Obituario

Muere Arsenio Iglesias, el entrenador del primer Superdépor

Tenía 92 años y con él el equipo gallego ganó su primer título, la Copa del Rey de 1995

Arsenio Iglesias, el hombre que puso a funcionar el primer Superdepor ha fallecido a los 92 años. Nacido en Arteixo el día de Nochebuena de 1930, hizo carrera como jugador, pero donde brilló de verdad fue en los banquillos. Desde allí vio el primer título de su Deportivo de La Coruña. que gracias a él y a los fichajes de Augusto César Lendoiro se convirtió en Súper. Y desde allí sufrió también la decepción de perder una Liga de la manera más dolorosa, aquella del penalti de Djukic que acabó festejando el Barça de Cruyff.

Esa fue su grandeza. El Dépor era un equipo casi recién ascendido, aunque con Bebeto y Mauro Silva, pero Arsenio fue capaz de competir con el Barcelona y con Cruyff y de poner los cimientos para la Liga que llegó después con Irureta. Fue el Deportivo el equipo que vertebró su carrera. En él comenzó a jugar y en él comenzó a entrenar. Como jugador debutó en Les Corts, el campo del Barcelona, y marcó un gol por el que, cuenta la leyenda, pidió perdón a Ramallets, aunque los azulgrana acabaron ganando 6-1. Después pasó por el Sevilla, el Granada, el Albacete y el Oviedo, donde se retiró. Como técnico ya llevó al equipo a Primera en 1971 después de sustituir a Roque Olsen a mitad de temporada. Después pasó por varios equipos más, el Hércules, el Zaragoza, con el que también ascendió, el Burgos. el Elche, el Almería y el Compos, pero tuvo que regresar al Deportivo para devolverle a Primera después de 20 años en Segunda.

Nada fue sencillo para el «Brujo» o el «Zorro de Arteixo», como le llamaban. Ya en Primera, Lendoiro eligió a Boronat para dirigir al equipo y tuvo que regresar una vez más para salvar una promoción de descenso antes de que naciera el Superdepor. Hasta el triunfo en la Copa tuvo que disfrutarlo en dos episodios. La final, disputada contra el Valencia en el Bernabéu, tuvo que suspenderse en el minuto 79, cuando estaba empatada a uno, por el diluvio que caía sobre Madrid. Se retomó tres días después y un gol de Alfredo permitió al Deportivo festejar su primer título.

Se fue con el trabajo hecho. Le tocaba a otro hacer que el Deportivo siguiera creciendo. «Me voy ahora para que me puedan dar un abrazo y no me maldigan en agosto», dijo. Meses después le llegó la oportunidad más insospechada, el regalo envenenado de entrenar al Real Madrid, que había despedido a Valdano. El equipo no se clasificó para jugar competiciones europeas y a Arsenio ya no le quedaron más ganas de volver a sentarse en un banquillo. Sólo regresó, años después, de manera testimonial para dirigir a la selección gallega junto a Fernando Vázquez.

Ahora Arsenio se ha ido para siempre, con 92 años y un pasado glorioso que sigue sirviendo de referencia a muchos jugadores y entrenadores y que deja en Coruña la añoranza de un pasado mejor.