Terry Hayes: «Todos vamos a pagar las consecuencias de lo que Israel está haciendo en Gaza»
Una década después, el guionista de la saga original de Mad Max y el autor del exitoso «Soy Pilgrim» -novela de la que ya prepara una segunda parte-, regresa con «El año de la langosta», una novela de espías ambientada hoy en día que introduce un sorprendente giro final
Aquí está Terry Hayes. Un escritor con garra y ese toque en el estilo que engancha a los lectores desde el inicio, aunque en esta ocasión los pondrá prueba con un desenlace inesperado. Guionista de aquellas viejas y míticas pelis de Mad Max, ha venido para narrar esta nueva guerra fría del siglo XXI que nos viene poblada de espías, hackers, drones y robots. El escritor luce pasaporte británico, aunque comenzó a dar brillo a su nombre como periodista en Australia. Un rotativo de allí le puso a investigar los papeles de la CIA para que sacara a la luz el papel que desempeñó el país del koala y los canguros en el conflicto de Vietnam. Después llegó el cine. Y luego la literatura.
Con su primer libro, «Soy pilgrim», arrasó. Todos los años hay un autor-sorpresa. A él le tocó ese año. Una década después, con elogios unánimes de toda la crítica, regresa con «El año de la langosta (Planeta), una historia de espionaje que se desenvuelve en el conflictivo mundo de hoy y con la tecnología que está cambiando el devenir del mundo. Una narración que discurre entre las capitales de poder, las oficinas de las agencias de inteligencia y los desiertos donde se refugian oscuras organizaciones terroristas, pero similares a las actuales, que actúan sin escrúpulos y que están dispuestas a cometer atentados terroristas contra la población civil con las armas y las artes más devastadoras. «Berlín, Lisboa, París... esos eran los centros de las novelas de espías en el antiguo mundo. Hoy estamos presenciando una guerra caliente contra el terrorismo. ¿Cuántos billones se ha gastado Occidente para acabar con él? Cualquier cifra que se diga, me la puedo creer perfectamente. ¿Cuánto dinero se necesitó para financiarse Al Qaeda? Solo 250.000 dólares. El terrorismo es efectivo, es barato, sale a cuenta, pero vencerlo es una empresa carísima».
«Todavía vivimos en medio de las consecuencias del atentado del 11-S»Terry Hayes
Terry Hayes no tiene dudas. Para él, el lugar donde comenzará el tercer gran conflicto mundial será Europa. «En Australia no será. Es un buen país al que ir», bromea. Después añade: «Creo que va a ser en el Viejo Continente. Tiene una historia está bañada en sangre. Estuve en Varsovia, a 200 km de distancia de Ucrania, y vemos cómo los ucranianos hacen lo posible para defender su territorio, pero oponerse a la industria, el dinero y la falta de escrúpulos de Rusia es casi imposible. En la Segunda Guerra Mundial murieron 26 millones de rusos y solo 350.000 británicos. Esto es muy difícil para el resto del mundo. ¿y cuántos rusos han perdido la vida en Ucrania hasta hoy? Da igual porque ellos seguirán luchando hasta que la OTAN tome parte o se acabe la guerra. La guerra se iniciará en territorio europeo. Es una realidad deprimente».
Después de una pausa, el escritor comenta, casi a renglón seguido: «Hay una teoría según la cual si miramos la historia con distancia, la conclusión del periodo bélico europeo no acabó con las guerras napoleónicas, sino con la caída del Muro de Berlín. Eso es lo que marcó la intención de los Estados europeos de dejar de entrar en guerra unos con otros. Pero ahora vemos a Rusia como una nación imperialista con empeño en expandir sus fronteras. Igual que en EE.UU. se considera que el ejército del Norte ganó al del Sur, pero realmente, no fue así. La candidatura de Trump defiende la bandera confederada y los principios de aquel Sur. Las guerras han cambiado de forma. En Europa pasamos de una guerra caliente a una fría y ahora hemos vuelto a una guerra caliente».
