¿Por qué el castellano es el único idioma donde se usan dos signos de interrogación y exclamación?
Hay que remontarse varios siglos para encontrar el razonamiento que implementó los signos de apertura
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La lengua castellana es la única que utiliza signos de interrogación y exclamación por partida doble, es decir, se colocan tanto al final como al inicio de las oraciones. A diferencia de idiomas como el inglés, el francés o el alemán (tampoco se duplican en las otras lenguas españolas: catalán, vasco y gallego), sólo en el castellano encontramos los símbolos "¿" y "¡", que se utilizan para abrir preguntas y exclamaciones. Pero, ¡¿por qué?!
Hay que remonatarse muy atrás para hallar la respuesta. El signo de exclamación ya aparece en manuscritos latinos de la Edad Media, y según la RAE, el signo de interrogación tiene su origen en los carolingios, una dinastía francesa que dominó Europa Occidental entre los siglos VIII y X. Sin embargo, en sus inicios, ambos signos sólo se usaban al final de las oraciones.
Pasó un tiempo antes de que comenzaran a emplearse también al inicio de las preguntas y exclamaciones. De hecho, fue en la segunda edición de la Ortografía de la RAE, publicada en 1754, cuando se introdujo el signo de interrogación inicial. Los académicos debatieron extensamente sobre este tema y concluyeron que el signo final no era suficiente, especialmente en oraciones largas.
En el acta de una de sus reuniones se menciona: "En lo que respecta a la nota de interrogación, se consideró que, además de su uso al final de la oración, hay períodos o cláusulas largas en las que no es suficiente la nota final, y es necesario indicar desde el principio el sentido y tono interrogativo con el que debe leerse. Por lo tanto, la Academia acordó que, en estos casos, se use el mismo signo interrogante al inicio de la cláusula o período, lo que evitará confusiones y aclarará el sentido y tono correspondiente. Aunque esto es una novedad, la Academia considera que es necesario y conveniente".
Con este razonamiento, el 17 de octubre de 1753, los académicos tomaron una decisión histórica: se implementarían signos de interrogación y de exclamación de apertura que se colocarían al comienzo de las preguntas, utilizando el mismo signo existente pero invertido.
¡Tiene sentido y parece muy práctico! ¿Por qué no se aplica en otros idiomas?, cabe preguntarse.