas» el 51,25% de los puestos para la cita federal
Acuerda en su «congresillo» respetar el resultado de las primarias y entrega a los «sanchistas» el 51,25% de los puestos para la cita federal.
El reparto de los 80 delegados que la federación socialista madrileña enviará al congreso federal de junio reaviva de nuevo este fin de semana la guerra interna del PSOE. Los militantes madrileños inauguraron su «congresillo» extraordinario con una única certeza: que Pedro Sánchez, reelegido hace sólo una semana de nuevo como secretario general en primarias, sería el número uno de la lista de los socialistas por Madrid. A partir de ahí, en el reparto de los puestos entre el 2 y el 80, es donde el partido que lidera en esta comunidad Sara Hernández volvió a mostrar su división en tres corrientes.
Con los resultados que los militantes otorgaron el domingo pasado a cada uno de los candidatos, hasta 727 representantes de «sanchistas», «susanistas» y «patxistas» (los delegados acreditados para la cita) lucharon ayer en el hotel Auditorium a cara de perro. La ubicación de Hernández, la secretaria general que apoyó a Patxi López, fue el principal problema entre las corrientes. Segura de que ocuparía el segundo puesto de la lista, la líder regional hizo su entrada en el Congreso Extraordinario afirmando que «más allá del número uno y de la número dos, lo importante es esa lista única, esa lista de consenso, esa lista de diálogo que estamos entre todos con muy buena voluntad y con mucha implicación tratando de construir», informó Ep. Logró mantenerse, pero lo hizo a pesar de los afines a Pedro Sánchez y Susana Díaz que apostaban por repartir la tarta en función del apoyo que cada uno de ellos obtuvo en las primarias: 49,49% en el caso del secretario general, 31,76% en el de Díaz, y dejar un 18,75% de la lista, en este orden de importancia, a «patxistas» como la propia secretaria general de PSOE-M.
El desencuentro durante toda la jornada fue tal que el presidente de la Mesa, José Ángel López-Chamorro, decidió ampliar en más de tres horas el plazo para la presentación de las lista que se votará hoy. Finalmente, tras Sánchez y Hernández aparecerán en la lista Manuel Robles, presidente del partido en Madrid que también apoyó a Patxi López, y Elena Valenciano, vicepresidenta del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo que cercana en las primarias a Susana Díaz. La secretaria general del PSOE-M subrayó que en la composición del resto de la lista se habían respetado los porcentajes obtenidos en las primarias, aunque el reparto quedó en 41 delegados para «sanchistas», 24 para los «susanistas» y 15 para unos beneficiados «patxistas» en la federación madrileña. «Ha sido una difícil, una negociación con mayúsculas, pero siempre dentro del respeto mutuo y siempre pensando en el bien del partido», declaró el portavoz adjunto en la Asamblea de Madrid y representante de la corriente que venció en las primarias, José Manuel Franco. El concejal en el Ayuntamiento de Madrid Antonio Miguel Carmona, que apoyó a Díaz, aseguró que en la lista –en la que también va– hay «unidad pero no uniformidad». Representantes de todas las corrientes quisieron escenificar, con una comparecencia conjunta su unión.
En el «congresillo» también se debatió ayer, no sin cierta polémica, la ponencia marco que los socialistas madrileños llevarán al congreso federal. A pesar de que se decidió de inicio (con un 30% de votos en contra) tomar como referencia en el debate el documento propuesto por Pedro Sánchez en lugar de la propuesta de la gestora, el documento registró más de 1.600 enmiendas por parte de los militantes socialistas madrileños.
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