Crítica de «Amal»: Una mujer contra la barbarie ★★★★
Director: Jawad Rhalib. Guion: Jawad Rhalib, David Lambert, Chloé Leonil.Lumière. Intérpretes: Lubna Azabal, Fabrizio Rongione, Catherine Salée, Johan Heldenbergh, Babetida Sadjo. Bélgica, 2023. Duración: 107 min. Drama.
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La durísima, incluso políticamente incorrecta en estos tiempos convulsos para la libertad, al cabo, «Amal» arranca con el primer plano de una espalda adolescente, tatuada (eso es «pecado») y con el recuerdo de unos golpes recientes. La niña se está duchando, llora, y parece intentar purificar con el agua el acto de violencia que unos alumnos de la clase a la que pertenece han perpetrado. Son cachorros del extremismo islámico y, para ellos y para muchos de sus padres, la homosexualidad solo se «cura» de una forma: a palos. O con algo peor. Y Monia, la chica, parece lesbiana. Amal, una profesora francesa y musulmana de un instituto en Bruselas, anima a sus estudiantes para que cultiven la pasión por la lectura y, ante los primeros signos de alarma, intenta defender la libertad de expresión y promover la tolerancia. Pero resulta inútil, las ideas de Amal molestan a varios alumnos e incluso a compañeros como el inquietante iman y profesor de Religión, opuesto a esos «métodos» de enseñanza. Alguien reclama el derecho al «ojo por ojo, diente por diente», Amal les responde que «Alá no tiene ni voz ni voto» en ese espacio y el acoso a Monia, la «infiel», se acentúa. Aun así, y a pesar de las pintadas amenazadoras, de que continúe impune el adoctrinamiento de esas mentes todavía en formación, del acto vandálico en el piso de Amal, esta se mantiene firme hasta, casi, el paroxismo y el grito como única salida. Insistimos, una excelente película que no tiene miedo, que señala a los culpables sin temblarle el pulso y que cierra un tremendo, pero necesario y «lógico» final. Hacen falta más Amal y más Jawad Rhalib en este mundo radicalizado, bárbaro y oscuro.
Lo mejor:
Una excelente Lubna Azabal como esa profesora que intenta frenar la demencia extremista
Lo peor:
Que hay cines en Francia que pidieron suprimir el final de la cinta; sí, esto es de locos