Debate trans
Así es Justine Linsday, la primera cheerleader trans que lucha contra el veto de Carolina del Norte
"Quiero cambiar la narrativa para mis hermanas y hermanos trans" afirma.
La “graves consecuencias” que la ley trans tiene sobre las mujeres y, en concreto, el mazazo que supone la participación de atletas trans para el deporte femenino se ha convertido en una de las grandes batallas del feminismo durante los últimos años. Una guerra que han mantenido amparadas en las ventajas biológicas de las deportistas tránsgeneros que impide a las mujeres competir en Igualdad. Los triunfos de atletas trans en categorías femeninas -cuando en muchos casos eran mediocres frente a sus rivales masculinos- sigue siendo objeto de debate en Estados Unidos y en el resto del mundo. Tanto es así que numerosas Federaciones comenzaron una senda revisionista para vetar a estas atletas y garantizar el juego limpio en el deporte femenino.
Natación, rugby, ciclismo, remo y hasta el ajedrez dieron marcha atrás en su apertura trans y decidieron prohibir la participación estas atletas en torneos oficiales. Una postura que también ha seguido diferentes estados norteamericanos, entre ellos Carolina del Norte que aprobó en abril pasado la Ley de Equidad en el Deporte Femenino, que impediría que las atletas biológicas se vean obligadas a competir contra atletas transgénero masculinos biológicos en deportes escolares designados para mujeres.
La primera animadora de la NFL
Una ley que ha generado un agrio debate y que tiene en la primera animadora trans de la historia a una de sus más firmes detractoras. Justin Lindasy, de 31 años, disfruta este 2023 su segunda temporada en la NFL, tras ser reclutada por los Carolina Panthers la campaña pasada y se ha convertido en todo un símbolo para la comunidad trans. La primera animadora transgénero de la NFL criticó duramente a Carolina del Norte por prohibir a las mujeres transgénero participar en los deportes femeninos, e insistió en que su papel es "luchar y preparar las cosas para la generación más joven".
Lindsay, de 30 años, que acaparó los titulares en marzo de 2022 después de unirse al equipo de porristas TopCats compara su trabajo con convertirse en "doctora o enfermera" en una entrevista con Elle.
"Todo lo que estoy pasando ahora es más grande que yo. Nadie va a detener el espectáculo", afirma.
Desde su innovador nombramiento, la bailarina se ha convertido en una figura clave en los debates sobre la inclusión de las atletas transgénero en los deportes femeninos , a pesar de que su propio papel no se ve amenazado por una prohibición reciente aprobada en su estado natal. "Lucharé contra esta situación hasta que no pueda seguir luchando", dijo, hablando de la aprobación de la Ley de Equidad en los Deportes Femeninos en Carolina del Norte. "Me entristece verlo", añade
La legislación, que también ha sido promulgada de manera similar en 22 estados, incluidos Florida , Idaho y Arkansas, prohíbe a las mujeres transgénero competir contra mujeres biológicas en la escuela media, secundaria y universitaria.
La presión para prohibir a los atletas transgénero en los deportes femeninos se ha visto impulsada por una serie de victorias controvertidas, en particular las protagonizadas por la nadadora Lía Thomas en los campeonatos de la NCAA en marzo de 2022.
A medida que las victorias se acumulaban (incluida una ciclista trans que ganó una carrera femenina en Carolina del Norte por más de cinco minutos a principios de este año), numerosos legisladores impulsaron leyes que restringían su inclusión.
"Fui amenazada y humillada"
En agosto, la legislatura estatal de Carolina del Norte anuló el veto del gobernador demócrata Roy Cooper e impulsó la aprobación de la Ley de Equidad en los Deportes Femeninos, una medida que Lindsay planea "derribar".
La animadora agregó que se sintió personalmente amenazada por una reacción violenta por unirse al equipo, que supuestamente se produjo al mismo tiempo que dos mujeres transgénero fueron asesinadas cerca del estadio Panther. Cuando Lindsay se unió al equipo, dijo que enfrentó preguntas como '¿le van a poner un vestido?' Simplemente doy gracias a Dios porque todavía estoy aquí", dijo.
"Este tipo de cosas suceden todo el tiempo, en todo el país, pero no te enteras porque la gente con dinero y poder no quiere hablar de ello" denuncia mientras avisa de que no parará ante las amenazas.
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