Ciclismo
Pogacar sentencia el Giro en la resurrección de Nairo Quintana
El colombiano estuvo escapado durante más de 200 kilómetros y sólo cedió ante el dominio de la «maglia rosa»
Hace poco más de un año, Nairo Quintana era un proyecto de exciclista, un corredor olvidado en el limbo. Castigado por consumir tramadol, un analgésico prohibido, durante el Tour de 2022 y repudiado por la élite. No estaba sancionado, pero nadie lo quería. Él defendía su inocencia y su empeño en seguir siendo ciclista en una conferencia de prensa mientras su compatriota Supermán López se mostraba en la Vuelta a San Juan con la camiseta del Team Medellín, un modesto equipo colombiano que también ofreció refugio a Nairo.
Supermán ganó aquella vuelta que desapareció del calendario internacional esta temporada, pero no ha conseguido regresar a la élite. Nairo no quiso bajar de categoría para seguir en activo a costa de participar en carreras invisibles. Esperaba su oportunidad de regresar con los mejores, de volver a ser ciclista, y fue Movistar quien se la dio. Se juntaron las necesidades del equipo y del corredor para que el colombiano regresara a casa con el reto por delante de demostrar que a los 34 años sigue siendo un ciclista de verdad. Aunque hasta hoy no ha podido sentirlo.
En una etapa de 222 kilómetros Nairo anduvo 202 escapado y sólo le sobraron los dos últimos de la subida a Livigno, cuando lo adelantó Tadej Pogacar. Una ascensión con rampas durísimas que incluso parecieron atragantársele al propietario de la «maglia rosa». Nairo era el último superviviente de la escapada de 72 corredores que se había lanzado a la aventura en el comienzo de la etapa. Antes el colombiano había superado a Steinhauser, otro de los valientes. Pero las piernas, que andaban a buen ritmo a pesar de la paliza, no le permitieron aguantar la embestida de Pogacar, que a falta de poco más de 13 kilómetros se había cansado de viajar en compañía y decidió marcharse solo a por los dos corredores que le quedaban por delante.
«Ha sido una etapa que me gustaba, con mucho desnivel. Para mí es un gran logro, venía diciéndolo desde el primer día que empezó el Giro y espero ir encontrándome mejor. Estamos en buen camino», decía Nairo después de la etapa. Eran más de 5.000 metros de desnivel los que tenía la etapa después de atravesar puertos míticos como el Mortirolo. «Estoy emocionado. Ha sido una pena no terminar primero, Pogacar es muy fuerte y sólido, como sabíamos. Lo importante es que lo intentamos, trabajamos muy bien en equipo. Sabía que estas rampas finales eran muy difíciles, pero me vacié. Al final tuve que regular. Este segundo lugar sabe muy bien y agradezco al equipo por volverme a llevar a la competición», añadía Quintana.
Nairo ya había sufrido a Pogacar en sus comienzos, en aquella Vuelta de 2019 en la que se dio a conocer el esloveno. Pogacar, entonces, lo atropelló en la etapa de Andorra a pesar de que desde el coche del equipo pararon a Marc Soler para ayudar al colombiano. Una imagen que dio mucho que hablar y que parecía hecha a propósito para el documental «El día menos pensado» que Movistar + estrenó al año siguiente.
Pogacar consigue su cuarta victoria de etapa en su estreno en la carrera italiana, que parece ya decidida. Son 6:41 los minutos que tiene de ventaja sobre Geraint Thomas, el segundo clasificado. 6:56 sobre Daniel Felipe Martínez, que es tercero.
«A pesar de la ventaja no puedo decir que haya sido el mejor día de mi carrera. No me sentí bien en todo el día. Ha sido una ruta preciosa, con bonitas subidas. Livigno es uno de mis lugares favoritos en Italia. Teníamos esta ruta en mente desde diciembre», explicaba el esloveno después de su victoria. Pogacar agradeció el trabajo de su equipo. «Hablé con Majka y con Felix [Grossschartner] porque teníamos que ser inteligentes y no permitir que los fugitivos llegaran demasiado lejos. Rafal hizo un muy buen trabajo. Cuando tomé el mando ataqué para poder abrir diferencias. Es lo que hice, y así continué hasta meta», añadía. Tuvo tiempo también para elogiar a Nairo Quintana por su cambio de mentalidad. «Cuando veía ciclismo, siempre me enfadaba con Quintana porque siempre esperaba mucho para atacar. Hoy ha hecho una gran etapa y Steinhauser también ha rendido a un gran nivel», decía. Nairo Quintana vuelve a sentirse ciclista.
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