La concesión de la Gran Cruz de Isabel La Católica a la presidenta italiana, Giorgia Meloni, ha provocado un maremoto entre ciertos sectores del Gobierno. Mientras el área socialista calla porque, como decía aquél, el que se mueve no sale en la foto, la extrema izquierda echa las muelas y anda poniendo a caldo a Pedro Sánchez. Han sido varios los exponentes de este sector que han hecho patente su enfado por la condecoración recordando que hasta hace unos meses Meloni era, para el PSOE, una «fascista». Mientras tanto, en el ámbito conservador recuerdan que Sánchez ya pactó en Bruselas con la «ultraderecha» para sacar la candidatura de Teresa Ribera.