Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica
Las investigaciones de los científicos galardonados han establecido las bases endocrinas de la diabetes y la obesidad
"Las investigaciones de los científicos galardonados han establecido las bases endocrinas de la diabetes y la obesidad, patologías prominentes que son un problema global de salud pública sin tratamiento efectivo hasta la fecha", justificaba el jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
Mientras Jeffrey M. Friedman ha sido pionero en establecer la base genética de la hormona que regula el apetito, Daniel J. Drucker, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov han estudiado el efecto de determinadas hormonas que regulan la secreción de insulina y consecuentemente los niveles de glucosa. Investigaciones que, en palabras del jurado de la Fundación, "han conducido al desarrollo de tratamientos que ya están disponibles y que están mejorando la calidad de vida de cientos de millones de personas en todo el mundo. Estos trabajos están teniendo un enorme impacto clínico y social, ya que han permitido por primera vez el desarrollo de fármacos eficaces para combatir la diabetes y la obesidad. Además, permiten mitigar patologías asociadas como las cardiovasculares".
La semaglutida produce una notable reducción del apetito, lo que ha convertido en un éxito al Ozempic, uno de los fármacos producidos con este principio activo. La revista 'Science' designó a estos fármacos contra la obesidad como el mayor avance científico de 2023. Drucker, Habener, Holst y Mojsov comparten el reconocimiento de haber iniciado y desarrollado esta investigación desde los años setenta del pasado siglo. Por su parte, Friedman descubrió en 1994 otra hormona, la leptina, que se genera en las células grasas o adipocitos y actúa sobre la región cerebral que controla el apetito.
"Me siento honrado por unirme a los anteriores y actuales galardonados con los Premios Princesa de Asturias. Es especialmente emocionante ser incluido con los otros galardonados que han hecho contribuciones excepcionales, no solo en mi campo de estudio, sino también en otras áreas en las que han sido reconocidos. Me gustaría expresar mi más profunda gratitud a la Familia Real por sus esfuerzos para celebrar a través de este premio nuestro patrimonio común", concluía Friedman, desde Copenhague, el 5 de junio.
En esa misma línea, Jens Juul Holst señalaba en la misma fecha cómo el Premio "representa un reconocimiento a la importancia del descubrimiento y posterior desarrollo del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) para las terapias de la obesidad y la diabetes. Además, ha sido un viaje realmente asombroso desde la identificación de un péptido del intestino con capacidad para estimular la secreción de insulina hasta los extraordinarios resultados actuales, en los que una eficacia sin precedentes en el tratamiento de la obesidad y la diabetes va acompañada de mejoras muy significativas de la salud y supervivencia cardiovascular, renal y cerebral".
En los últimos años se ha producido un gran avance en el tratamiento de la diabetes tipo 2, con la aparición de fármacos que utilizan como principio activo la semaglutida, un péptido semejante a una hormona, el glucagón-1 o GLP-1, que juega un papel de contrapeso de la insulina en el equilibrio del azúcar en sangre. Cuando el nivel de azúcar baja, el glucagón induce al hígado a liberar glucosa y cuando sube se genera más insulina, que se encarga de reducir el exceso.
Desde sus diferentes laboratorios, los premiados estudiaron las hormonas que intervienen en el proceso y regulan el metabolismo digestivo, como la somatostatina, que inhibe la producción de glucagón y de insulina, y variantes del glucagón, denominadas GLP-1 y GLP-2, y comprobaron que este sistema de homeostasis podía ser una diana terapéutica efectiva contra la diabetes de tipo 2.
La semaglutida (como algunas otras moléculas semejantes) funciona como agonista del receptor del glucagón GLP-1, por lo que inhibe la producción de esta hormona, reduciendo los niveles de azúcar en sangre y mejorando el crecimiento de las células betapancreáticas, responsables de la producción y liberación de insulina. Además, se ha comprobado que tiene efectos protectores de accidentes vasculares en adultos con obesidad, indicación autorizada recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés). Por su parte, Friedman descubrió en 1994 otra hormona, la leptina, que se genera en las células grasas o adipocitos y actúa sobre la región cerebral que controla el apetito. Se trata de un sistema en equilibrio: cuanta más grasa hay más leptina se produce, lo que disminuye el apetito, reduciendo la grasa del organismo y por tanto la producción de leptina. En el caso de los obesos este mecanismo está desequilibrado. También ha estudiado la predisposición genética a la obesidad.