#NoBarbenheimer: el nacionalismo japonés deja sin estreno a "Oppenheimer"

Las cifras hablan por sí solas. Con los datos actualizados al cierre de esta edición, la película «Oppenheimer» lleva recaudados 10.239.236 euros en nuestro país. El dato, inaudito desde la pandemia y conseguido en menos de dos semanas, nos daría a entender que sus responsables desearían que la película se pudiera ver en todas las pantallas del mundo lo más rápido posible. Pero como la realidad es siempre más complicada que cualquier suposición, no es el caso con el filme de Christopher Nolan que distribuye internacionalmente Universal.

Y es que el biopic dedicado al padre de la bomba atómica, por sesudo, sensible y crítico que sea con su figura, es un asunto todavía muy delicado en países como Japón, donde la multinacional todavía no ha sido capaz de encontrar una fecha de estreno para la película. Normalmente, los mercados asiáticos suelen adelantarse o retrasarte un mes respecto a los estrenos en el Atlántico Norte, pero hacerlo en esta ocasión haría que «Oppenheimer» coincidiera en el tiempo con el aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, producidos el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente. Ello se cruza de manera directa con el sentimiento nacionalista japonés, que en los últimos días ha propiciado la proliferación del hashtag #NoBarbenheimer, negándose a la celebración festiva de la coincidencia en cines de la película de Nolan con «Barbie», de Greta Gerwig y todo el fenómeno cultural cruzado que ha significado.

Lo extraño del suceso, eso sí, no es una cuestión exclusiva de la película sobre el Proyecto Manhattan. Clint Eastwood ya tuvo ciertas dificultades para estrenar en el archipiélago nipón el díptico «Cartas desde Iwo Jima» y «Banderas de nuestros padres», por las distintas perspectivas (japonesa y estadounidense) por las que apostaba. Y, de hecho, las producciones occidentales siempre se dan de bruces con las complicaciones idiomáticas. Películas como «Dando la nota», uno de los casos más extremos, se estrenaron hasta tres años más tarde en los cines japoneses, alegando lo complicado de la traducción de las canciones.

Pero el lado «Oppenheimer» de la polémica no es el único, ya que el fenómeno «Barbie» y Warner Bros., su estudio responsable, también se han visto arrastrados por ello. Bajo el mismo hashtag mencionado, son varios los usuarios nipones de redes sociales como Twitter los que han argumentado en contra de la trivialización de la bomba atómica en la campaña publicitaria de la muñeca de Mattel. Las imágenes, compartidas al millón, de los personajes de Margot Robbie y Cillian Murphy, de hecho, han provocado desavenencias dentro de la propia matriz cinematográfica. Así, el pasado 31 de julio y en un movimiento insólito, la cuenta oficial dedicada a promocionar el estreno de «Barbie» en japonés lanzaba el siguiente comunicado: «Creemos que la reacción de las cuentas oficiales de Warner Bros. al fenómeno fan por el estreno de las dos películas es extremadamente desacertada. Nos tomamos este asunto con mucha seriedad y nos acercaremos al departamento de publicidad de Estados Unidos para tratar el asunto. Pedimos disculpas y nos sentimos avergonzados por lo desconsiderado de las acciones».

El bombazo, si es que se nos permite el chascarrillo, fue recibido como un soberano tirón de orejas al otro lado del Pacífico, y la cuenta oficial de Warner Bros., silente ante otras polémicas mucho más graves como las protagonizadas por su «protegido» Ezra Miller, salió al paso este mismo martes: «Nos arrepentimos de las acciones llevadas a cabo en materia de redes sociales. El estudio quiere ofrecer una disculpa sincera», se leía en un escueto comunicado.

Sea como sea, y más allá de las sensibilidades y traumas de cada patria, lo cierto es que el fenómeno #Barbenheimer parece imparable. En total, ambas películas llevan recaudados más de 1.200 millones de dólares y no pretenden bajar el pistón, aupadas hasta lo más alto de la taquilla, seguramente, hasta casi el otoño, debido a las cancelaciones y retrasos por la huelga.

*Fe de erratas: en la redacción original, no se contaba con el dato actualizado de la recaudación española de "Oppenheimer".