Richard Osman se enfrenta a Zuckerberg e insta a otros escritores a defender los derechos de autor
El autor británico ha criticado que Meta haya utilizado una gran base de datos que contiene miles de libros pirateados para entrenar a la IA


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Ante los avances tecnológicos y en especial de la inteligencia artificial, uno de los ámbitos en los que más crece la incertidumbre es el de la literatura. Con estas novedosas herramientas es cada vez más fácil no sólo crear historias y relatos, sino imitar o incluso hacerse con el discurso de algún escritor en cuestión. Y esto, defiende Richard Osman, no debe pasar desapercibido. El escritor y humorista británico ha lanzado un mensaje a través de X que ha sido aplaudido por otros autores, instándoles a que luchen por defender los derechos de autor.
Recientemente se reveló que Meta, la compañía fundada por Marc Zuckerberg, ha utilizado una gran base de datos que se cree que contiene libros pirateados para, con ellos, entrenar a la IA. "Es urgente que Meta compense a los titulares de derechos de todas las obras que ha estado explotando", advertía la Sociedad de Autores a través de sus redes sociales. Y es sobe este tema que Osman ha decidido también pronunciarse.
El escritor y presentador de televisión ha escrito el siguiente mensaje: "La ley de derechos de autor no es nada complicada. Si quieres usar la obra de un autor, necesitas pedir permiso. Si la usas sin permiso, estás infringiendo la ley. Es así de simple. Será increíblemente difícil para nosotros y para otras industrias afectadas enfrentarnos a Meta, ¡pero lo intentaremos con todas nuestras fuerzas!", apunta, animando a otros autores que luchen por lo que realmente importa.
Fue el pasado mes de enero cuando se supo que Zuckerberg aprobó el uso para su empresa, Meta, del catálogo de The Library Genesis, una suerte de "biblioteca fantasma" creada en Rusia y que contiene en su catálogo más de 7,5 millones de libros. Esto desató la polémica, hasta el punto de que un tribunal federal de Nueva York ordenase a los operadores de la citada biblioteca a pagar 30 millones de dólares a un grupo de editoriales en concepto de daños y perjuicios, por infracciones relacionadas con los derechos de autor.