"The book of mormon": Divertida sátira de Joseph Smith y su legado ★★★★☆
La pieza pone la sencillez y el desparpajo al servicio de una historia que parece tocada en el libreto por el mismo espíritu de nuestro género chico
Madrid Creada:
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Música, letras y libreto: Trey Parker, Matt Stone y Robert López. Directores originales: Casey Nicholaw y Trey Parker. Adaptador y director: David Serrano. Intérpretes: Jan Buxaderas, Alejandro Mesa, Aisha Fay, Nil Carbonell, Jimmy Roca... Teatro Calderón, Madrid. Hasta el 2 de junio.
Nueve premios Tony, dos premios Olivier y 9 millones de espectadores podrían ser aval más que suficiente para despertar el interés del público más exigente en España por The book of mormon, si no fuera porque, en el mundo de los musicales, la simpleza suele recibirse como un diamante y la frivolidad más ridícula es habitualmente elevada a los altares sin pudor de ninguna clase. Hablo de "simpleza" y "frivolidad", que no tienen nada que ver con la sencillez y el desparpajo que sí pueden, y deben, por pura lógica comercial, caracterizar este género.
Y eso es lo que encontramos, por fortuna, en este montaje: sencillez y desparpajo puestos al servicio de una historia que, en lo que concierne exclusivamente a su tono de sátira popular –sin tener en cuenta, por tanto, las distancias temporales, espaciales y culturales–, parece tocada en el libreto por el mismo espíritu de nuestro género chico. No en vano, la productora original contó para la elaboración de ese libreto con dos talentazos de la comedia más irreverente en EEUU, creadores de la exitosa serie de animación South Park. Me refiero a Trey Parker, que además tiene formación y carrera musical, y a Matt Stone. A ellos se ha unido el compositor Robert López –responsable, entre otros trabajos, de las canciones de Frozen– y juntos han dado un repaso mordaz y divertido a la historia del mormonismo que fundó Joseph Smith, tratando de evidenciar la pobre fundamentación racional y documental de algunos de sus presupuestos, la estrechez de sus miembros a la hora de analizar el mundo o la falta de auténtica virtud moral en la actividad proselitista que llevan a cabo.
David Serrano, que sigue con su imparable carrera haciendo musicales, se ha ocupado de la adaptación y dirección de esta producción española en la que se percibe muy bien el aliento crítico y gamberro de la propuesta. Y lo curioso es que la sátira se materializa en escena sobre un esquema argumental y dramático muy convencional, similar al de los musicales más tontorrones y sensibleros. Eso hace que la comicidad de algunas escenas se multiplique, así como su cáustico sentido.
En cuanto a las canciones, hay algunas que están construidas y adaptadas con un ingenio innegable –como es el caso de la que abre y cierra la función, y que tiene como protagonistas a los jóvenes y sonrientes mormones llamando al timbre de los domicilios para "vender" su religión–; pero se echa en falta un poco más de épica en la composición de algunos temas, algo que hubiera permitido dimensionar más el sentido paródico de ciertas situaciones y afilar más, si cabe, su humorismo.
En lo que se refiere a las interpretaciones, dentro de un joven y prometedor elenco que cumple sin tachas con su cometido, cabe destacar, por su potencial cómico, a Alejandro Mesa en el papel de Elder Cunnigham.
- Lo mejor: La audacia y la destreza para hacer cáusticas y disparatadas algunas situaciones dramáticas muy convencionales.
- Lo peor: Falta un poquito de pegada en la partitura, y eso hace que uno se vaya a casa sin retener en la memoria, siquiera unas horas, alguna que otra melodía.