Euroliga

El Madrid, imperial camino de la Duodécima (87-76)

Arrolló al Olympiacos en los dos primeros cuartos con una exhibición colectiva en ambos lados de la pista. Se medirá con el Panathinaikos en la final

Poirier machaca el aro del Olympiacos
Poirier machaca el aro del OlympiacosCLEMENS BILANAgencia EFE

El penúltimo paso hacia la Duodécima llegó en un partido imponente ante el Olympiacos. El Real Madrid fue el equipo imperial de las mejores noches continentales. Los griegos llegaban de haber tumbado al Barça en el Palau, con el colmillo afilado por la derrota en la final del año pasado, con la competitividad por bandera... pero es que el equipo de Chus Mateo hizo cumbre en la semifinal. Los dos primeros cuartos fueron un escándalo. El Madrid construyó una renta de más de 20 puntos que permitió soportar la reacción de los griegos cuando los de Bartzokas se reconocieron. Ahora espera el Panathinaikos de Ergin Ataman. Los dos mejores equipos de la primera fase protagonizarán una final inédita en Berlín.

Tres detalles que marcaron la temperatura de la semifinal y que demuestran el grado de control que tuvo el Madrid sobre el partido. En el primer tiempo muerto, cuando el equipo estaba en pleno despegue, Rudy daba consejos defensivos a Musa que asentía con la cabeza a cada afirmación del veterano. Una pérdida de Canaan en un pase que buscaba a McKissic a media cancha fue la evidencia de cómo la defensa del Madrid empezaba a desquiciar a los griegos. Un desgaste que con Tavares se convierte en tortura. Y en la última posesión del primer cuarto llegó un tapón más que significativo. No fue de Tavares, no fue de Poirier, ¡fue de Causeur! El francés acababa de entrar en la pista y en un intento de tiro de su excompañero Williams-Goss le colocó un soberano tapón. Si a esos detalles se añaden media docena de triples (tres de Hezonja, dos de Musa y uno de Yabusele), la media docena de asistencias de Campazzo y la gobernanza de Tavares en el juego interior... la conclusión era un escandaloso 28-10 para abrir boca.

Chus Mateo apostó por Ndiaye en el quinteto titular, como hace un año en la semifinal ante el Barça. Eso permitió a Hezonja moverse con más libertad en el exterior y el croata tuvo una aparición explosiva. Pero es que el resto no le fue a la zaga. Y es que en el segundo cuarto volvieron los detalles, esos que los entrenadores dicen que resuelven los partidos importantes. El Madrid no se cansaba de coleccionarlos. Poirier y Yabusele, sí los dos hombres grandes en pista, eran los primeros en llegar para frenar un contraataque de McKissic. El mismo Poirier protagonizó un robo en mitad de cancha a Fall y reventó el aro griego. Rudy, como hace dos años en el mismo escenario, se lanzaba por el parquet a por cualquier balón. Lo del primer cuarto había sido para enmarcar, pero es que el segundo no le fue a la zaga (54-29). Causeur y el Chacho, dos de los ilustres, también producían sin tregua y el Olympiacos era zarandeado como un peluche en una escuela infantil. La ambición del Madrid estaba a la altura del desafío. Y enfrente, del equipo que había desgastado al Barça en cuartos y se lo había merendado en el Palau, no había ni rastro. El equipo más combativo de Europa, uno de los más físicos, uno de los mejores competidores... era una sombra en los dos primeros cuartos por culpa del Madrid.

Olympiacos tuvo el mérito de reconocerse a sí mismo en el comienzo del tercer periodo. Los griegos fueron el equipo de los últimos meses, clarividente y ordenado en ataque y muy duro en defensa, y así propiciaron un parcial de 2-14. El Madrid tardó cuatro minutos en anotar, pero el colchón era tan ancho que cuando volvieron a conectarse los dos balcánicos (Musa y Hezonja) la amenaza se relativizó. Eso sí, el equipo se destempló al son que marcaron Williams-Goss y Peters. Y si llegó al tramo decisivo con una renta notable fue gracias a un triple de Llull nada más regresar a cancha (71-58). Este Olympiacos sí era al que había que ganar dos y tres veces el mismo partido. Y eso fue lo que hizo el Madrid. Los griegos siguieron empujando, llegaron a estar por debajo de los diez puntos de desventaja, pero el Madrid se había ganado el pase a la final con dos cuartos siderales.

87. Real Madrid (28+28+15+16): Campazzo (3), Musa (20), Hezonja (12), Ndiaye (0) y Tavares (9) -quinteto titular- Yabusele (11), Causeur (4), Poirier (11), Rudy (0), Rodríguez (8), Llull (9) y Abalde (0).

76. Olympiacos (10+27+21+15): Walkup (4), Canaan (7), Papanikolau (3), Peters (23) y Fall (2) -quinteto titular- McKissic (17), Milutinov (0), Williams-Goss (15), Petrusev (5) y Wright (0).

Árbitros: Radovic (Cro), Javor (Esl) y Mogulkoc (Tur). Eliminado Tavares. Técnicas a Chus Mateo y Bartzokas.

Incidencias: 14.350 espectadores en el Uber Arena. Partido correspondiente a la segunda semifinal de la Euroliga.

Programa Final Four

Panathinaikos, 73-Fenerbahçe, 57

Real Madrid, 87-Olympiacos, 76

Final: Real Madrid-Panathinaikos (día 26, 20:00)

Tercer y cuarto puesto: Fenerbahçe-Olympiacos (día 26, 17:00)

*Todos en Movistar +