Caso Alcàsser
Crimen de Alcàsser: El cráneo encontrado en Irlanda no es el de Antonio Anglés
El criminólogo que ejerce una de las acusaciones popular asegura que hace años se estudió y no presentaba coincidencias
El criminólogo y presidente de la Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, Félix Ríos, que ejerce una de las acusaciones en la causa Alcàsser, y que ha motivado que se reactiven las pesquisas forenses en un caso que nunca se ha cerrado, ha explicado a La Razón que el cráneo hallado en la isla de Llambay, en Irlanda, no es sospechoso de ser el de Antonio Anglés, como por error se ha venido difundiendo en los últimos días. De hecho, el prestigioso investigador ha subido un vídeo explicativo en su canal de You Tube.
Asegura Félix Ríos que si bien el cráneo de Llambay es distinto al hallado en el Condado de Cork (que ya se verificó mediante ADN que no era de Anglés), también de este último cráneo se sabe que es muy poco probable que pueda pertenecer al presunto asesino de la niñas de Alcàsser, “salvo que se hayan equivocado los investigadores irlandeses”. En primer lugar, del misterioso cráneo de Llambay sí que se sabe que pertenece a una persona que murió entre seis o doce meses antes de su hallazgo que se produjo en 2006, por lo que temporalmente ya no correspondería con el periodo de la desaparición de Anglés tras saltar de un barco en Dublín.
Además, cuando se introdujo su perfil genético en la base de datos de Interpol en 2006-2007, no hubo ninguna coincidencia, según asegura Ríos.
Por otro lado, los investigadores irlandeses sí que saben que el cráneo en cuestión puede pertenecer a una persona de origen norte africano “porque tiene la dentadura un poco mellada de comer frutos secos”. Se sabe también que tiene una edad entre 25 y 45 años. Asegura el criminólogo que de esos restos “hay bastantes datos, pero ninguno que nos pueda hacer sospechar que se trata de Antonio Anglés”.
Ríos explica también en su canal de You Tube que como acusación personada en la causa han remitido un escrito al juzgado de Alzira para que el grupo de Fugitivos de la Policía coteje el ADN de Antonio Anglés con varias bases de datos que pueden no haber sido consultadas hasta la fecha, y que se está a la espera de los resultados. Explica que la Policía, motu proprio, coteja el ADN de Anglés, de forma sistemática, con diversas bases de datos y que se hace “casi de forma automática”. De cualquier modo, el equipo de Ríos está en contacto con los investigadores irlandeses y españoles, y confía plenamente en la labor que se está haciendo actualmente en el juzgado y otras administraciones implicadas.
La huida, un misterio sin resolver
Desde la desaparición de Toñi, Miriam y Desirée el 13 de noviembre de 1992, los investigadores no han parado de trabajar para tratar de cerrar el caso. Miguel Ricart fue el único condenado por el triple crimen pero su presunto cómplice nunca fue encontrado. Queda por resolver que ocurrió después de que Anglés fuera descubierto en un barco en Irlanda, en el que iba de polizón.
Lo que sí han logrado constatar es que tras el crimen se fugó de Catarroja hasta una casa abandonada en Alborache. Dos días después, se trasladó a Valencia para hacerse un cambio de imagen, en el que básicamente se cortó el pelo y tiñó su pello rubio de moreno.
A continuación se trasladó a Portugal y pasó por Cuenca y Madrid. En Lisboa se embarcó con destino Dublín, donde fue identificado como un polizón y se lanzó al agua. Desde ese momento no se le ha vuelto a ver. Muchas han sido las teorías que lo sitúan en América Latina -ahora tendría 55 años- con una nueva imagen y una nueva vida, pero lo único cierto es que la última vez que se supo de él estaba en Europa.
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