El momento exacto en el que Nadal se lesionó en el Open de Australia

Estaba siendo una tarde complicada (madrugada en España) para Rafa Nadal en su partido de segunda ronda del Open de Australia. Maczencie MacDonald le estaba superando y le había vencido el primer set por 6-4 y también llevaba un break de ventaja en el segundo, después de que el español hubiera recuperado un 2-0. Pero lo peor estaba por llegar: cuando el estadounidense tenía que confirmar la rotura y el zurdo intentaba poner el 4-4, tuvo que estirarse para dar una derecha ante un tiro palaleo, y llegó la cara de sufrimiento, el gesto.

No era una cuestión de desesperación, de que la bola se le estuviera quedando muy corta o de que tuviera problemas con el saque. Era una cuestión física. Miró a su banquillo y los temores se confirmaron poco después en pista. Las siguientes bolas ni fue a por ellas. En una carrera, tuvo que frenar e iba cojo. Pidió tiempo médico. El daño estaba en la parte alta de la pierna izquierda a la altura de la cadera.

Por ser en esa zona se metió en el vestuario para que lo trataron. En su palco todo eran rostros serios y su cara al regresar a la pista no era precisamente de estar bien. Recibió una ovación impresionante del público y decidió seguir intentándolo, aunque la misión se antojara casi imposible, porque tenía el partido muy cuesta arriba y si perdía el set y quería ganarlo suponía estar dos o tres horas más en pista. Efectivamente lo terminó perdiendo, visiblemente limitado en sus movimientos. La duda era qué sucedería en ese momento, pero todavía continuó jugando. Jugó un parcial a tiros, sin movilidad, y lo llevó incluso casi hasta el final, pero terminó perdiendo, como era lógico.

“Estoy muy bien físicamente”, había dicho Rafa tras la primera ronda ante Jack Draper. Incluso admitió que se había cuidado y que había perdido peso respecto a otros años. No hay que olvidar que el manacorense tuvo una segunda parte de 2022 muy accidentada, después de empezar el año pasado de manera impresionante, con los triunfos en Melbourne, el Open de Australia y Acapulco. Todo ello pese a que su lesión crónica en el pie seguía latente. Después, en Indian Wells, llegó el primer contratiempo con una fisura en la costilla que le obligó a parar varias semanas. El problema en el pie siguió en Roland Garros; y en Wimbledon sufrió una rotura abdominal que le obligó a retirarse en semifinales y que se le reprodujo poco después. Eso hizo que acabara con malas sensaciones, que empezó a buscar en Australia para defender su título.