Reportaje

“Pelé era todo. Era mi padrino, mi compañero, mi padre, mi hermano...”

Ex compañeros del mito brasileño rememoran su figura antes de que la leyenda sea enterrada en la ciudad de Santos

Homenaje a Pelé en la estatua en su honor en Santos
Homenaje a Pelé en la estatua en su honor en SantosGUILHERME DIONIZIO GUILHERME DIONIZIOAgencia EFE

En el estadio Vila Belmiro, de la ciudad de Santos, ya están preparadas dos carpas blancas para recibir a los miles de aficionados que deseen despedirse de “O Rei” del fútbol. Una de las carpas, situada en el centro de la cancha, albergará el féretro con los restos mortales de Edson Arantes do Nascimento, Pelé, y las sillas donde se sentarán sus familiares. La otra, en un lateral, estará reservada para autoridades. Los aficionados podrán circular por una pasarela dispuesta sobre el césped, paralela a la carpa central, a unos cinco metros del lugar donde se ubicará el ataúd.

Una enorme pancarta con la frase “Viva el Rey. Pelé 82 años” cubre una de las gradas del estadio donde el tricampeón mundial jugó gran parte de su carrera deportiva. El velatorio estará abierto al público durante 24 horas. Después se realizará un cortejo fúnebre que recorrerá las calles de Santos. El cortejo pasará por la zona del Canal 6, donde vive la madre de Pelé, Celeste Arantes, que tiene 100 años de edad, antes de dirigirse al cementerio Memorial Necrópolis Ecuménica, donde será sepultado en una ceremonia privada, reservada a los familiares.

Algunos compañeros y rivales de Pelé han recordado para LA RAZÓN al mítico jugador brasileño. «Fue maravilloso jugar con él. Conocí a Pelé cuando tenía 14 años y me fichó el Santos gracias a su ayuda. Estuvimos 10 años juntos y mucha gente sigue diciendo que hacíamos una gran dupla. Después llegué a ir con la selección de Brasil. Imagínate lo que significa para mí. Pelé era todo. Mi padrino, mi compañero, mi padre, mi hermano. Espero que Dios le bendiga siempre», afirma Jonas Eduardo Américo. Ambos formaron una espectacular delantera en el Santos y fueron campeones del mundo en el 1970 con la selección brasileña.

Pelé junto a Jonas Eduardo
Pelé junto a Jonas EduardoLa Razón

Y de jugar con él a enfrentarse a él. Pelé reconoció en más de una ocasión que Luiz Pereira fue el defensa más complicado que tuvo enfrente. El ex jugador del Atlético de Madrid le intentó parar cuando estuvo en el Sao Bento y luego en el Palmeiras: «Me tocó defenderle y ahí supe que Pelé era el mejor futbolista de la historia. Brasil fue más conocida en el mundo gracias a él y a todo lo que consiguió».

Pelé y Luiz Pereira juntos en una comida
Pelé y Luiz Pereira juntos en una comidaLa Razón

João Justino Amaral dos Santos, ex centrocampista de Guarani Futebol Clube, Corinthians y Santos, también se enfrentó a Pelé y tuvo la oportunidad de ver de cerca el último tanto del brasileño en su país antes de su primera retirada: «Lo que puedo decir es que el negro fue el único, brillante, maravilloso... El mejor de todos los tiempos. No hay una manera de comparacion. Sensacional. Yo tuve la oportunidad de jugar contra él. Afuera de la cancha también fue ejemplar. Jugué contra él en once ocasiones. Siete derrotas, dos empates y dos victorias. Pelé fue un elegido de Dios para impulsar el fútbol. Lo digo con toda la seguridad del mundo porque eso que hacía dentro de la cancha era especial. Hacía lo imposible. Solamente el futbolista que jugó contra él sabe de lo que estoy hablando».

El ex internacional italiano Giancarlo De Sisti vivió en primera persona la coronación de Pelé en 1970: «Todo el mundo le admiraba... Era imposible no hacerlo. Pelé tenía todas las cualidades juntas de los grandes jugadores. En la final fue imposible frenarle. Nosotros lo intentábamos, pero es que no podíamos. Era muy bueno. Verle de cerca fue fantástico».

De Sisti y Pelé después del primer partido en el que se enfrentaron
De Sisti y Pelé después del primer partido en el que se enfrentaronLa Razón

Pero si hay alguien que conocía a Pelé mejor que nadie ese es Paulo César Caju con quien se proclamó campeón del mundo en México 70: «En aquel Mundial yo buscaba darle el balón siempre. Pelé no estaba nunca lejos, realmente estaba en todas partes. Eso era algo de crack. Con su sonrisa, te daba confianza. El amor que daba era lo que le faltaba al mundo».