Geología
Descubren que el centro de la Tierra esconde tres veces más agua que todos los océanos
“Hemos encontrado evidencia de un extenso derretimiento debajo del continente americano, a más de 600 kilómetros de profundidad”.
Durante décadas se ha creído que los océanos se formaron cuando cometas helados chocaron con el planeta, pero una nueva investigación sugiere un origen diferente para los océanos: simplemente se filtraron desde el centro de la Tierra.
El hallazgo, publicado en Science, sugiere que hay un depósito de agua oculto en el manto de la Tierra, a más de 600 kilómetros por debajo de la superficie. Trate de no imaginar grandes extensiones de mares subterráneos: toda esta agua, tres veces el volumen del agua en la superficie, está atrapada dentro de las rocas.
La presencia de agua líquida en la superficie es lo que hace que nuestro "planeta azul" sea habitable, y los científicos llevan mucho tiempo intentando averiguar cuánta agua puede circular entre la superficie de la Tierra y los depósitos interiores a través de la tectónica de placas. Esta investigación aumenta nuestra comprensión de las complejidades del transporte del agua a través del cielo, los océanos y hacia el suelo.
“El ciclo del agua implica más que solo el agua que circula entre la atmósfera, los océanos y las aguas superficiales – explica Steven Jacobsen de la Universidad Northwestern, líder del estudio, en un comunicado -. Se extiende profundamente hacia el interior de la Tierra a medida que la corteza oceánica se subduce, o se desliza, bajo las placas adyacentes de la corteza y se hunde en el manto, llevándose agua con ella”.
El equipo de Jacobsen utilizó sismómetros para medir el movimiento de las ondas de energía causadas por terremotos a través del suelo. Lo que observaron fue que las ondas se desaceleraron a medida que pasaban por la región del manto que contenía una roca de color azul brillante conocida como ringwoodita. Esta solo se forma a alta temperatura y presión en el manto de la Tierra.
“La ringwoodita es como una esponja que absorbe agua – añade Jacobsen -. Hay algo muy especial en la estructura cristalina de la ringwoodita que le permite atraer hidrógeno y atrapar agua. Este mineral puede contener mucha agua en las condiciones del manto profundo”.
¿El problema? El agua no se encuentra en la forma líquida, ni siquiera en forma de hielo o vapor. Esta cuarta forma es agua atrapada dentro de la estructura molecular de los minerales en la roca del manto. El peso de 400 kilómetros de roca sólida por encima de estos minerales crea una presión tan alta, junto con temperaturas superiores a los 1.000 grados Celsius, que una molécula de agua se divide para formar un radical hidroxilo (OH), que puede unirse a la estructura cristalina de un mineral.
Los hallazgos del equipo de Jacobsen se basan en un descubrimiento publicado en Nature, en el que los autores describen el hallazgo de un fragmento de ringwoodita dentro de un diamante extraído de una profundidad de 640 kilómetros en Brasil. Ese pequeño trozo de ringwoodita (la única muestra existente del interior de la Tierra, ya que fue expulsada por un volcán en Brasil) contenía una sorprendente cantidad de agua unida en forma sólida al mineral.
“Sin embargo, no sabíamos si esta muestra única era representativa de la composición interior de la Tierra – afirma Jacobsen -. Ahora hemos encontrado evidencia de un extenso derretimiento debajo de América del Norte a las mismas profundidades que corresponden a la deshidratación de la ringwoodita. Los procesos geológicos en la superficie de la Tierra, como los terremotos o las erupciones volcánicas, son una expresión de lo que está sucediendo en el interior de la Tierra, fuera de nuestra vista. Creo que finalmente estamos viendo evidencia de un ciclo del agua en toda la Tierra, lo que puede ayudar a explicar la gran cantidad de agua líquida en la superficie de nuestro planeta habitable”.
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