Homero no era ciego, la "Ilíada" fue dictada y el asedio de Troya, no existió
El historiador Robin Lane Fox responde en un libro a las cuestiones pendientes sobre esta obra y su autor
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Robin Lane Fox ha vuelto la mirada hacia la «Ilíada», el libro con el que comienza la literatura Occidental, para resolver las incógnitas pendientes que todavía sobrevuelan sobre esta obra fundacional. El historiador británico, el mayor experto en la figura de Alejandro Magno y autor de su biografía más completa hasta ahora, trata de responder a las controvertidas preguntas que todavía permanecen sin respuesta: ¿quién fue en realidad su autor? ¿Cuándo se escribió? ¿Nació del ingenio de un solo poeta o de varios? ¿Acontecieron los hechos que relata? ¿Existieron sus personajes? Unas cuestiones todavía sin resolver y a las que él trata de aclarar o explicar en «Homero y su Ilíada» (Crítica). «Para empezar, Homero no era ciego. Eso es una leyenda que se extendió después. Él es el autor de esta obra, salvo el libro 10, que se añadiría después porque tuvo éxito. Lo compuso en el Asia occidental, posiblemente cerca de las islas de Quíos, Esmirna o Íos (donde se supone que hay una tumba dedicada al poeta). Algunos han tratado de fecharlo de una manera errónea en el 680 o 620 a. C., pero yo formo parte de esa mayoría silenciosa que piensa que vivió en el siglo VIII, y que este poema fue creado por una única persona. Una mente que fue capaz de desarrollar una trama, que anticipa sucesos y revela otros provenientes del pasado. Los sitios y lugares son coherentes y hay diálogos que hacen referencia a partes iniciales del libro. No hay ocho poetas porque no estaría tan unificado, sin repeticiones ni habría sido posible que las conversaciones se desarrollaran de esta manera».
Robin Lane Fox considera que Homero pertenecía a una generación anterior a Hesíodo y que, de hecho, este último le hizo un guiño en sus textos. «No sabemos cuándo murió Homero, si tuvo hijos, si tuvo una mujer, si amaba los caballos, yo creo que sí, ni tampoco si fue de caza, aunque pienso que sí por los detalles que apreciamos en la obra».
Lane Fox es un erudito poseedor de una de las grandes cualidades de la inteligencia: un espléndido humor. «Homero no es conocible, lo cual es maravilloso, porque considero que si admiras a un escritor, lo mejor es que no lo conozcas: siempre es una decepción. No, yo no querría cenar con Homero. Quizá con Heródoto o Aristófanes, y, a lo mejor, me arriesgaría con Alejandro». Lo que sí afirma, y es algo revelador, es que la «Ilíada» fue dictada y que se dictó con un motivo. «Es una teoría. No sabemos si creó una familia, pero sin duda tendría una madre, un padre o incluso hermanos. El poema es tan brillante que Homero tuvo un pensamiento sencillo: que podría sacar beneficios de él si lo mantenían en la familia. En la época griega era habitual que las habilidades quedaran circunscritas al círculo familiar: como la medicina, la escritura... Es posible que dictara la versión que tenemos, que sería la más perfecta, y que luego, como se había vuelto tan popular, pidieran dinero a aquellos que desearan leerlo y memorizarlo».
Lane Fox también defiende otra idea singular y también polémica: la guerra de Troya que se relata no existió. «Existen tablillas del imperio Hitita desde el siglo XV a. C, al XIII a. C. y en ellas no hay referencia a una guerra griega en contra de Troya. Y Homero no cita a ningún imperio Hitita». Él arroja una posibilidad: Los griegos, al asentarse en Lesbos, cerca de Troya, ven las ruinas y comienzan a crearse historias alrededor. No es descabellado. Es posiblemente lo que ocurrió en Creta. «Los griegos, al llegar a los restos de Cnosos, vieron un laberinto. Luego imaginaron una brillante civilización, a un rey y a una reina que se aparea con un toro y da a luz al Minotauro. Más adelante, los romanos hicieron que una mujer se apareara con este animal en la arena para verlo... En fin...Así es como comenzó esa leyenda y puede que fuera algo similar en este caso». Para él, Homero escucha estas historias y lo que hace es contar una historia con una trama, que empiece con la cólera de Aquiles y acabe con la pena y la generosidad. Estará centrada en Aquiles y discurrirá solo en unos días. Homero convierte la poesía heroica en épica. O lo que es lo mismo, crea la trama e inventa la épica. El público estaba alucinado. Ese poema no era solamente una historia detrás de otra, no era como Star Wars, era más».
Cuando se le pregunta si existió el famoso asedio, para él no hay dudas: «En cualquier momento se puede encontrar algo, pero no creo que sea el célebre muro troyano. Hay tres destrucciones, una con fuego, la más primitiva; otra por un terremoto y, una última, por una combinación de un terremoto y una batalla, pero no encontramos escenas de muertes masiva ni cuerpos de soldados muertos o caballos».
Homero es el autor de la «Ilíada» y fue él quien inventó la épica y la idea de que existiera una trama
No cree que existiera alguien que diera pie a crear a un Aquiles, a un Héctor, a un Príamo o una mujer como Helena. Pero también tira por tierra otra idea bien afianzada y popularizada: «No, eso de que Alejandro visitara la tumba de Aquiles no es cierto». Lo que sin duda es verdad es que el libro que se encuentra en el origen de la literatura europea relata una historia de guerra y que la guerra ha acompañado al hombre a lo largo de todos estos siglos. Es algo que todavía la humanidad no ha logrado quitarse de encima. «Aquellos que tienen poder ven una ventaja a la hora de emplearla», dice con pesimismo. Pero añade un punto: «La diferencia de hoy con los tiempos de Homero es que por debajo de la guerra está la gran maldición de nuestros tiempos: el nacionalismo, algo que se encuentra en todos los lugares al Este de Italia». Y comenta: «Es algo que es malo para las mayorías, para los vecinos de los nacionalistas, para las personas en general. El nacionalismo significa que hay personas dispuestas a pensar que hay otros que son diferentes a nosotros. Los griegos superaron eso».
Robin Lane Fox explica cómo lo consiguieron: «A través de la mitología construyeron una familia de pueblos. Ellos pensaban que incluso tenían relación con la gente de la India». Después reflexiona: «¿Por qué la guerra pervive? Algunos todavía ven en ella una oportunidad para la gloria. Pero en el fondo es horrible, es cruel y mata gente. Pero eso no nos frena. Y la verdad, yo ya no creo que seamos esos tigres reprimidos dispuestos a matar a otras personas, pero seguimos masacrando a los demás». Pero Lane Fox no puede acabar con esas palabras y recuerda todo lo que han aportado los griegos: «Inventaron la política, que no existe en Babilonia, la épica, el teatro, la comedia, la tragedia, la investigación natural, como la medicina, y, en esto, sí, que Dios nos asista, también inventaron a las celebridades».