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Tecnología

Toyota ya construye el próximo coche para la luna

El “Lunar Cruiser” circulará por la superficie lunar en 2029 y sus experiencias servirán para mejorar la tecnología de nuestros automóviles cuando regrese a la Tierra

Toyota ya construye el próximo coche para la luna Toyota

Es un reto de otro mundo, nunca mejor dicho. Los técnicos de Toyota ya avanzan en el qué será el coche que utilizarán en sus desplazamientos los astronautas que, según los planes de la NASA, volverán a pisar la luna al final de esta década, concretamente en el año 2029. El vehículo deberá enfrentarse a retos nunca conocidos sobre la Tierra y recogerá experiencias muy provechosas para mejorar en apartados de seguridad y fiabilidad. Porque el vehículo volverá a nuestro planeta una vez finalizada la misión para ser analizado.

El fabricante japonés está incluido dentro del programa Artemis de la NASA a través de su colaboración con la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) en el desarrollo del Lunar Cruiser, Se espera que su lanzamiento, previsto para 2029, expanda el ámbito de exploración de las misiones espaciales tripuladas y no tripuladas. El programa Artemis marca el primer paso en la nueva era de exploración humana. Junto con aliados comerciales e internacionales como la JAXA, la NASA espera establecer una presencia sostenible en la Luna para lanzar misiones a Marte.

Dos potentes grupos japoneses están fuertemente comprometidos en este programa. Mitsubishi Heavy Industries lo hará a través del desarrollo de la LUPEX –siglas en inglés de la expedición polar lunar–, y Toyota mediante el desarrollo conjunto de un vehículo lunar tripulado con la JAXA. Con este “Lunar Cruiser”, Toyota espera poder aplicar las tecnologías perfeccionadas utilizadas en las condiciones extremas de la Luna en la Tierra.

Aunque circular por la Luna será sin duda una experiencia emocionante, las condiciones de la misión requieren mucho trabajo para que el vehículo sea un espacio cómodo y no solo un transporte fiable. La tripulación tendrá que vivir a bordo, en un espacio reducido, sobre la superficie monocromática de la Luna, durante alrededor de un mes. Esto plantea básicamente dos retos: la gran fatiga mental que puede afectar a la eficiencia y motivación del trabajo de la tripulación, y la dificultad de trazar un recorrido. Por lo tanto, las tecnologías que se incorporarán tendrán como objetivo ofrecer la mejor experiencia de usuario posible, un gran rendimiento de conducción y una capacidad todoterreno automatizada.

Las tecnologías que Toyota está diseñando para las misiones del Lunar Cruiser son, entre otras, la prevención de vuelcos en la superficie desconocida del satélite, la navegación con señal de radio, la generación de rutas seguras por las que circular, un control de la dirección intuitivo, asistencia a la conducción con una pantalla superpuesta y un diseño interior que traslade una sensación de amplitud, con capacidad para una tripulación de entre dos y cuatro miembros. Todas las lecciones aprendidas redundarán en beneficio de una conducción más segura sobre todo tipo de terreno, también en la Tierra. Otras posibles aplicaciones podrían ser la exploración remota y automatizada de lugares donde se han producido catástrofes o el transporte de mercancías en zonas peligrosas.

Uno de los ingenieros de Toyota directores del proyecto señala que, puesto que conducir durante treinta días sin parar resultaría extremadamente exigente, ciertas partes estarán automatizadas, y los astronautas activarán el control manual en casos en que tengan que lidiar con alguna situación particularmente complicada…

El vehículo lunar incorporará una pila de combustible regeneradora de Toyota para sobrevivir a las noches lunares. A través de la electrolisis del agua, el sistema hará posible la producción de hidrógeno de alta eficiencia usando la luz solar para disponer de energía por la noche. Los neumáticos del vehículo, desarrollados por Bridgestone, estarán hechos de metal, ya que la goma resultaría inútil en las duras condiciones de la Luna. Los ingenieros de la marca japonesa esperan que las innovaciones del Lunar Cruiser y el desarrollo de sistemas circulares a partir de la luz solar, agua y el hidrógeno en la Luna contribuyan a alcanzar la neutralidad en carbono en el planeta Tierra. Por ejemplo, pueden permitir el suministro de energía sostenible a pueblos remotos o campos de refugiados en zonas de guerra. O emplear estas tecnologías en centros de evacuación en caso de catástrofe y para embarcaciones.

En palabras de Shigeki Terashi, director y miembro ejecutivo de Toyota, “puede que empezáramos con la idea de un vehículo para recorrer la superficie de la Luna, pero luego pasamos a plantearnos, por ejemplo, el uso del hidrógeno como combustible. Si el vehículo tiene que funcionar con hidrógeno, necesitamos agua para producir ese hidrógeno. Si la superficie de la Luna contiene agua, podemos utilizarla para crear una sociedad basada en el hidrógeno, lo que podría llevar a la construcción de ciudades. A medida que vamos afrontando muchos aspectos distintos en el camino, cada uno parece un proyecto independiente, pero creo que, en el fondo, se trata siempre de piezas que están interconectadas”.