¿La gente conoce las fuerzas que mueven el mundo en el que se desenvuelve?
Hay ciudadanos que piensan que existe Estado profundo que maneja hilos. La realidad es que es más complejo que eso. Es difícil tener una visión amplia. Además, pocos entienden hoy en qué consiste la inteligencia artificial y cuáles son sus implicaciones y usos probables. Lo que indica la historia es que no serán buenos usos. Vivimos un mundo habitado por corrientes de poder escondidas. Las agencias de inteligencia deben mantenerse escondidas y no existe escrutinio sobre ellas. Supuestamente llevan a cabo estas tareas para nuestro bien, pero, ¿cómo podemos determinar eso?
«Nos referimos a la era del terror, pero, para los norteamericanos, esta es la época del miedo»Terry Hayes
En su libro se dice que habitamos entre los escombros 11-S
Es lo que creo, efectivamente. Vivimos entre los escombros de las Torres Gemelas. El lugar del ataque se limpió de sus restos, pero no se ha liberado la escena de ese ataque. Es el atentado que cambió el mundo por completo, aunque resulta complejo reconocerlo porque es una idea terrible. Creo que, si pensamos en Osama bin Laden, pensamos en su éxito. Él mató a 3.000 personas. Son muchas, pero una cifra no sustancial en términos bélicos. En cambio, transformó la psique de los ciudadanos norteamericanos. Modificó la perspectiva de muchos ciudadanos de EE. UU. Nos referimos a la era del terror, pero, para los norteamericanos, esta es la época del miedo. Solo hay que reflexionar sobre el impacto que ha tenido en la mentalidad de los norteamericanos cuando ellos vieron golpeadas el World Trade Center y el Pentágono, dos instituciones axiales. Y la Casa Blanca se libró de milagro. Así que, en efecto, vivimos entre los escombros del 11-S. Toda la política exterior estadounidense gira alrededor de este hecho. Desde este punto de vista, Osama Bin Laden tuvo un enorme éxito. Muchos piensan que al matarlo se hizo justicia y se puso fin a ese capítulo. No es verdad. Todavía vivimos en medio de las consecuencias de ese atentado.
¿Habrá un nuevo 11-S?
Del IRA aprendimos que cada ataque debe ser más espectacular que el anterior. Si hubiera ataques semejantes no provocarían ese shock, Es como los fuegos artificiales. El primero, sorprende; luego tienen que ser cada vez más espectaculares. En esto centré «Soy Pilgrim», en un atentado más espectacular. No creo que se ataque un edificio, aunque no sea el Kremlin o la Casa Blanca. Un error de Occidente es que menospreciar a los terroristas. Tenemos en el imaginario la idea de que viven en cavernas armados con AK-47. No es así. Pueden ser personas cultas con imaginación. ¿Cuánta imaginación se requiere para concebir estrellar dos aviones comerciales en las Torres Gemelas como si fueran misiles de ataque? Esta es una guerra asimétrica donde ellos no tienen los recursos de las grandes potencias. Es un momento terrorífico desde ese punto de vista.
¿Cómo actúan la rabia y el rencor a la hora de provocar ataques?
El rencor y la rabia son las precondiciones para que se desencadene algo terrible. Son las condiciones preexistentes que se necesitan. Luego deben sumarse una misión y un liderazgo. Si nos remitimos a los Estados Unidos, este país ha vivido con unos enormes niveles de rabia y de rencor por la falta de oportunidades, una clase media a la baja y una eco debilitado a lo que hay que añadir que ahora los estudios universitarios no garantizan una vida digna. Esto ha creado esas dos emociones. Pero se requiere los otros factores que le mencioné y eso ha llegado de un populista como es Trump.
¿Por?
