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Makey, con licencia para reír

La película es un homenaje a películas de detectives como "Arma letal", "Superdetective en Hollywood" o "La jungla de cristal"
RCRc

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Lo dice Leo Harlem, que de esto sabe mucho: «El humor es una actividad compleja, pero también simple y en definitiva siempre mágica. Básicamente es una actitud frente a la vida, más que depender de contenidos. Se debe tener la capacidad de divertirse y de buscar el lado cómico de las cosas. Pero el tema esencial es la actitud». No ha terminado todavía de hablar, y hace una coda: «Tengo facilidad para conectar con la gente de una manera bastante natural. El humor tiene ciertos resortes y uno es justamente este. Yo empatizo bien y lo que suelo hacer es contar cosas con una extrema naturalidad que me han sucedido a mí. Siempre se tiene más gracia relatando lo que has vivido que lo te he han contado, que es más difícil. La proximidad y la naturalidad son dos claves».
El actor es el protagonista de «Superagente Makey», una comedia para todos los públicos, familiar, producida esencialmente para divertir durante estas semanas estivales. Narra la historia de un policía municipal, ya algo talludito, también con la cintura desfondada y fuera de orden, pero con una gran pasión, que nadie puede poner en duda, por su trabajo. «Sí, es verdad que los policías municipales no gozan de mucha popularidad entre la gente. Esperemos que esta cinta haga cambiar eso. Estuve recibiendo unas clases de ellos, de cómo hacen sus labores, los controles... y es gente muy maja. Esta película los va a humanizar. No todos los superhéroes tienen que volar y llevar capa. Hay otros que únicamente buscan, de una manera honrada, ser buenos y normales», explica el actor, que está acompañado en este trabajo por Silvia Abril y Jordi Sánchez.
Diferencias con el monólogo
El actor, que recuerda el rodaje con cariño y cuenta anécdotas que le sucedieron, como una vez que saltó sobre unas colchonetas y apenas podía después salir de ellas, comenta la diferencia que existe entre un monólogo y el humor en un filme: «En el cine, depende de más gente. Estás con otros compañeros y no te encuentras solo. El monólogo lo haces tú, lo escribes tú y lo interpretas tú. En ese sentido, resulta más fácil y más difícil a la vez. Si lo haces mal, toda la responsabilidad es tuya; si tiene éxito, los méritos y los logros, también. En una cinta, hay iluminación, técnica. A veces, el chiste sucede detrás de ti. La gestualidad y los recursos, cambian», confiesa.
Leo Harlem interpreta aquí, pues, a un tipo campechano, que conoce a la gente del barrio que patrulla, pero que también tiene sus problemas personales. En concreto, con su hija. La aparición de un mafioso y el secuestro de la joven le empujará a embarcarse en una peripecia que le obliga a sacar lo mejor de sí mismo. Y, también, permitirá al director hacer una serie de guiños a películas policiacas que pertenecen al acerbo popular, como «Arma letal», «La jungla de cristal» y, sobre todo, «Superdetective en Hollywood», una producción que marcó a una generación. «Todos tenemos los códigos de estas películas, es una herencia visual y se ha querido hacer un guiño a ellas a través de este personaje que desea solucionar entuertos y que se atreve con todo lo que le echen». Incluso con el desafío de hacer reír: «El humor es la medicina del corazón. Hay que sanarse con la risa; con la que nos está cayendo, si no tenemos humor...».

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