violencia
El 40% de las víctimas atendidas por la Unidad de Tráfico de Seres Humanos requiere atención psiquiátrica
En 2021, el Programa de Psiquiatría Transcultural de Vall d’Hebron realizó 30 primeras visitas a personas atendidas por la UTEH, con la que trabaja de forma coordinada e interdisciplinar para favorecer la recuperación de las víctimas
La Unidad Municipal contra el Tráfico de Seres Humanos (UTEH) del Ayuntamiento de Barcelona atendió en 2021 a 229 personas víctimas de tráfico de seres humanos, 48 menos que el año anterior, a las que acompañó de manera integral, ofreciéndoles una atención personalizada e interdisciplinaria dirigida a proporcionarles las herramientas necesarias para poder reconstruir su vida.
El 77% de estas personas fueron mujeres, en su mayoría entre los 20 y los 40 años, explotadas sexualmente, mientras que entre un 10% y un 14% fueron mujeres transexuales también explotadas sexualmente. El 10% fueron personas sometidas a trabajos forzosos, en su mayoría hombres, y pese a que éste es un porcentaje pequeño, lo destacable es que refleja un incremento del 4% respecto al año anterior. Por último, la mendicidad y la criminalidad forzada representaron el 2,5% cada una.
Con el fin de ofrecerles esa atención integral que contempla aspectos como el asesoramiento jurídico, acompañamiento y representación jurídica gratuita, cobertura de las necesidades básicas, acogida residencial especializada, atención a la salud integral, reinserción sociolaboral y coordinación y derivación al resto de servicios y recursos públicos y privados, la UTEH trabaja de forma coordinada con cuerpos policiales, entidades sociales y otros actores implicados.
Pero además, dado que en mucho casos las víctimas de tráfico de seres humanos, sobre todo con fines de explotación sexual, han vivido situaciones de violencia, coacción y explotación, que acaban menoscabando su salud mental y dando lugar a trastornos de diferente índole, la UTEH trabaja también con el Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Vall d’Hebron para procurar a estas personas una atención psiquiátrica orientada a ayudarles a sobreponerse al estrés, el trastorno de ansiedad grave, el trastorno por estrés postraumático -el más prevalente- o el trastorno afectivo que la situación de explotación les haya podido generar.
“Muchas de estas mujeres que han sido víctimas del tráfico de seres humanos con fines sexuales han vivido situaciones que tienen un gran impacto para su salud mental y desarrollan cuadros bastante complejos de estrés postraumático, trastorno depresivo o afectivo, ansiedad...”, señala Mar Ramos, psiquiatra del programa de Psiquiatría Transcultural de Vall d’Hebron, quien al respecto indica que “todo ello tiene un gran impacto en su calidad de vida y salud que les incapacita muchas veces para el día a día”.
“Trastornos del sueño, problemas de concentración, estado de hiperalerta y sensación de amenaza constantes que su traducen en mucha ansiedad...son algunos de los síntomas que sufren estas mujeres y que puedan acabar psicosomatizando y todo ello además hay que enmarcarlo en el proceso de recuperación que está viviendo la víctima”, explica Ramos para a continuación indicar que “el impacto que la experiencia vivida puede tener sobre la salud mental de estas personas afecta al proceso de normalización de la vida que les ha sido truncada”, de manera que es clave “ayudarlas a desbloquear esos síntomas para que puedan estar en condiciones de reconstruir sus vidas”.
