Historia
Un arqueólogo descifra finalmente una inscripción de 2.600 años de antigüedad en Turquía: no da crédito
El monumento contiene una referencia a "Materan", una diosa venerada por los frigios, que permanecieron en la zona entre el año 1200 a.C.y el 600 a.C.
Un investigador asegura haber descifrado una antigua y deteriorada inscripción tallada en un monumento de 2.600 años de antigüedad en Turquía, conocido como Arslan Kaya o "roca del león". Este monumento, decorado con imágenes de leones y esfinges, contiene una referencia a "Materan", una diosa venerada por los frigios, una civilización que permaneció en la región desde aproximadamente el año 1200 a.C. hasta el 600 a.C. Según Mark Munn, profesor de historia griega antigua y arqueología en la Universidad Estatal de Pensilvania, Materan era conocida simplemente como "la Madre" por los frigios.
El culto a Materan trascendió culturas. Los griegos la identificaron como la "Madre de los Dioses", mientras que los romanos la llamaban "Magna Mater" o "Gran Madre". En la época en que se construyó el monumento, el área pudo haber estado bajo el dominio del reino de Lidia, otra civilización que también veneraba a esta diosa. La inscripción en Arslan Kaya, aunque gravemente dañada por el paso del tiempo y saqueos, ha sido motivo de debate desde el siglo XIX. Para descifrarla, Munn utilizó fotografías detalladas tomadas bajo condiciones de luz favorables y examinó registros históricos previos, según explicó en un artículo publicado en la revista Kadmos el 24 de octubre de 2024.
Munn destacó que la iluminación adecuada fue crucial para interpretar el texto. En particular, el 25 de abril de 2024, las condiciones de luz en el sitio fueron especialmente favorables, lo que permitió observar detalles previamente ocultos. El monumento no solo menciona a Materan, sino que también incluye una representación de la diosa. Además, los detalles estilísticos sugieren que fue creado a mediados del siglo VI a.C. Sin embargo, Munn cree que el nombre de la diosa sería solo parte de una inscripción más extensa que posiblemente explicaba quién ordenó la obra y la relevancia de Materan en ese contexto.
Aunque el trabajo de Munn aclara ciertas dudas sobre la inscripción, "no propone interpretaciones novedosas", según Rostyslav Oreshko, investigador especializado en inscripciones frigias. Oreshko señala que la identificación de Materan ya había sido sugerida en el siglo XIX y que el reciente análisis simplemente confirma esta lectura. "El artículo no aporta algo radicalmente nuevo, pero sí establece con claridad la lectura de la inscripción", indica Oreshko.
Los saqueos y el desgaste natural dificultan la tarea de descifrar mensajes que datan de milenios atrás. Pese a las críticas, el trabajo de Munn contribuye a consolidar una comprensión más clara de este enigmático monumento. El debate, que lleva más de un siglo, podría finalmente estar llegando a su fin.
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