Crítica de 'A working man': Jason Statham, el obrero ★★½

Que nadie se llame a engaños (además, produce y co escribe el guion Stallone), porque esto es lo que es, o sea, chorros de salvaje testosterona durante las casi dos horas que dura la nueva película de acción protagonizada por un peso pesado del género, Jason Statham, y su ya tan reconocible, y querida por los admiradores del actor, cara de palo. Sí, vuelve el hombre de hierro, el tipo duro formado en los marines, esta vez, sin embargo, con una ligera variante.

La historia, aunque a muchos espectadores que van al cine por los porrazos les importe un pimiento: Levon Cade abandonó su carrera militar para ser «honrado» y trabajar en una empresa de construcción. Solo quiere llevar una vida sencilla, aunque las deudas aprieten, y que su niña, que vive con el odioso abuelo materno, sea feliz tras el suicidio de la madre. Curioso, pasea por Netflix una peliculita, «La separación», que parte de un supuesto idéntico a este. Pero cuando Jenny, la hija de su jefe, es secuestrada, el intrépido Cade se verá obligado a intervenir y emplear las tácticas de las que él mismo renegó.

Pues eso, palizas a discreción y violentísimas mafias rusas y un personaje, el protagonista, que con ligeras variaciones se repite más que el ajo. Pero al bueno de Statham se lo perdonamos todo.