
Envejecimiento laboral
Más de la mitad de los profesionales "sénior" culpa a la edad de su estancamiento laboral
Los trabajadores de entre 50 y 64 años representan un cuarto de la población en edad laboral, según Randstad

España es un país envejecido, tendencia auspiciada por la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida. Tenemos menos hijos y vivimos más, un comportamiento que repercute inevitablemente en el entorno laboral, tanto que el peso de los trabajadores séniors (mayores de 55 años) es cada vez mayor. De hecho, los trabajadores de entre 50 y 64 años representan, actualmente, un cuarto de la población total que se encuentra en edad laboral (26%), cifra que se eleva a 10,3 millones de personas en nuestro país y que crece a un ritmo del 2% cada año, según el último estudio de Randstad Research.
Ante este escenario es habitual pensar que las empresas apuestan por el trabajo sénior, sobre todo desde que estos empleados representan el 26% del personal de las compañías españolas, aunque nada más lejos de la realidad. Más de la mitad de los trabajadores séniors (55%) considera que su trayectoria laboral se ha estancado por su edad, motivo por el que también opina que son rechazados en los procesos de selección. De los que, por el contrario, no sienten que su carrera esté anquilosada (45%) apuntan que las razones principales para conseguirlo son el esfuerzo en el trabajo y el continuo desarrollo profesional, además de la experiencia en su actividad y su gran conocimiento del empleo.
No obstante, ninguno de estos argumentos asegura que puedan mantener su trabajo o encontrar uno nuevo si les despiden con cierta edad, aunque también es cierto que el tiempo medio de recolocación de este colectivo es de 4,1 meses, por debajo de la media. Es más, según los datos recogidos por Randstad Risesmart casi ocho de cada diez personas de más de 50 años que han perdido su empleo y han desarrollado un programa de outplacement han conseguido un puesto con iguales o mejores condiciones que su último trabajo
Actuar como mentores de los perfiles más jóvenes
En un mundo laboral diferente al que era cuando comenzaron a trabajar, el talento sénior se muestra abierto al cambio, aunque solo poco más del 25% de los profesionales estaría dispuesto a cambiar de sector o empresa para ampliar opciones laborales o conseguir mejores condiciones económicas, sobre todo porque considera que su edad se ha convertido en un hándicap, algo que podría jugar a su favor tanto si está en búsqueda activa de empleo como para conservar su trabajo hasta llegada la jubilación.
De hecho, si por algo se caracteriza este grupo de profesionales es por contar con una carrera consolidada en su campo de especialización, una experiencia que facilita la toma de decisiones estratégicas y que le ha permitido aprender, con el paso de los años, a lidiar con la presión, algo que podría servirle para actuar como mentor de perfiles más jóvenes. Además, la resiliencia generada a lo largo de su carrera les hace ser capaces de adaptarse a entornos cambiantes. Asimismo, su dilatada experiencia profesional viene acompañada de una extensa red de contactos, que puede abrir nuevas oportunidades de negocio para su empresa.
En este sentido, Ana Spada, embajadora de talento sénior en Randstad, hace hincapié en los estereotipos que enfrenta el talento sénior. “No se valoran los puntos fuertes de este colectivo de trabajadores, que aporta experiencia, enriquece la cultura de la empresa y fortalece la cohesión intergeneracional, impulsando el aprendizaje y la colaboración”, sentencia.
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