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Aura Garrido: "El modelo tradicional de las relaciones románticas se ha roto y ahora estamos explorando"

La actriz protagoniza, junto a Iria del Río e Isabel Ampudia, "Amanece", película dirigida por Juan Francisco Viruega
Aura Garrido en "Amanece", la nueva película de Juan Francisco Viruega
Aura Garrido en "Amanece", la nueva película de Juan Francisco ViruegaFACTORÍA DE CREACION
La Razón

Madrid / San Sebastián Creada:

Última actualización:

Acostumbrados a la linealidad, al cine que lo deja todo masticado para no darse de bruces con la realidad de un espectador cómodo, encontrarse con una película como "Amanece" es una experiencia cercana al consuelo. El director Juan Francisco Viruega, que debuta aquí en el largometraje, nos cuenta la historia partida -y hasta podríamos decir que rota- de dos hermanas y la relación con su madre. También con sus parejas, con las expectativas de su propia vida y hasta con el paisaje, un sureste español que se quema en salitre y que vibra en costas escarpadas y áridas. "Amanece", protagonizada por Aura Garrido, Iria del Río e Isabel Ampudia, es también un retrato generacional sobre el rencor, sobre el encuentro entre dos tipos de concepción del tiempo y sobre el aprender a vivir con las decepciones.
Lejos de esa frustración, y embelesadas por la poética de una película que prefiere deslizarse antes que ceñirse a lo narrativo, Garrido y Ampudia atendían a LA RAZÓN en el último Festival de San Sebastián. Allí "Amanece" se estrenó en el apartado de nuevas voces nacionales y tuvo su presentación oficial. Sobre el choque generacional y la capacidad del filme para transportar al espectador a un mundo propio, ofreciéndole más preguntas que respuestas, ambas intérpretes responden alrededor de lo que ambas definen como una "experiencia transformadora" de rodaje.
Iria del Río en "Amanece"
Iria del Río en "Amanece"FACTORÍA DE CREACIÓN
-PREGUNTA. ¿Qué había en el guion para que os quisierais sumar al proyecto?
-RESPUESTA. ISABEL AMPUDIA: Yo había trabajado con Juanfran en "Postales desde la luna", uno de sus cortos. Y es lo típico de hablarnos y decir que vale, que cuando él hiciera un largometraje también pensaría en mí. Se dice muchas veces y se olvida, pero en octubre de 2021 me avisó de que se rodaba. Leí el guion y me pareció que yo podía hacerlo. Me vi capaz, porque hay muchas veces que un director me ha planteado algo y no es para mí. Fue un regalo.
-AURA GARRIDO: Yo llegué a este proyecto después de que nos pusiera en contacto un amigo común. Me fascinó el guion, me pareció muy especial y personal. Me hacía mucha ilusión, me apetecía trabajar en un proyecto tan personal, donde se ve la autoría y donde hay un lenguaje propio. Me parecía que era una apuesta muy grande por lo poético, que es algo en lo que no había trabajado nunca. Y ya, directamente para Almería (ríe).
-Precisamente quería preguntar por el lenguaje. Va desde lo onírico a lo teatral. ¿Qué os pide Juan Francisco? ¿Cómo es ese proceso de dirección de actores?
-A.U.: Hubo muchos ensayos, porque sabíamos que no íbamos a tener demasiado tiempo en el rodaje. Le sentí muy pendiente, muy encima, con una forma muy clara de trabajar y una idea, sobre todo, de qué quería conseguir. Es muy complejo, porque no teníamos demasiados referentes, no es algo que se haga demasiado. Cuando lo ves como espectador ya lo ves montado e identificas el tono, pero cuando lo estás rodando no. Lo importante es tener a un director con las ideas claras.
-I.A.: A mí los ensayos me ayudaron muchísimo, pero sabía qué cine quería Juanfran. Lo que más me ayuda, sin embargo, es el fracaso en los ensayos. Me suelo tirar, como actriz, a un sitio que puedo intuir que es erróneo simplemente para que se me abra el camino bueno. Por descarte, quizá. Llegar a Almería también ayudó muchísimo, porque el paisaje propicia esos silencios, esa poesía. Juanfran ha sido un director muy especial, no quería que el texto se volviera cotidiano ni costumbrista.
-Más allá de los parajes, de lo paisajístico de la película. ¿se hizo complicado rodar tantos exteriores en Almería?
-I.A.: Sí y no, porque a veces el paisaje puede ser muy extremo. Hacer muchísimo frío y muchísimo calor. Mi primer día de rodaje de 45 grados. Entonces dije que si sobrevivía a eso, no habría ningún problema.
-A.U.: Cuando una película está tan asentada en una tierra concreta, es verdad que las cuestiones propias de esa tierra permean la historia. El calor, el frío, el polvo, el viento y la aridez se mete en todo. La hostilidad incluso, que aporta muchísimos matices. Y luego desde lo técnico, también forzando al equipo a mover todo en sitios que no están pensados para transportar un rodaje entero de cine.
-Volviendo a lo narrativo, la película está cruzada por un choque generacional que bien podría extrapolarse al día a día. ¿Está más a flor de piel ese debate, ese choque entre generaciones, que en otros tiempos, en otras eras?
-I.A.: Es más relevante, está más a flor de piel, pero porque se comunica que es más relevante. A través de las redes, o de los medios tradicionales. Se está diciendo que es más relevante, pero yo creo que la brecha generacional siempre ha existido y siempre existirá. Afortunadamente, porque si no seríamos todos iguales a nuestros padres. En ese salto generacional, en lo que tengo y en lo que quiero, es donde las generaciones se abren a la vida. Anda que no había brecha en mi época... Desde lo social a lo político.
-A.U.: Es algo que yo tengo mucho en la cabeza. Y que permea no solo a las películas, si no también a la literatura, por ejemplo. Tengo la sensación de que ahora, sobre todo en el cine dirigido por mujeres, se está incidiendo mucho en la familia, en el origen, la raíz de qué somos, las herencias. Pero es verdad que nosotros, quizá, lo pensamos de más por estar en esa generación de cambio. No tengo una respuesta, pero hay algo ahí que podremos definir solo dentro de unos años. A todas las generaciones les ha rondado la cabeza, pero sí es posible que a nosotros un poco más.
-El personaje de Aura vive una relación amorosa extremadamente contemporánea, no ya líquida, incluso "gaseosa". ¿Nos hemos revisado tanto que nos hemos olvidado de cómo encontrar el amor?
-A.U.: Es muy difícil encontrar una respuesta. Creo que todas estas cuestiones son muy complejas y tienen muchos matices, pero creo que como sociedad estamos explorando lo nuevo. Se ha roto un modelo de relaciones, el hegemónico hasta relativamente poco, que fue el más importante durante mucho tiempo. Es muy difícil, entonces, encontrar ahora otro modelo viable, seguro, sin saber a qué agarrarte. Los significados están cambiando constantemente. Hay una psicóloga, especializada en las relaciones de pareja, que se llama Esther Perel y hace poco hizo una colaboración en el podcast de Dua Lipa. Contaba que el propio significado de la palabra "monogamia" ha ido cambiando con el tiempo, que hace cincuenta años no significaba lo mismo que ahora. Se ha roto el modelo relacional y seguimos experimentando, a veces a riesgo de hacernos daño.