“No podía hablar con nadie”
El testimonio de una mujer nigeriana, de unos 30 años, que llegó a Barcelona en 2017 para, dos años después, entrar en contacto con la UTEH en busca de ayuda para iniciar su proceso de recuperación, es un claro ejemplo de lo relatado por Ramos. “Yo estaba viviendo una situación de estrés muy importante, no podía compartir con nadie la experiencia tan dura por la que había tenido que pasar y sentía mucho peso en mi cabeza, apenas podía dormir y hablaba conmigo misma. Incluso tenía conductas inapropiadas como lanzar objetos”, recuerda esta mujer, quien asegura que, el “tratamiento psiquiátrico me ayudó a dormir, a dejar de hablar conmigo misma y mi mala conducta mejoró”. “Ahora estoy bien, fuerte y puedo explicar mi historia”
Ante esta realidad, cuando desde la UTEH, la psicóloga detecta la necesidad de llevar a cabo un intervención más profunda y especializada en el ámbito de la salud mental para garantizar la recuperación de un víctima del tráfico de personas procede a su derivación al Servicio de Psiquiatría de Vall d’Hebron, algo que sucede en un 40% de los casos, un porcentaje que, tal y como señala Ramos, “en psiquiatría es muy elevado”
Y si bien la patología que sufren estas personas es la misma que la de cualquier otro paciente con ese cuadro, lo cierto es que “se trata de un perfil de personas de un contexto culturalmente diverso, en el que no existe una cultura del cuidado y atención a la salud mental, que suele estar muy estigmatizada, de manera que en estos casos es muy importante lograr que las víctimas establezcan un vínculo de confianza con los profesionales que facilite el que éstas acepten su derivación al servicio de psiquiatría, así como que se adhieran al tratamiento y, en definitiva, se construya una mejor alianza terapéutica”.
Al respecto, cabe señalar que más de la mitad de las personas atendidas por la Unidad son de Nigeria, un país en el que la salud mental es la gran olvidada y prueba de ello es que hay un psiquiatra por cada 9 millones de habitantes, aunque en los último años su representatividad ha caído en favor de las de procedencia latinoamericana, sobre todo de Colombia y Venezuela.
En este contexto, Ramos pone de relieve el destacado papel que desempeña en la creación de ese vínculo y alianza terapéutica, “imprescindibles para que la víctima pueda dejar de serlo y pase a ser una superviviente”, la psicóloga de la UTEH, que no solo acompaña a la persona atendida a su primera visita psiquiátrica, sino que además, previamente, ha desarrollado un trabajo con ella para que ésta gane confianza en el proceso, explicándole qué es un psiquiatra, qué labor desempeña y cómo va a ser el tratamiento.
Transcultural e interdisciplinar
Por todo ello, es de vital importancia “el manejo de estas pacientes desde la transculturalidad”, tal y como apunta Ramos, pero también es imprescindible “el trabajo interdisciplinar, así como mucha coordinación entre los diferentes actores que intervienen en la atención a estas personas y de esta manera se evita, además, su revictimización”.
Así pues, el año pasado el Servicio de Psiquiatría de Vall d’Hebron realizó 30 primeras visitas a víctimas atendidas por la UTEH- por las 33 del año anterior-, a las que ofreció una atención orientada a reconstruir su autoestima, su autorrespeto y la autocapacitación. “En la mayoría de los casos, estas personas llegan a recuperarse, eso sí, siempre y cuando todo lo demás, como la posible situación administrativa ilegal de las víctimas, su integración social y laboral, sus necesidades residenciales, etc, se resuelva también, de ahí la importancia de llevar a cabo una atención integral”, destaca Ramos, quien al respecto puntualiza que, “al tratarse de personas en una situación de alta vulnerabilidad y muy precaria, esa recuperación les puede llevar más tiempo que a otra persona con el mismo cuadro médico o trastorno mental”.
“El no disponer de papeles, las dificultades para encontrar un trabajo, la falta de una vivienda, la incertidumbre acerca de cuándo será el juicio de la persona que ha traficado con ella, la posibilidad de encontrarse frente a su traficante...todo ello son estresores que se van sosteniendo en el tiempo y que hacen que, normalmente, el tratamiento se alargue, explica la psiquiatra.
“Todo el contexto psicosocial de la víctima hace que el cuadro se perpetúe y lleve más tiempo su curación”, añade para a continuación señalar que “en estos casos, es muy importante que todas las personas involucradas en el proceso de recuperación de estas víctimas, desde los agentes de policía, los forenses, pasando por los servicios judiciales, entendemos su situación y respetemos sus tempos y eso es posible gracias a la coordinación entre todos nosotros”.
Por su parte, Francisco Collazos, director del Programa de Psiquiatría Transcultural de Vall d’Hebron, comenta al respecto que “el trabajo interdisciplinar nos permite abordar a la persona en su contexto, que es fundamental, y ese trabajo es el que permite una adherencia tan destaca de las víctimas”
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