Economía

Todo va bien, pero tiene mala pinta: por qué la situación económica se va a complicar

El Banco de España constata que la economía española está aún en un periodo de crecimiento robusto, pero también que la inflación va a rebotar y eso sin tener en cuenta los efectos de la guerra de aranceles de Trump

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, interviene durante la ceremonia de toma de posesión de su cargo, en el Banco de España, a 24 de septiembre de 2024, en Madrid (España). El nuevo gobernador estrena un protocolo sin discursos de sus ex compañeros en el Gobierno en coincidencia con su intento de transmitir independencia en su mandato hasta 2030. José Luis Escrivá es gobernador del Banco de España desde el pasado 6 de septiembre tras su cese como ministro de Transformación D...
José Luis EscriváAlberto OrtegaEuropa Press

François-Marie Arouet (1694-1774), es decir, Voltaire, apuntaba que «la incertidumbre es una posición incómoda». Luego añadía que «la certidumbre es una posición absurda». Las palabras del histórico librepensador condensan, con perfección y maestría, el fondo y la forma de las «Proyecciones macroeconómicas e informe trimestral de la economía española», que elabora el Banco de España, presentadas ayer. En un lenguaje más llano, todo se podría resumir en que «esto va bien, pero tiene mala pinta». Es el primer gran informe de la era José Luis Escrivá al frente de la institución y tiene la virtud –alguien dirá que es un defecto, pero ese es otro asunto– de que puede ser válido tanto para el Gobierno como para la oposición. Muy distinto es que unos y otros tomen nota de los mensajes emitidos y todavía más difícil es que tomen nota para desarrollar futuras políticas.

El Banco de España, en pocas palabras, por una parte constata que la economía española está en un periodo de crecimiento robusto, que llegará al 2,7% este año, dos décimas por encima de las anteriores previsiones. Por el contrario, en el lado negativo, apunta que la inflación rebotará hasta el 2,5%, cuatro décimas –que es mucho– por encima de las expectativas que había hasta ahora. Todo eso sin tener en cuenta –porque todavía es imposible hacerlo– los efectos de las políticas, sobre todo arancelarias –queden en lo que queden, porque son cambiantes y volátiles de día a día–, pero también otras medidas de Donald Trump que tendrán efectos globales.

El Gobierno de Sánchez puede esgrimir que el Banco de España certifica que la economía española está en la vanguardia europea y va bien, aunque quizá no como un cohete. La oposición puede agarrar las previsiones más negativas sobre inflación y, de forma especial, de la inversión privada, retraída en los últimos meses. En el punto intermedio, más o menos, la advertencia de los expertos del Banco de España que llaman la atención sobre la creciente incertidumbre y complejidad geopolítica que, básicamente, indican que todo –la situación económica– se va a complicar. Manda la incertidumbre, porque la «certidumbre es una posición absurda·, que decía Voltaire.