El Atlético se agarra al gol de Memphis

Tuvo que exprimir el partido hasta el final el Atlético para ganar. Hasta el minuto 90 no llegó el gol de Memphis que quitaba al Rayo la idea de seguir molestando en busca de una victoria que sintió cerca en varios momentos de la segunda mitad. Tiene la cabeza en otro sitio el equipo de Simeone, en el derbi del domingo contra el Real Madrid y en la Copa, que es la manera más corta de llegar a un título. Pero no en un partido aplazado contra el Rayo, un equipo al que en la primera vuelta castigó con un 0-7, entre semana y con el frío volviendo a caer sobre Madrid. Un partido fuera de calendario y de ánimo para el Atlético.

Sonreía el Cholo cuando marcó Reinildo, un futbolista por el que él y la plantilla sienten un cariño especial, y parecía que el partido se había acabado. Una alegría doble que no acabó de confirmarse hasta pasados muchos minutos.

Al entrenador del Atlético el partido tampoco le entraba en el calendario y lo aprovechó para hacer cambios, para dar descanso a futbolistas clave como Griezmann y Koke, para probar el centro de la defensa y para que debutara Vermeeren. El joven centrocampista belga llegó para rellenar las ausencias de Koke, un «5» dicen, utilizando la numeración argentina. Pero el Cholo siguió eligiendo a Barrios para ocupar el lugar del capitán con Vermeeren a su derecha como interior. Le dio tiempo al belga a robar algún balón y a hacer que Llorente corriera de más en un balón profundo al que no llegó antes de que Simeone lo quitara en el descanso.

Tenía muchas cosas que solucionar ya el Atlético a esas alturas. Álvaro García ya había marcado el gol del empate para el Rayo después de una jugada por la izquierda del Pacha Espino. Nadie molestó a Álvaro para controlar y mandar la pelota a la botella de agua que guardaba Oblak dentro de la portería.

Mejoró el Atlético su aspecto y hasta llegó a marcar Memphis cuando el estadio empezaba a pitar después de una maniobra y un pase extraordinarios de Pablo Barrios. Pero el neerlandés estaba ligeramente adelantado, según el VAR, y el Metropolitano, que había cambiado los pitos por aplausos, se quedó callado.

Guardaba los gritos para después, para cuando el partido se acercara al minuto 90. Otra vez Memphis y siempre Griezmann, que le dio el pase desde la derecha. Aunque el empujón final al gol se lo dio Dimitrevski, el portero del Rayo, que acompañó la pelota con las manos hasta que pasó la raya.

Se enfadó Francisco, el entrenador del Rayo, cuando el árbitro dio validez al gol. Tanto que se ganó la expulsión con sus protestas. Pero no era el árbitro responsable de las manos blandas de su portero. Ni de que Memphis haya decidido marcar siempre.