
Macroeconomía
El Banco de España advierte de que el Gobierno incumplirá las reglas fiscales de la UE al menos hasta 2027
Confirma la ralentización del crecimiento del PIB, que pasaría del 3,2% en 2024 al 2,7% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 1,7% en 2027. Avisa del frenazo en el empleo: el paro no bajará de dos dígitos al menos hasta 2027
La economía española ha seguido sorprendiendo al alza y mostrando un ritmo de crecimiento robusto, pese a la incierta y compleja coyuntura geopolítica internacional, aunque ya atisba una evidente desaceleración que no ha sido contrarrestada con medidas correctivas de la economía por parte del Ejecutivo. Así lo advierte el Banco de España en sus nuevas proyecciones macroeconómicas del primer trimestre del año, en las que apunta que el PIB español avanzó un 0,8% en el cuarto trimestre de 2024, ligeramente por encima de lo esperado en sus previsiones de diciembre. Los datos más recientes sugieren que la actividad económica española continuaría creciendo a un ritmo elevado, entre el 0,6% y el 0,7%, en el primer trimestre de este año. Por tanto, el supervisor revisa al alza en dos décimas el PIB en 2025, desde el 2,5% hasta el 2,7%, debido al efecto positivo de los nuevos datos de PIB publicados por el INE a finales de enero y a que las perspectivas sobre el comportamiento de las rentas de los hogares "serían ahora más favorables", lo que podría repercutir de "forma positiva sobre el consumo", apunta el informe.
De acuerdo con estas proyecciones, el avance del PIB en el período 2025-2027 estaría basado en el empuje de la demanda interna, gracias a la mayor aportación del consumo privado, el aumento de la formación bruta de capital y por el consumo público -que explicó un 39% y un 27% del crecimiento del PIB en 2023 y 2024-, aunque moderaría ligeramente su aportación al aumento de la actividad en los próximos años. Por contra, la contribución de la demanda exterior neta al crecimiento sería ligeramente negativa, por la desaceleración de las exportaciones y la mayor tracción de las importaciones.
Con estas premisas, de cara a los próximos trimestres, el Banco de España proyecta una "desaceleración gradual" de las tasas de avance de la actividad hacia "valores coherentes con la capacidad de crecimiento potencial" de la economía española, que se situaría ligeramente por debajo del 2% interanual al final del horizonte de proyección. En concreto, contempla que el crecimiento del PIB pasaría del 3,2% en 2024 al 2,7% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 1,7% en 2027.
El regulador mantiene su optimismo con el avance de casi todas las ramas y sectores productivos, pero vuelve a alertar sobre la situación del sector de agricultura, ganadería y pesca, que continúa en una peligrosa curva descendente. También le preocupa la ligera aceleración que presentó la actividad industrial, mientras que solo los servicios mantienen el pulso gracias al dinamismo que mostraron las actividades inmobiliarias, así como las actividades profesionales, científicas y técnicas y las actividades de la Administración Pública, educación y sanidad.
En cuanto a la inflación para este año, esta se revisa al alza en cuatro décimas, hasta el 2,5%, por los mayores precios de la energía observados en el inicio del año y a que la senda futura prevista para los mismos es más elevada que la contemplada hace tres meses. En sentido contrario, la extensión hasta junio de 2025 de las medidas de apoyo al transporte público -que el Gobierno aprobó después del cierre del ejercicio de proyecciones de diciembre- contrarresta ligeramente la revisión al alza de la inflación en 2025.
Sin embargo, el Banco de España advierte de que estas proyecciones para la economía española están sometidas a una "extraordinaria incertidumbre" y presentan "riesgos a la baja en términos de crecimiento económico", ya que no incorporan explícitamente el posible impacto adverso sobre la actividad de los mayores niveles de incertidumbre y de tensiones geopolíticas que se vienen observando a escala global en los últimos meses. Tampoco incorporan el incremento de los aranceles por parte de Estados Unidos ni la posibilidad, contemplada actualmente en la UE, de flexibilizar las reglas fiscales a las que están sometidos los Estados miembros con el propósito de incrementar, de manera apreciable, el gasto público en defensa.
Las nuevas proyecciones macroeconómicas del regulador incorporan un mayor dinamismo de la actividad en términos reales en 2024 y 2025 y una evolución más favorable de las rentas de los hogares, lo que se traduciría en una mayor recaudación fiscal. Este efecto se compensaría, parcialmente, por la revisión al alza de la inflación en 2025 -que da como resultado un aumento más intenso del gasto en pensiones en 2026- y por unos tipos de interés ligeramente más elevados a lo largo del horizonte de proyección. Teniendo en cuenta todos estos elementos, el déficit de las Administraciones Públicas -que podría cerrar 2024 en torno al 3,4% del PIB- se reduciría hasta el 2,8% en 2025 y el 2,6% en 2026 y 2027, lo que supone una revisión a la baja de una décima en cada año con respecto al ejercicio de previsiones de diciembre.
Deuda y empleo
Por su parte, estima que la deuda se reduciría desde el 101,8% del PIB observado en 2024 hasta el 101% en 2027. Sin embargo, en términos del cumplimiento de las reglas fiscales europeas, se prevé un crecimiento del gasto computable neto del 4,5% en 2025, del 4,1% en 2026 y del 3,8% en 2027, lo que supone unas tasas de avance que se sitúan, en esos años, en unos 0,8 puntos porcentuales, 0,6 y 0,6 por encima de los máximos establecidos -del 3,7% en 2025, del 3,5% en 2026 y del 3,2% en 2027-. Esta desviación es mayor que la estimada en el ejercicio de previsiones de diciembre debido al impacto, entre otras medidas, de la extensión de la subvención al transporte público y del decaimiento del gravamen a empresas energéticas. También, aunque en menor medida, por el efecto de los cambios en las variables macroeconómicas y, en particular, el aumento del gasto en pensiones derivado de la revisión al alza de la inflación en 2025. Por tanto, el Gobierno incumpliría las reglas fiscales al menos durante este año y los dos siguientes.
Los analistas del supervisor bancario también advierten de que la creación de empleo se prolongará hasta 2027, aunque "continuará reduciendo su ritmo de avance", en línea con lo observado en los últimos trimestres. En particular, se prevé que, frente a los incrementos del 3% y el 2,2% registrados en 2023 y 2024 el empleo -medido en términos de personas ocupadas aumente un 1,9% en 2025 y ralentice progresivamente su crecimiento hasta una tasa del 1% en 2027.
La tasa de paro continuará decreciendo en el horizonte 2025-2027, si bien a un "ritmo menor que el observado en 2024". Todo ello en un contexto de menor creación de empleo, pero también de "cierta desaceleración" en el incremento de la población activa -muy influida por la evolución prevista para los flujos migratorios-. En conjunto, entre 2024 y 2027, la tasa de paro se reduciría desde el 11,3% hasta el 9,5%, por primera vez por debajo de los dos dígitos en más de una década.
✕
Accede a tu cuenta para comentar