Euroliga
Bartzokas ya sabía lo de Llull
El técnico del Olympiacos confiesa que pidió a sus jugadores que en la final del año pasado no dejasen tirar al capitán del Madrid. Se vuelven a encontrar en semifinales
En Berlín este fin de semana hay unos 5.000 aficionados del Olympiacos, 3.500 del Panathinaikos, 2.000 del Fenerbahçe y unos 500 madridistas. A la llegada del Panathinaikos a su hotel, aficionados turcos «recibieron» a Ergin Ataman, técnico del PAO, de forma poco amistosa. El entrenador pidió la presencia de la Policía y la situación se calmó después de estar al borde del caos. Es la última prueba del ambiente que se vive en la capital alemana. Nunca hubo una Final Four con tanta tensión. Y ajeno a esa tensión vive el Madrid, el favorito, que hoy contará con el apoyo de al menos los 3.500 hinchas del Panathinaikos. Enfrente está el Olympiacos de Giorgios Bartzokas, el equipo al que el curso pasado le sobraron poco más de tres segundos para ser campeón de Europa.
Los griegos han llegado a la Final Four por un trayecto diferente al de hace un año. Fueron los líderes de la primera fase y tenían a dos jugadores determinantes que ya no están: el MVP Vezenkov, que se fue a la NBA, y la leyenda Sloukas, que se ha pasado al eterno rival, los verdes del Panathinaikos. Este año acabaron quintos la primera fase ganando diez de los últimos once partidos. Luego llegó el Barça en cuartos y se cargaron a los de Roger Grimau en el quinto partido en el Palau. No hay equipo más rocoso que los del Pireo y bloque que pueda presumir de tantos kilos y centímetros como los que presenta el Real Madrid. En el vestuario, como sucede en el del Madrid, no han olvidado el desenlace del curso pasado.
«Dije a mis jugadores que no le dejasen a Llull hacer el último tiro porque ya me lo había hecho cuando entrenaba en Barcelona. Esperemos que tengamos más suerte que esa la última vez», confesó Bartzokas en su llegada a Berlín. Chus Mateo ha sido elegido el entrenador del año en la Euroliga, pero hay unos cuantos colegas que consideran que ese premio debía haber recaído en Bartzokas por cómo ha reinventado a su equipo. No hay un jugador diferencial, pero tiene de casi todo empezando por el considerado mejor defensor exterior del torneo, Walkup. Con una plantilla de 14 jugadores de un nivel notable, el Olympiacos es el típico equipo al que hay que ganar muchas veces en un mismo partido y siendo un clásico en la Final Four es la primera vez que repite presencia tres años seguidos.
«Lo que nos motiva no es lo del año pasado, sino lo de este porque enfrente tendremos una maquina de conseguir victorias como es el Madrid», dice Bartzokas. «Nuestro secreto es que tenemos jugadores con empatía y que respetan el escudo que llevan por eso el equipo está aquí», asegura el técnico. Y entre ellos un viejo conocido de Chus Mateo, Williams-Goss. Otro peligro más de los griegos.
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