“Los papeles de Herralde: una historia de Anagrama”: Jorge Herralde, entre filias, fobias y secretos bien guardados
Este conjunto de misivas no solo supone la cartografía de una firma, también muestra las amistades y secretos de un gran editor
★★★★☆
Por JESÚS FERRER
Ocupa un lugar destacado en los estudios literarios la consideración sociocultural de las empresas editoriales. Emblemáticos títulos como «Senior service. Biografía» de Carlo Feltrinelli evidencian el interés por un oficio que requiere perspicacia empresarial, amplitud de miras intelectuales, acierto en los gustos lectores y una afinada sensibilidad estética.
Diversos editores han dejado constancia de su experiencia profesional, como Rafael Borrás, Mario Muchnik, Esther Tusquets o Jorge Herralde. Este último, fundador de Anagrama, es autor de libros memorialísticos como «Opiniones mohicanas», «El observatorio editorial» y «Un día en la vida de un editor». En su caso, existencia y profesión se confunden en una amalgama vocacional que, durante décadas, se irá plasmando en un catálogo representativo de la mejor literatura. Jordi Gracia publica «Los papeles de Herralde: Una historia de Anagrama (1968-2000)», donde plasma el recorrido de esta empresa cultural a partir de la correspondencia que su creador mantuvo con autores, amigos y colegas, repasando las etapas de una iniciativa personal que empezó en un modesto despacho e irá ampliándose hasta formar un tipo de lector crítico, abierto a la modernidad y fascinado por la selecta escritura y la excelencia estilística.
Series emblemáticas
Conocemos aquí la creación de los premios de la editorial, su participación en eventos culturales, los procesos de contratación de autores, la formación de series genéricas como «Contraseñas» o «Panorama de narrativas», y, también, las filias y fobias, admiraciones y rechazos del editor, que no rehúye tormentosas polémicas ni ahorra sentidos elogios. No se obvian espinosos asuntos, como la ruptura con Javier Marías, o más gratos referentes, como la amistad con Javier Tomeo, Álvaro Pombo o Roberto Bolaño. El libro disecciona una trayectoria que va desde el tardofranquismo hasta finales del pasado siglo en lo que constituye una precisa semblanza del ya legendario editor: «A Herralde los pesares, las deslealtades o los agujeros negros le acuden con la misma naturalidad que los múltiples momentos felices de su historia editorial, sin riesgo alguno de incurrir en el tontísimo narcisismo o la fanfarrona vanidad porque nunca, o casi nunca, ha fallado su soberana socarronería levemente altiva». Es una crónica definitiva de un trascendente capítulo de la más apasionante modernidad literaria.
▲ Lo mejor
El planteamiento metodológico, basado en la acertada selección de una amplia correspondencia
▼ Lo peor
Aunque sin serlo de hecho, el lector desearía conocer cartas y documentos de años más recientes