Cataluña
La CUP, cinco años después de mandar a Mas “a la papelera de la Historia”: ¿Quién es quién?
Clave en caso de que el independentismo logre un acuerdo “in extremis” para la investidura de Aragonès (ERC). Sabater, Juvillà, Reguant y Riera, sus rostros más destacados
Fue un gélido domingo de enero de 2016 cuando la CUP convocó a los medios de comunicación a las puertas de su sede en la calle Caspe de Barcelona para certificar que había mandado a Artur Mas “a la papelera de la Historia”. Una afirmación pronunciada por el entonces diputado Benet Salellas, quien compareció junto a una sonriente Anna Gabriel, líder del partido antisistema y una de las grandes artífices del veto a Mas. Ahora, cinco años después, él, abogado de profesión, ha defendido al líder de Òmnium Jordi Cuixart en el juicio del 1-O; y ella sigue en Ginebra tras huir de la Justicia española en 2018.
Más allá de imágenes y palabras, lo cierto es que ese giro de guion –que varios dirigentes del entorno del propio expresident reprochan: “no tendría que haber cedido”- marcó un antes y un después en la política catalana: el famoso “paso al lado” del líder de Convergència acabó con un semidesconocido Carles Puigdemont en el Palau de la Generalitat, sustentado por la CUP en el Parlament –con quien bromeó por la similitud de su peinado con el de Anna Gabriel en el pleno de investidura- y pilotando la recta final de un “procés” hacia el 1-O y la declaración unilateral de independencia, los dos momentos de mayor combustión de las últimas décadas. El resto es de sobras conocido.
Ahora, un lustro después, la CUP vuelve a tener la llave en la semana decisiva para formar Govern -vetó a Jordi Turull en 2018 y avaló a Quim Torra- y en plenas negociaciones con Junts y Esquerra para investir president al republicano Pere Aragonès. Los antisistema presionan y exigen un “giro de 180 grados” a nivel social –basado en medidas como la creación de una banca pública, frenar los desahucios, aplicar la renta de ciudadanía universal o caminar hacia el fin de la sanidad privada-, reformar el papel de los Mossos –acabar con los antidisturbios, por ejemplo- y una estrategia basada en la confrontación contra el Estado y la desobediencia a nivel político.
Sin embargo, el acuerdo se antoja aún complicado y los antisistema se quejan de estar al margen de Junts y ERC y quedar relegados en la formación de Govern. Y eso que los nueve diputados de los antisistema son claves: Aragonès necesita su voto favorable (al menos de tres de ellos) para lograr mayoría absoluta (68) en primera rondao la abstención de todo el grupo parlamentario en segunda para alcanzar la Generalitat. Pero, ¿quién es quién en esta nueva CUP? Estos son sus cuatro rostros más destacados.
Dolors Sabater
Exactivista y exalcaldesa de Badalona antes de la breve etapa del PSC y de la llegada de Xavier García Albiol (PP) en primavera del año pasado, lideró la lista de la CUP el 14-F y logró un importante crecimiento al pasar de cuatro a nueve escaños. En sus inicios fue una dirigente muy cercana a la órbita de los «comunes» –compartía mítines con la propia Ada Colau, con quien mantenía una buena relación– y llegó a convertirse en uno de los rostros de las llamadas «Alcaldías del cambio» de Podemos y Pablo Iglesias a través de la plataforma municipalista de Guanyem, con la que acordó concurrir junto a la CUP este 2021. De hecho, en la campaña afloraron algunas tensiones internas entre las bases de la formación -un partido de alma asamblearia- y la candidata. Ahora, Sabater es la presidenta del grupo parlamentario –no la portavoz- y uno de los rostros del partido pese a ocupar un segundo plano en las negociaciones con Junts y ERC.
Pau Juvillà
Uno de los nuevos rostros de la CUP. Miembro del Secretariado Nacional después de la renovación a fondo que llevó a cabo el partido a finales de 2019, se ha convertido en el primer dirigente de la formación antisistema en ocupar un puesto en la Mesa del Parlament. En concreto, es uno de los cuatro secretarios en un órgano con cinco de sus siete puestos para partidos independentistas: dos para Esquerra, dos para Junts incluyendo la presidencia de Laura Borràs y el citado Juvillà por la CUP. Los problemas judiciales de varios de los diputados de la presente legislatura –de todos los signos políticos- también afectan a Pau Juvillà que está pendiente de juicio por un presunto delito de desobediencia por no haber descolgado durante la campaña electoral lazos amarillos de su despacho en el Ayuntamiento de Lleida. Biólogo, líder y cabeza de cartel en esta demarcación, recuperó el escaño perdido en 2017 y ahora es parte implicada de las negociaciones con Junts y ERC.
Eulàlia Reguant
Una de las dirigentes más conocidas y veteranas de la formación, diputada entre 2015 y 2017 –junto al citado Benet Salellas y a Anna Gabriel- y concejal en el Ayuntamiento de Barcelona los dos años siguientes, hasta 2019. Número tres en la demarcación de Barcelona, diputada de nuevo en la cámara tras el 14-F, será la voz de la CUP esta XIII legislatura que recién arranca al ser escogida portavoz del grupo parlamentario. Puntal del partido en clave interna, proviene del activismo, es matemática de formación y pone voz a las críticas de los antisistema hacia Junts y ERC en las negociaciones para formar Govern. Cabe recordar que durante el juicio del “procés”, el exdirigente Antonio Baños y la propia Reguant se negaron a testificar ante Vox y el Supremo les multó con 2.500 euros.
Carles Riera
Repite como diputado de la CUP en el Parlament después de ser su líder la pasada legislatura. El partido reformó en 2020 el reglamento interno para permitir que sus dirigentes pudieran repetir en cargos de responsabilidad –con la vista puesta en un retorno de David Fernàndez que nunca se llegó a producir- y Riera dio un paso al frente en el partido. “Número dos” por detrás del fichaje sorpresa de Dolors Sabater, es uno de los líderes, una de las voces más activas en esta nueva etapa. Forma parte de Endavant, la organización a la que pertenece Anna Gabriel, más beligerante, más social, más arisca con el poder y los partidos y que llevó hasta el final el veto a Artur Mas. Pese a que una decena de organizaciones conforman la CUP Un nou cicle per guanyar [Un nuevo ciclo para ganar], siempre se ha dicho –y escrito- que el partido tiene dos almas: Endavant y Poble Lliure, esta última la facción independentista más posibilista, que en su día llegó a avalar a Mas a cambio de continuar con la hoja de ruta fijada y ahora apuesta por “contribuir a la formación de un nuevo Govern que presente un programa de mínimos”.