Comienza en Stonehenge la mayor restauración en más de 60 años
El pasado martes se instalaron andamios de más de 6 metros de alto para reparar las grietas y agujeros que el viento y las lluvias han provocado en las icónicas piedras
Stonehenge fue construido entre el final del Neolítico y principios de la Edad del Bronce. Hasta ahora, las piezas del monumento han permanecido tan intactas como su misterio, aguantando durante miles de años su posición en el condado de Wiltshire, Inglaterra, cercano a Salisbury. No obstante, el tiempo no perdona, y la exposición exterior en la que se encuentra la obra megalítica conlleva exponerse a vientos, lluvias y otros aspectos climáticos que conllevan a la erosión o el deterioro. Por ello, el sitio considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debe someterse a trabajos de restauración y cuidado cada cierto tiempo. Y ahora es uno de esos momentos: tras más 60 años intacto, el pasado martes comenzaron las obras de reparación. Se utilizará mortero de cal para arreglar nueve dinteles, un trabajo que se llevará a cabo, según asegura “Daily Mail”, hasta el 25 de septiembre.
Con andamios erigidos dentro del conjunto de piedras, el objetivo es poder rellenar grietas y agujeros. Según informa “English Heritage”, los fuertes vientos que azotan Stonehenge desde hace 4.500 años ha provocado desperfectos en sus piedras horizontales, llamadas dinteles, que podrían comenzar a balancearse o a ser inestables de no intervenir cuanto antes. Ante esto, el proyecto de restauración se presenta ambicioso, pues los andamios instalados son de más de 6 metros y medio de alto.
Si hubiera expertos o amantes del arte preocupados por los resultados de estas obras, basta tranquilizarse conociendo la que fue la última gran restauración. Se llevó a cabo en 1958, cuando Aubrey Bailey tuvo que colocar varias piedras caídas en su lugar original. O, dicho de otra manera, reconstruyó Stonehenge. Y el resultado es el que ahora vemos. Como en la actual, en estos trabajos de restauración anteriores los objetivos también eran ambiciosos, pues se instalaron grúas, poleas y todo tipo de mecanismos de grandes dimensiones con el fin de salvaguardar el escenario.
Explica la curadora principal del monumento megalítico, Heather Sebire, a “English Heritage” que “Stonehenge es único entre los círculos de piedra en virtud de sus dinteles y sus juntas especiales, que los constructores prehistóricos encajaron como si los actuales muebles de Lego o de Ikea”. No obstante, “cuatro mil quinientos años siendo azotado por el viento y la lluvia han creado grietas y agujeros en la superficie de la piedra”, continúa la experta, “por lo que este trabajo es vital y protegerá las características que hacen de Stonehenge algo tan distintivo”.
Con esto, y como homenaje a la obra de Bailey como la anterior que se realizó de la misma magnitud, se ha invitado a Woodman-Bailey, hijo del anterior arquitecto y que tenía 8 años cuando se repararon las piedras por última vez. En aquel entonces, el joven dejó medio penique debajo de una de las piedras gigantes del monumento y, a modo de recordatorio y homenaje, ahora se colocará una moneda actual, esta vez encima de la misma pieza recién reparada.
“Dejar caer la moneda por debajo de la piedra de 50 o 60 toneladas que colgaba sobre mi cabeza ha quedado grabado en mi memoria”, relata Bailey, de 71 años. “No pensé que nadie más lo supiera, hasta que apareció una fotografía en una revista, y no esperaba que volvieran a hacer lo mismo, lo cual es un gran privilegio”, confiesa. Ante esto, advierte que los tiempos, no obstante, han cambiado: asegura al programa “Today” de BBC Radio que hoy se le habría impedido gatear bajo las piedras y colocar la moneda, “estaría mal visto en estos días”.