Miguel Ángel López vuelve a ser Supermán

La Vuelta a Andalucía de 2021 era hasta ahora el último triunfo de Miguel Ángel López. Eran los tiempos, breves, en que vestía la camiseta de Movistar. Sólo fue un año, pero intenso. Desde entonces han pasado muchas cosas, la espantada del colombiano de la Vuelta de ese mismo año, cuando era tercero en la general y apenas quedaban dos etapas por completar. Y el despido de Astana, al que regresó después de su salida del equipo telefónico.

Pero en el Alto del Colorado Miguel, como le llaman sus compañeros, volvió a ser Supermán. Arropado por el equipo Medellín, en su casa, en Colombia, ha encontrado el lugar desde el que relanzar su carrera. Y en la Vuelta a San Juan ha encontrado el lugar para hacerlo subiendo de nuevo a lo más alto del podio.

Le costaba sonreír al colombiano en los primeros días de la carrera. Cargaba con el peso de lo que pudo haber sido y no fue, con la contradicción entre lo que dicen sus piernas, que lo señalan como uno de los mejores escaladores del mundo, y lo que dice su contrato con un equipo de la tercera categoría del ciclismo mundial porque no ha encontrado acomodo más arriba. “Llevamos el triunfo a casa. Los muchachos se lo han ganado, han confiado en mí y tenemos una bonita recompensa”, dice el ganador de la carrera. “Todos han visto lo unidos que estamos. Tener un gran compañero y un gran líder como Óscar [Sevilla] hay que destacarlo”, añadía, agradecido a la labor del corredor español.

Pero el Team Medellín es su familia. Y Supermán recuperó la sonrisa el sábado por la mañana, ya con el maillot albiceleste de líder, sin nada que demostrar y con la seguridad de que iba a ser el ganador de esta Vuelta a San Juan. Aunque Evenepoel quisiera discutírselo hasta el final.

El belga atacó a falta de 14 kilómetros y con él se fue Quinn Simmons. Entre los dos se lanzaron a una contrarreloj por equipos en la que la diferencia a favor de los escapados no dejaba de crecer, hasta llegar casi hasta el medio minuto. Era la manera de reivindicarse del campeón del mundo, que no estuvo con los favoritos en la etapa en la que se le esperaba.

Sólo cuando Ineos puso a Filippo Ganna a tirar la ventaja comenzó a reducirse, hasta que el grupo engulló de nuevo a los dos aventureros para devolver la carrera a su estado normal. La norma dice que la última etapa si se disputa en un circuito se decide al esprint. Y para eso se aplicaron los equipos de los velocistas.

Y como el sábado, aunque ya de manera menos sorprendente, se impuso Welsford, el australiano del DSM. El único que ha ganado dos etapas en esta edición. Por detrás, Jakobsen y Nizzolo. Ni Bennett ni Gaviria, a pesar de que sus equipos también habían colaborado para tumbar la aventura de Remco. Pero Welsford, el especialista de la pista que ha encontrado el éxito tardío en la carretera -tiene 27 años-, levantó los brazos.

Homenaje a Richeze

Pero López y Welsford no fueron los únicos ganadores de la etapa final de la Vuelta a San Juan, que había comenzado con un reconocimiento para Maxi Richeze, el mejor ciclista argentino de los últimos años, que disputaba su última carrera cerca de los 40 años y vestido con los colores de la selección de su país. Primero le hicieron un homenaje sus compañeros, un pasillo para reconocer su trayectoria.

Después llegó el momento del público. Los ciclistas tenían que dar siete vueltas al circuito sanjuanino y el pelotón permitió que Richeze completara la primera en cabeza y en solitario. Con una bandera argentina en una mano, utilizaba la otra para saludar al público que lo arrullaba con sus aplausos. Era su despedida en el lugar donde todo empezó. El mismo sitio en el que Supermán recuperó la capa.