Él ha identificado este enfado y le ha dado una misión. Ahora quiere destruir a aquellos que quieren destruir Estados Unidos, aunque sea una misión antidemocrática. O vayamos a Gaza hoy. Todos estamos presenciado la rabia y el rencor que está generando entre sus habitantes. ¿Por qué esa rabia y rencor no los vemos en este momento? Porque están desprovistas de misión y de liderazgo, pero cuando lo tengan, y llegará, todos tendremos enormes problemas. Esto surgirá cuando paren los bombardeos. Ahí emergerán esos sentimientos. Ahí es cuando tendremos que parapetarnos para unos sucesos terribles que poco tienen que ver con Trump. Recordemos Alemania en los años veinte. Había un rencor sin precedentes y ya eran antisemitas. Hitler les dio una misión y un liderazgo. Él dijo que les iba devolver el orgullo y un papel que desempeñar en el mundo. Hoy podemos fijarnos en Putin al recapacitar en esto. El rencor y la rabia es el caldo de cultivo para los grandes problemas de nuestro mundo. La situación que vemos en Gaza sería muy distinta si Israel se hubiera mostrado con contención en su reacción. Todos vamos a pagar las consecuencias de lo que Israel está haciendo en Gaza.
¿Rusia desencadenará una guerra?
El Kremlin considera que Rusia renunció a la importancia histórica que tiene tras la caída del Muro de Berlín, que perdió su esfera de influencia. Con los años ha sido fácil olvidar que la economía rusa estaba perjudicada y que había insurrecciones en el radio de su influencia. Al traer el nombre de Putin hay que pensar en un personaje mediocre, que lo que ha hecho es transmitir que Rusia entregó su imperio de manera innecesaria.
Mad Max y el frágil barniz de la civilización
Terry Hayes trabajó con George Miller en la segunda y la tercera entrega de la trilogía original de Mad Max. Fue el guionista. El hombre que dibujó cómo un mundo desaparecía y venía otro poblado por salvajes. «El contexto de esa película provenía de la guerra del petróleo en Oriente Medio. Del embargo del petróleo de los 70. Un hecho que estaba en el imaginario colectivo. Para el público podía llegar el final de esa manera». El novelista reconoce que «casi todas las personas dan por descontado que el fin del mundo se articulará a través de las armas nucleares», pero él asegura que «las guerras se pueden librar sin destruir el mundo, como sucede en Gaza. Hoy vemos cómo atacan toda la ayuda humanitaria en la región. Hablamos de la comida y cómo, en una situación así, no se va a emprender una lucha sin cuartel por la supervivencia». Para el escritor, «El barniz de la civilización es muy fino y una vez que se resquebraja lo que sale a relucir es la brutalidad. Es una lucha sin cuartel por la supervivencia y una ínfima dosis de compasión y humanidad. ¿Podía plantearme hoy un mundo como el de Mad Max? Sí, sin lugar a duda. Y eso produce miedo. Solo tenemos que mirar cien años en la historia de Europa para ver colas refugiados que buscan escapar de la guerra. Es una realidad presente en el imaginario colectivo. Veamos Somalia y su hambruna en el país. Ese mundo no está alejado de la realidad.
¿Qué podemos aprender de su héroe, Mad Max?
Es una saga sobre la caída de la civilización y sobre su recuperación. Al igual que ocurre en «El año de la langosta» o «Soy Pilgrim», Mad Max es un hombre solitario implicado en una búsqueda por la supervivencia. En su caso es la búsqueda de la gasolina; en «Pilgrim», la de un hombre solitario que quiere evitar una epidemia; en esta novela, la de una persona que ha accedido a un archivo peligroso. El denominador común de estos relatos es que hay un hombre solitario que emprende un viaje al héroe que lleva dentro. Es un viaje vital que lleva a descubrir los recursos y el valor que tiene, a la inteligencia que marcará una diferencia. Lo importante de contar estas historias es transmitir la idea de que la decencia, la compasión y el coraje son cualidades que nos habitan. Nuestro objetivo es encontrar ese don. Pero lo que tenemos en un principio son unos personajes que no tienen conciencia de poseer estas cualidades. Las circunstancias vitales les ayudarán a explotarlas y descubrirlas.